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Drew Barrymore cumple 50: ‘Me tomó años encontrar mi camino’

Después de cinco décadas bajo la mirada (a veces cruel) del público, la exestrella infantil ha encontrado su ritmo como una divertida presentadora y una apasionada y amorosa madre soltera.


Drew Barrymore fotografiada por Ramona Rosales en la Ciudad de Nueva York el 14 de noviembre del 2024.
Ramona Rosales

Después de que Drew Barrymore terminara recientemente una tarde alegre —y probablemente agotadora— de bailar, dar abrazos, cantar, posar, cocinar, comer y bromear con los invitados mientras grababa un episodio de su programa de entrevistas, The Drew Barrymore Show, las cámaras en un estudio de Manhattan dejaron de rodar.

Pero el trabajo más importante de la actriz convertida en presentadora de televisión como mejor amiga de sus millones de admiradores apenas había comenzado. Era hora de adentrarse en la audiencia predominantemente femenina, con las cámaras apagadas, e iniciar una íntima conversación de corazón a corazón entre chicas.

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"Me siento perdida", dijo una mujer llorando frente al micrófono, y explicó que apenas había podido levantarse de la cama esa mañana. Barrymore corrió pasillo arriba con su perro rescatado, Douglas, se dejó caer junto a la mujer y la abrazó.

¿Qué nos dijo Drew que no se incluyó en este artículo?

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"Eres hermosa", insistió con su característico acento del valle de San Fernando. Luego se levantó y se dirigió a las otras mujeres en el estudio. "Tenemos que sacarnos esa desagradable voz crítica de la cabeza", instó, abriéndose camino a través del grupo. "¡Odio esa voz crítica! Quiero amarme a mí misma. ¿Ustedes no?".

La audiencia se levantó y aplaudió. "¡Sí! ¡Nosotros también!".

Y sí, realmente así sucedió. Drew Barrymore —quien de niña iba a fiestas en Studio 54, cuyos problemáticos años de adolescencia se vieron plasmados en las portadas de los tabloides, quien aprovechó su imagen de chica mala para hacer películas de serie B a principios de los años 90 y posó para Playboy a los 19 años— es hoy como una sabia e inspiradora hermana para sus seguidores.

Drew Barrymore en el set de E.T..
Drew Barrymore en el set de "E.T.".
Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images

¿Y por qué no? Ha interpretado muchos papeles dentro y fuera de la pantalla. Para muchos de nosotros, siempre será Gertie, la linda niña de coletas de la icónica fantasía de Steven Spielberg, E.T. the Extra-Terrestrial, de 1982. Para otros, es la hermana mayor o la amiga alocada de sus películas de empoderamiento femenino y comedias románticas de finales de los 90 y principios de la década del 2000 (Never Been KissedThe Wedding Singer50 First DatesCharlie’s Angels).

De cualquier manera, es parte de la familia. Y ha sido un libro abierto y se ha mostrado vulnerable con el público; ha compartido detalles de su vida llena de altibajos en dos memorias (Little Girl Lost, de 1990, y Wildflower, del 2014) durante el camino que ha recorrido desde entonces hasta ahora.

Este mes, Barrymore cumple 50 años.

Drew Barrymore fotografiada por Ramona Rosales en la Ciudad de Nueva York el 14 de noviembre del 2024.
Ramona Rosales

Pero esto no la sorprende ni la preocupa en lo más mínimo. De hecho, me dice que se siente emocionada mientras nos dirigimos tras bastidores en el centro de transmisión de CBS.

"Ellen Pompeo [de Grey's Anatomy] estuvo en el programa, y describió cumplir 50 años como obtener ese superpoder que te permite finalmente dejar de preocuparte y enloquecerte", dice Barrymore. Es un superpoder que ella codicia después de su tercer matrimonio, con el actor Will Kopelman, el cual terminó en un desgarrador divorcio en el 2016. Desde entonces, ella ha compaginado el trabajo con la crianza compartida de sus dos hijas, Olive, de 12 años, y Frankie, de 10.

"Esta última década", dice Barrymore, con un suspiro, "ha tenido muchos obstáculos".

Pero últimamente no solo ha sobrevivido, sino que ha seguido adelante y progresado. La he entrevistado cuatro veces en 20 años y me alegra informar que, a pesar de esos años de obstáculos, ha sido restaurada a lo que considero su núcleo efervescente y alegre, y, además, posee una sorprendente nueva madurez.

Ahora entre bastidores, se pone un atuendo morado, verde y fucsia, un conjunto extravagante que es una mezcla entre Sex and the City y Dr. Seuss. Alguien pone una canción melancólica de Gigi Perez.

"¡Esta es mi canción favorita!", exclama saltando, a pesar de llevar tacones. "¡Sube el volumen!".

Mientras besa a su cachorro, Douglas, Barrymore posa de manera casual, como una profesional consumada que lleva el mundo del espectáculo en las venas, ya que, de hecho, así es.

Drew Barrymore y sus hijas, Olive Barrymore Kopelman y Frankie Barrymore Kopelman, en el 2018.
Drew Barrymore y sus hijas, Olive Barrymore Kopelman y Frankie Barrymore Kopelman, en el 2018.
Foto de Shutterstock (9724197a)

Nacida en el seno de la dinastía de actores británico-estadounidense Barrymore (a la que también pertenecen su tío abuelo Lionel; su tía abuela Ethel; su padre, John Drew; y muchos más), Drew tenía un don innato. Filmó su primer comercial (que promovía comida de cachorros) antes de cumplir un año. Sin embargo, tuvo una infancia fragmentada y sus padres a menudo eran negligentes. Se separaron antes de que ella naciera, y su madre, Jaid, una rebelde aspirante a actriz, crio a Drew con pocas reglas y muchas fiestas. Su papá, un hombre adicto que murió en el 2004, estuvo ausente la mayor parte del tiempo.

Su crianza y el éxito repentino y épico de E.T. la llevaron a tener un problema de alcoholismo a los 11 años y sufrir una adicción a las drogas a los 12. A esto le siguió una estadía en un centro de rehabilitación, un intento de suicidio y luego, 18 meses en el pabellón psiquiátrico del Hospital de Salud Mental de Van Nuys.

"Creo que pensaba que era una chica mala", dice ahora.

Para cuando Barrymore tenía 15 años, ya había salido del hospital y era una menor emancipada que vivía sola en Los Ángeles. También era una estrella de cine fracasada y no podía encontrar trabajo, así que "cambió la narrativa", dice, y transformó su imagen en la pantalla de linda a sexi y peligrosa, en películas como Poison Ivy.

"Eso fue divertido por un rato", reflexiona, "y luego pensé: 'OK, ¿y ahora qué?'".

En 1995, a los 20 años, Barrymore tomó las riendas de su carrera y cofundó la compañía de producción Flower Films con su amiga (quien más tarde se convertiría en esposa de Jimmy Fallon) Nancy Juvonen. Juntas, las mujeres han producido una gran cantidad de éxitos de taquilla (Never Been Kissed, de 1999, y dos películas de Charlie’s Angels) y el reciente éxito de televisión Santa Clarita Diet, en los que Barrymore ha interpretado papeles sustanciosos de mujeres peculiares, encantadoras y atrevidas.

"Steven Spielberg y Flower Films fueron dos enormes puntos de inflexión en mi vida", dice ella. "El tercer y más grande punto de inflexión para mí fue tener hijos".

Ser madre ha transformado su mundo por completo, afirma. Tanto es así que ha renunciado a los hombres, al alcohol y a la actuación para concentrarse en estar "presente" para sus hijas mientras trabaja en la quinta temporada de su alegre programa de entrevistas, ganador de varios premios Emmy. Para su cumpleaños número 50, su único deseo es cocinar con amigos, pasar tiempo en casa con Olive y Frankie, escuchar música de los Beatles a todo volumen y "hacer cosas muy de mujeres de mediana edad".

Después de interpretar, tanto dentro como fuera de la pantalla, a la niña precoz, la adolescente rebelde, la reina de las comedias románticas y otros personajes, el único papel que Drew Barrymore quiere interpretar hoy es una versión estable y feliz de sí misma. Y quiere ayudar a otras mujeres a hacer lo mismo.

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"Me tomó años encontrar mi camino", dice, "y ahora quiero ser fiel a mí misma".

Pero primero, continúa la conversación entre chicas...

Drew en el set de The Drew Barrymore Show.
Drew en el set de "The Drew Barrymore Show".
Ashley Bean/CBS

Va a haber luna llena esta noche, así que creo que es el momento perfecto para una charla de corazón a corazón.

¡Lo sé! Revisé mi aplicación de seguimiento de la Luna. Es la luna del castor, una superluna, lo que significa que está mucho más cerca de la Tierra. Estoy muy sentimental.

Ayer mientras veía la grabación de tu programa, le dijiste a la audiencia que el síndrome premenstrual te estaba "sacando de tus casillas", y cientos de mujeres asintieron al unísono.

Así es. En un solo día, cubrimos ginecología, sofocos, hacerse popó en los pantalones, el síndrome premenstrual, ¡y ni siquiera estábamos grabando un programa sobre medicina! A veces, cuando estoy a punto de salir al escenario, tengo muchas cosas en la cabeza: estoy preocupada por la conferencia de padres y maestros que no salió perfectamente. O simplemente me caí de una altura de tres pies y me lastimé el tobillo, y tengo que hacerme una resonancia magnética esa tarde. Pero luego salgo cojeando y digo: "¿Podemos ser honestos sobre esto? Pongamos todo sobre la mesa. Animémonos unos a los otros. Riamos. Lloremos. Señalemos nuestras tonterías. Es algo especial, así que no finjamos".

Además, no son extraños. Hemos crecido contigo, desde que eras una niña en E.T.

Claro. Creo que ese debería ser el nombre de mi programa, "Crecimos juntos".

Tu público se siente tan conectado, casi como si estuvieras liderando una sesión íntima de terapia grupal.

Nunca pensé que este programa se relacionaría con el tiempo que pasé en una institución de adolescente. Pero el programa es como esa habitación a la que íbamos todos los miércoles por la noche, en la que todos se sentaban en sillas alrededor de la pared. Y alguien diferente se ponía en medio del círculo y lo confesaba todo. Los chicos hablaban. Era divertido y desgarrador, pero catártico. Y pienso que el programa se siente como esa habitación: acogedor.

En el programa tienes tu propio estilo íntimo de entrevistar, que algunos critican, pero que funciona y es muy tuyo.

Gracias. Estaba aterrada cuando comencé. Me sentía muy insegura y sufrí una especie de síndrome del impostor; me juzgaba a mí misma. Empezamos durante la pandemia y si hablábamos con alguien en vivo, era por Zoom. Tenía problemas de gestión de tiempo: las entrevistas duraban 30, 40 minutos y me preguntaban: "¿Cómo conviertes dos horas de grabación en un programa de televisión de 42 minutos?". Después de cinco años, he mejorado mucho. Pero no fue de la noche a la mañana.

¿Cómo lo lograste?

Siempre que me entrevistaban periodistas, tenían una agenda, un conjunto de preguntas. Ahora yo también tengo un plan de acción. Investigo. Sé dónde me gustaría empezar. Sé que tengo que terminar en un momento determinado. Pero no sigo estrictamente un conjunto de preguntas; me encanta descubrir cosas que surgen de manera sorprendente o natural durante el camino.

Vienes de una legendaria familia de actores. ¿Sentiste presión para seguir sus pasos y continuar con la actuación?

Nunca. Siempre quise actuar. Realmente le doy las gracias a mi mamá, aunque eso destruyó nuestra relación; creo que sacrificamos ser madre e hija por este alocado trabajo. Cuando tenía 11 meses, me llevó a una audición y conseguí un comercial. Luego, de alguna manera, logró llevarme a la oficina de Steven Spielberg y él cambió mi vida por completo al darme un papel en E.T. Si no hubiera querido hacerlo, no lo habría hecho. Pero casi todo me encantó. Me encantaron las personas que encontré en el camino. Me encantó viajar a sitios extraños, vivir en diferentes lugares, ver el mundo, ver cómo viven diferentes personas, recorrer todo este país de extremo a extremo. Ha sido educativo, ha sido vivificante, ha sido creativo.

¿Qué sucedió en tu vida después de E.T.?

Pasé por una pubertad incómoda. Ya no era esa pequeña niña linda y fotogénica. Subí de peso. Tenía el cabello alocado. Mis ojos se veían tristes. Fue un periodo realmente difícil. A los 11 o 12 años, no podía conseguir trabajo. Luego ingresé a la institución, y todos pensaban que tenía muchos problemas. Cuando salí, tenía 15 años e iba a audiciones, pero no podía conseguir trabajo. Me presentaba y literalmente me decían: "Estás demasiado gorda. Eres demasiado vieja. Eres demasiado joven. Eres demasiado rubia. No eres lo suficientemente rubia". Me sentí enojada con las personas que querían cambiarme para que encajara. Pensé: "Ese es tu problema. No voy a permitir que hagas de mí quien no soy".

¿Qué hacías en los años en que no estabas trabajando?

Era superartística: tomaba fotos, pintaba, dibujaba y decoraba. También pasaba tiempo con mis amigos. Fue muy divertido. Eran los años 90. La gente no tenía teléfono. La tecnología no ocupaba todo tu tiempo.

Drew Barrymore, Adam Sandler en The Wedding Singer, 1998.
"The Wedding Singer", de izquierda a derecha, Drew Barrymore, Adam Sandler, 1998.
©New Line Cinema/Cortesía de Everett Collection

Después de ese periodo difícil, te convertiste en la "chica del momento" de finales de los 90 y principios de la década del 2000. Formaste una compañía de producción, Flower Films, y encontraste grandes papeles que interpretar. Gwen Stefani dijo el otro día que quería ser tú en aquel entonces.

Dios mío. Qué locura. Había tenido unos 12, 14 años sólidos de mucho dolor asociado con el trabajo. No estaba funcionando. Fue un mal momento. La verdad, me sorprende haber continuado con algo que no parecía ser lo adecuado. Y aún a los 16, 17, estaba haciendo películas de serie B. No fue hasta que tenía poco más de 20 años e hice Ever AfterNever Been KissedWedding Singer y todo ese tipo de películas que pensé: "Qué bien. Hay un espacio para mí aquí, en esto que realmente amo y no cuestiono".

Dijiste que actuar ha sido educativo. ¿Qué aprendiste?

No tenía una familia y realmente quería una. E.T. me enseñó que puedes construir familias en el trabajo. Ever After me enseñó a nunca ser alguien que no se cuida al final del día, que espera ser rescatada, en lugar de rescatarse a sí misma. Esa fue la principal lección de vida de esa película. Con Adam Sandler y The Wedding Singer, aprendí que puedes formar amistades de por vida. Me acerqué a Adam y le dije: "Tengo un presentimiento. Puede sonar como una locura, pero creo que tú y yo estamos destinados a trabajar juntos muchas veces. No sé por qué pienso esto, pero realmente lo pienso. Y es algo muy palpable. Tenía que decírtelo". Hemos hecho tres películas, como una cada 10 años, y ha sido algo realmente importante para mí. Con Charlie’s Angels, aprendí que las mujeres pueden ser la mayor fuente de apoyo para otras mujeres, y que pueden hacer cualquier cosa que se propongan. Y no tienen que fingir ser hombres u odiar a los hombres para lograrlo.

Hablando del paso de los años, estás cerca de un cumpleaños importante: el número 50.

No veo la hora de cumplirlos. Me siento como Frodo [de The Lord of the Rings]. ¡Veo ese anillo de latón y me emociono tanto! No tengo problemas con el envejecimiento; este es el momento más feliz de mi vida.

Ese es un cambio bastante grande si pensamos en cómo te sentías cuando tu matrimonio con Will Kopelman terminó en el 2016.

A los 40, estaba casada y era madre y pensaba: "Bueno, ya hice esto. Lo estoy haciendo. Estoy aquí". Pero mi sueño, de tener una familia sólida, no se hizo realidad. Pensaba que nada podía ser peor que lo que pasé de niña, pero el divorcio fue mucho peor. Simplemente me sorprendió muchísimo. Realmente me rompió como ser humano. Tenía dos hijas pequeñas y no sabía qué trabajo quería hacer ni qué quería hacer en la vida. Mi familia de ensueño se estaba desmoronando y no sabía cómo poner un pie delante del otro. Y había crecido tan rápido, pero ahora no sabía qué edad sentía que tenía; solo sabía que mi vida era pesada, dolorosa y triste, y permanecí en esa situación por un tiempo. Finalmente, gracias a Dios, logré salir de ella. Tenía dos hijas y tenía que arreglármelas. Literalmente valen todo, y las voy a amar, me van a inspirar y no voy a ser codependiente. Ellas pueden ser mi razón de ser, pero creo que sé cómo hacer esto sin convertirlas en el centro de mi universo.

Aun así, tomaste largos descansos durante la última década después de tener a tus hijas porque dijiste que ya no te sentías cómoda "interpretando un personaje".

No, ahora no. No mientras sea la mamá de mis hijas. Sentía como si me estuviera engañando a mí misma, una cornuda profesional. Tenía poco más de 40 años, y no había aprendido a ser una persona saludable e independiente, a ser la madre que soñaba ser. Ser otras personas no me iba a ayudar a lograrlo en ese momento. Y las largas horas filmando eran horas que no tendría con mis hijas. No iba a hacer eso.

¿Todavía crees en los finales felices?

Creo que el hecho de que mi papá abandonó a mi mamá antes de que yo naciera me hizo ser muy consciente de que nada está garantizado. Invierto en mis relaciones; sé que requieren esfuerzo. Me di cuenta de que podía tenerle un gran miedo al abandono; ser dependiente, problemática y desconfiada; y desquitarme con el mundo y las personas a mi alrededor, o podía sentirme afortunada y agradecida por aquellos que están a mi lado. Puedo trabajar para contar con personas que quieran estar a mi lado.

Suenas optimista. Tu tío abuelo, Lionel Barrymore, actuó en una de las películas inspiradoras más optimistas de todos los tiempos, It’s a Wonderful Life.

Creo que todos nos hemos sentido como George Bailey en diferentes momentos de nuestra vida. Todos nos hemos puesto de rodillas debido al dolor y la desolación, ya sea por algo que nos haya sucedido o por una situación autoinfligida. O hemos pensado que nunca volveremos a pasar por algo tan difícil, pero nos encontramos mucho tiempo después en una situación igual de devastadora o quizás incluso peor. Y te preguntas: "¿Puedo afrontar todo esto? ¿Puedo superar esto? ¿Voy a sobrevivir a esto?". Y se siente tan bien cuando lo logras.

¿Cómo es tu vida hoy con tus hijas?

Hablamos de todo. Nos encanta reír; nos encanta el humor. Digo cosas que probablemente no suenan muy maternales y digo palabrotas y soy irreverente. Conducir el automóvil con las niñas y poner música a todo volumen es lo mejor. Son como bibliotecas musicales; siempre me enseñan algo nuevo. Aprendí mi canción favorita actual, "Sailor Song" de Gigi Perez, gracias a Olive. Sí, pronto serán adolescentes. Es gracioso cuando alguien me dice: "Oh, estos son los años buenos". Respondo: "¿Has vivido en mi casa? Hemos pasado por muchas dificultades". Creo que estaremos preparadas. No significa que vaya a ser fácil, pero superaremos los obstáculos. Vamos a ser chicas buenas, no chicas malas. Lo más importante que les he enseñado es a ser amables con las personas. Amables, cautelosas, responsables. Con mucha diversión.

¿Ves hombres y romance en tu futuro?

Mi casa está realmente llena de muchas mujeres. Es como estar siempre dentro de una colmena. Mis amigas están aquí. Trabajo con otras mujeres. Hay un verdadero espíritu de comunidad. No estamos en una casa solitaria. ¿Sería lindo si alguien entrara en mi vida? Ni siquiera sé quién encajaría en ella. Tengo citas de vez en cuando, pero no estoy lista para abrir esa puerta en absoluto. Mis hijas dicen que debería salir, pero también recuerdo cómo me sentía cuando había hombres cerca cuando era pequeña; no me sentía segura, así que probablemente soy demasiado cautelosa debido a esas experiencias.

En busca de un nuevo galán para mamá. Suena como un programa de telerrealidad...

De ninguna manera haría un programa de telerrealidad. Es gracioso que digas que soy muy abierta y vulnerable, ya que tengo límites claros. Cuando estábamos preparándonos para lanzar el programa durante la pandemia, propusieron la idea de hacerlo en mi casa. Yo dije: "Nunca". No ves a mis hijas en ninguna parte. No están en Instagram; no están al alcance de cualquiera. Soy como un dóberman con respecto a eso.

Le dijiste al público el otro día que ya no te vas a reprochar más, que es hora de abrazar la felicidad.

Sí, estoy tan harta de la culpa y la tristeza. Es el hábito que más quiero eliminar de mi vida. El programa ayuda: cuando hablo de las maneras en que me reprocho, veo cabezas asintiendo y digo: "Ya no podemos hacernos esto a nosotros mismos. He visto la luz". No significa que lo haya dominado, pero veo suficiente luz como para saber que esto no es bueno. Entonces, el programa me está ayudando como persona y con lo que quiero lograr como mujer, como madre, como ser humano, como alguien que ahora tiene curiosidad por la salud de diferentes maneras. Es una válvula de escape para la comida, el diseño, las noticias y todas esas cosas que me apasionan, pero al mismo tiempo es mucho más grande que eso; me demostré a mí misma que soy capaz de cambiar. Nunca hubiera imaginado que sentiría paz. Es algo que he conseguido con mucho esfuerzo. Me gustaría vivir la segunda mitad de mi vida como el lado B de un disco, no de la misma manera que el lado A.

Cinco décadas de Drew

1978: hace su debut televisivo en la película Suddenly, Love, a los 3 años

1982: actúa en E.T. y consigue fama mundial, a los 7 años

1984: obtiene su primer papel protagonista en una película, en Firestarter, a los 9 años

1990: publica sus memorias, Little Girl Lost, a los 14 años

1992: es nominada al Globo de Oro a la mejor actriz por Guncrazy, a los 17 años

1995: le muestra los senos a David Letterman en el Late Show with David Letterman, a los 20 años

1998: comienza la era de las comedias románticas con The Wedding Singer, la primera de tres películas con Adam Sandler, a los 23 años

2000: consigue un éxito en taquilla con Charlie's Angels, a los 25 años

2002: actúa en el debut como director de George Clooney, Confessions of a Dangerous Mind, a los 27 años

2004: recibe una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, a los 28 años

2007: consigue la portada de la edición "Los 100 más bellos" de la revista People, a los 32 años

2010: recibe el Globo de Oro y el premio SAG a la mejor actriz por Grey Gardens, a los 34 años

2012: nace su hija Olive, a los 37 años

2014: nace su hija Frankie, a los 39 años

2020: lanza The Drew Barrymore Show, a los 45 años

2020: le anuncia a Martha Stewart que se tomará un "descanso" de la actuación, a los 45 años

2023: es nombrada una de las 100 personas más influyentes del mundo por Time, a los 48 años

2023: experimenta su primer sofoco perimenopáusico en su programa mientras entrevista a Adam Sandler y Jennifer Aniston, a los 48 años

2025: cumple 50 años el 22 de febrero, en la ciudad de Nueva York

Fotografías de Ramona Rosales. Productor: Anderson Hopkins/Kindly Productions; Diseño de escenario: WayOut Studio; Estilista de vestuario: Lee Harris de The Wall Group; Estilista de cabello: Daniel Howell de Walter Schupfer Management; Maquilladora: Lauren Lazaro Gulino de Walter Schupfer Management

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