Cate Blanchett y Tracey Ullman en ‘Mrs. America’
La nueva miniserie dramatiza la lucha del feminismo durante la década de 1970.
In English | Aunque la líder antifeminista Phyllis Schlafly, la cofundadora de la Organización Nacional para la Mujer, Betty Friedan, y la cofundadora de la Asamblea Política Nacional de Mujeres, la congresista Bella Abzug ya no viven, los temas por los que lucharon en la década de 1970 —entre ellos el derecho al aborto, la igualdad de oportunidades y la participación de las mujeres— siguen formando parte de los titulares.
Ahora, estas y otras pioneras del movimiento feminista son el tema de Mrs. America (FX/Hulu, 15 de abril), una miniserie de nueve partes sobre las controversias que conllevó el crecimiento del movimiento feminista.
Cate Blanchett, de 50 años, interpreta a Schlafly, con Tracey Ullman, de 60 años, como Friedan; Margo Martindale, de 68 años, personifica a Abzug; Uzo Aduba es la congresista y candidata presidencial feminista Shirley Chisholm; Elizabeth Banks es la activista Jill Ruckelshaus, y Rose Byrne interpreta a Gloria Steinem.
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"Phyllis Schlafly tenía una personalidad fuerte, igual que yo", comenta Blanchett. "Como madre trabajadora, me identifiqué con ella. Al realizar mi investigación, empecé a entender realmente el poder de su fichero rotativo Rolodex, ese fichero es lo que ayudó a Reagan a ser elegido. Me sorprendió su capacidad de inspirar a las personas que sentían que sus voces no eran escuchadas".
"Friedan era muy egoísta. Hacía enloquecer a las personas", señala Ullman. "Sentía que era la madre del movimiento feminista. Era muy dura con Steinem, con sus jeans hermosos y gafas de sol estilo aviador. En las mujeres, la apariencia es importante, y creo que Betty se percató de esto y la hizo enojar".
Ullman, quien es famosa por cambiar drásticamente su apariencia para sus muchas interpretaciones, se sintió decepcionada por no haber podido cambiar su aspecto para interpretar a Friedan. "No nos permitieron usar prótesis o algo similar, lo cual me gusta hacer". Lo que sí pudo capturar fue la personalidad de Friedan. "Tenía cierto descaro e inteligencia, una irascibilidad, la manera en que continuaba a pesar de todo. Creo que le encantaba ser la estrella. Me recordaba a la escritora nativa de Australia, Germaine Greer".
En su debate con Schlafly, en el cual perdió de manera espectacular", Ullman continúa, "Betty perdió la compostura. No pudo controlar su temperamento. Dijo: 'Me gustaría quemarte en la hoguera', pero Schlafly se mantuvo calmada".
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Blanchett compara la compostura de Schlafly al desconcierto de la activista política Anita Bryan cuando, en incidentes distintos, un manifestante les embarró un pastel en la cara a ambas.
"Cuando a Bryant le embarraron el pastel en la cara, empezó a llorar", dice Blanchett. "Cuando a Phyllis le embarraron un pastel en la cara, sin pensarlo un segundo, dijo 'bien, me alegra que el pastel no haya sido de cereza porque hubiera manchado mi vestido'. Dijo 'si eres médico y no soportas ver sangre, no puedes ser médico; y si te asusta la controversia cuando trabajas en la política, estás en el campo equivocado'. Definitivamente le gustaba la dinámica de tira y afloja".
Como productora ejecutiva, Blanchett evitó demostrar favoritismo por alguno de los lados: "No queríamos una inclinación ni a lo liberal ni a lo conservador. Queríamos que esos personajes se sintieran como personas de verdad". Ella cree que las cosas actualmente son diferentes. "Tenemos peleas de arengas y gritos, cuando en ese entonces existía una cultura sólida de debate público firme. No estaban de acuerdo, pero estas mujeres en realidad hablaban y debatían estos asuntos a profundidad".