Vida Sana
Jean Werner, de San Francisco, no ha terminado un rollo entero de envoltorio plástico en cuatro años. También lleva sus propios envases rellenables a las tiendas, compra solo lo que necesita, guarda la comida en tarros de cristal y hace compost.
Estos pequeños pasos suponen una gran reducción de la cantidad de plástico que utiliza y de los residuos que genera en su camino hacia un estilo de vida sin residuos.
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"Es un proceso continuo que, francamente, lleva años, porque vas cambiando tus hábitos poco a poco", dice Werner, de 73 años. "Pregúntate: '¿Qué contiene esto?' Piénsalo por un minuto y toma una buena decisión. Muy pronto te sentirás muy bien contigo mismo".
El movimiento de cero residuos comenzó en la década de 1980 como un objetivo empresarial para desviar entre el 80 y el 90% de los residuos de los vertederos, y lo popularizaron más recientemente blogueros como Bea Johnson en, por ejemplo, su publicación "Vestuario de 15 piezas, 50 conjuntos" (en inglés) y el reto del tarro de cristal (hacer caber toda la basura no reciclable de un año en un tarro de cristal de 16 onzas). La idea es reducir la huella de carbono para proteger el medio ambiente de las sustancias químicas nocivas y las emisiones de gas metano producidas por los residuos en los vertederos, que contribuyen al cambio climático.
"Es muy posible lograr una reducción del 80% [para los consumidores] en la cantidad que tiramos a la basura sin hacer demasiados cambios", afirma Kathryn Kellogg, fundadora del sitio web de estilo de vida Going Zero Waste y autora de 101 Ways to Go Zero Waste. Comienza por prestar "atención a lo que tiras y a lo que puedes eliminar".
A pesar de que el reciclaje y el compostaje han aumentado en las dos últimas décadas, también lo ha hecho la cantidad de residuos que van a parar a los vertederos. Las personas en el país tiran alrededor de la mitad de los 292 millones de toneladas de basura que se generan cada año, o unas 5 libras por persona por día, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos.
En una sociedad de consumo como la actual, quizás resulte difícil alcanzar el objetivo de cero residuos, por lo que los expertos sugieren concentrarse primero en reducirlos. Sigue las cinco reglas básicas para la reducción de residuos: evita lo que no necesites, reduce, reutiliza, recicla y composta (los residuos orgánicos).
A continuación, te presentamos siete maneras sencillas de empezar a reducir los desperdicios domésticos:
1. Comienza a compostar
"Una de las cosas que más motiva a las personas es empezar a compostar" sus residuos de comida y jardín, afirma Amy Maas, especialista en reducción y reciclaje de residuos del condado de Hennepin, en Minnesota, que incluye Minneapolis. Cuando las personas ven lo que hay en su basura, dice, descubren que se trata sobre todo de restos de comida.
El compostaje es un proceso que descompone la materia orgánica, como los restos de comida y las hojas del jardín, y la convierte en abono o mantillo rico en nutrientes mediante descomposición natural. Los microorganismos se alimentan de los materiales que se añaden a la pila de abono durante el proceso de compostaje.
La EPA indica que el 55% de los alimentos que van a parar a los vertederos podrían compostarse en lugar de tirarse a la basura. Las emisiones nocivas de los residuos de alimentos en los vertederos contribuyen al cambio climático.
"Hago compost de casi todo lo que puedo, [y] tengo mucha menos basura", afirma JP Fitzgibbons, un residente de Minneapolis de 59 años que utiliza dos contenedores en el patio para los restos de comida y desechos de jardinería que luego reutiliza en su jardín. "Cuando una persona dice que va a tirar algo, eso no desaparece".