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10 cosas que nunca deberías comprar usadas

Artículos de una venta de garaje o de bienes que realmente no te conviene llevar a casa.

Una silla vieja en un patio con un letrero en inglés que dice se vende

IMAGE BANK / GETTY IMAGES

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Salir de esa venta de garaje, venta de jardín o tienda de segunda mano con un artículo por el que pagaste una pequeña fracción del costo original —como, digamos, 10 centavos por un cepillo de dientes eléctrico— puede darte satisfacción. Pero ten cuidado de volver a casa con una caja llena de arrepentimiento. Una verdadera ganga nunca debería amenazar tu bienestar ni el de tu familia. Si el artículo no funciona correctamente una vez que llegas a casa, ¿dónde está la ganga? Además... ¿alguien de verdad se metió ese cepillo de dientes eléctrico en la boca antes que tú?

AARP les preguntó a los expertos. Conversamos con tres especialistas en la reventa de artículos, quienes han escrito libros sobre ventas de garaje y son expertos en comprar artículos usados, y nos compartieron sus opiniones sobre los 10 artículos usados que nunca —en ninguna circunstancia— deberías comprar.

1. Medicinas, de ningún tipo

Esto podría parecer algo obvio y alarmante, pero eso no detiene a los vendedores motivados a tratar de deshacerse de medicamentos caducados y hasta usados de todo tipo en las ventas de garaje. Bruce Littlefield, autor de Garage Sale America, recuerda haber llegado a una venta de garaje cerca de Alexandria, Virginia, y ver un tubo usado de Preparation H con el precio etiquetado de 25 centavos. “El solo pensarlo me da escalofríos”, dice. “El hecho de que a alguien no le avergüence vender eso es tan espantoso”, comenta. Littlefield también ha visto medicamentos recetados caducados que se venden en ventas de garaje. “Eso es extremadamente peligroso”, nos dice. Jamás compres ningún tipo de medicamento recetado o de venta libre que esté usado, nos advierte. “Simplemente haz lo correcto y cómpralo en la farmacia”.

2. Cualquier cosa para un recién nacido

Esto incluye ropa para bebé, biberones, ropa de cama, cunas, cochecitos de bebé y asientos de seguridad para niños. El problema: lo desconocido. No sabes quién fue la última persona que lo usó y si le dieron un mal uso. No sabes si lo desinfectaron adecuadamente. No sabes si se han retirado del mercado o rediseñado por motivos de seguridad. Y no necesariamente sabes si están dañados o rotos. “Cuando se trata de cosas para bebé, siempre es mejor pecar de precavidos y comprarlas nuevas”, dice Kathy Ozzard Chism, autora de Garage Sale Success Secrets: The Definitive Step-by-Step Guide to Turn Your Trash Into CA$H!


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3. Colchones, ropa de cama, almohadas y sábanas

Cuando ves que un colchón o almohada usados están en venta, lo único que ves es el colchón o la almohada y no lo que realmente necesitas ver: su historial. No sabes quién o qué durmió en él. No sabes si tiene ácaros de polvo, moho o chinches. Hay mucho que no se sabe como para arriesgar tu salud, dice Anita Chagaris, coautora y editora de Garage Sale Gourmet: Streetwise Shopping for Fun, Profit, and Home Improvement. Considerando que todos pasamos casi una tercera parte de nuestra vida en la cama, al menos deberíamos tomar las precauciones básicas para asegurar que la cama y la ropa de cama en la que dormimos no nos hagan daño, dice ella. La única excepción, dice Chagaris, es si la ropa de cama todavía está empaquetada y es obvio que nunca se ha utilizado; o si la vas a utilizar para otra cosa, como por ejemplo lavarla y donarla a una organización que rescata perros.

4. Trajes de buzo y trajes de baño

En primer lugar, no sabes quién ha estado usando un traje de baño usado. Y, aunque probablemente puedas esterilizarlo con agua caliente y lejía, los trajes de baño no se caracterizan exactamente por su durabilidad. El traje puede estar estirado o apretado en áreas que no desea estirar o apretar.

Los trajes de neopreno simplemente se desgastan con el tiempo, lo que significa que todavía tendrás frío cuando saltes al agua. Y, al igual que con los trajes de baño, los trajes de neopreno deben ajustarse correctamente. Es probable que un traje viejo se haya adaptado al cuerpo del antiguo buzo, que probablemente no tenga la misma forma que el tuyo.

Perfumes encima de una bandeja

Moment / Getty Images

5. Perfumes, colonias, cosméticos o cremas para el cuerpo

Pocas cosas son más personales que las que nos frotamos o rociamos en el cuerpo; así que ni siquiera consideres comprar estas cosas usadas, dice Chism. “Cualquier cosa que te frotes o rocíes en el cuerpo es posible que entre al flujo sanguíneo en un plazo de unos 10 minutos; entonces, ¿por qué arriesgarse a que esté contaminado?”, pregunta. Los cosméticos usados, en particular, pueden ser criaderos de gérmenes y de posibles infecciones, agrega Chagaris.

6. Muebles tapizados

Si vas a comprar muebles tapizados de algún tipo —y no planeas retapizarlos completamente después de comprarlos— estás cometiendo un grave error, dice Chagaris. “Debes tener mucho cuidado con las telas que pueden transferir bacterias, especialmente durante la COVID”, comenta. Al igual que los colchones usados, dice, como no sabes la historia del mueble, no sabes qué tipos de gérmenes, bacterias, ácaros de polvo o chinches podrían estar dentro. Así que compra todos los muebles de madera que quieras, pero evita los tapizados.


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7. Cascos para practicar ciclismo, esquí, tablanieve o motocicleta

Cuando compras un casco usado de cualquier tipo, básicamente estás comprando una esperanza y una oración. Porque no sabes si el casco —generalmente construido para usarse en emergencia una sola vez— ya sirvió esa función en una emergencia anterior y ahora es, básicamente, inútil. No solo no contarás con la fuerza total de su protección, dice Littlefield, sino que tampoco sabes si ese casco en particular ha sido retirado del mercado o sustituido por un modelo más nuevo por motivos de seguridad.

Hablando de artículos para la cabeza, ten cuidado con los sombreros usados. Un sombrero usado puede ser un hogar para cualquier cosa, desde sudor viejo hasta piojos. Y puedes arruinar un sombrero si no sabes cómo desinfectarlo.

8. Animales de peluche

Pueden verse tan encantadores en las ventas de garaje o cuando se colocan estratégicamente en las tiendas de segunda mano, invitándote a comprarlos por tan solo uno, dos o tres dólares. Incluso si los han lavado y desinfectado, no sabes qué tan limpios realmente están, ni sabes con qué frecuencia el niño que lo tenía anteriormente se metió el animal de peluche en la boca mientras le salían los dientes, advierte Chism.

Vasijas viejas colgadas de una parrilla

EyeEm / Getty Images

9. Ollas y sartenes

Estos podrían parecer buenas gangas en las ventas de jardín o en las tiendas de segunda mano cuando te piden solo unos cuantos dólares por artículos que a menudo pueden costar $20, $30 o más. Pero las ollas y los sartenes generalmente vienen con todo tipo de raspaduras chicas y grandes, y ahí es donde está el peligro, dice Chism. Las ollas y los sartenes que están oxidados, rayados o quemados pueden dejar escapar químicos tóxicos que no quieres en tu cuerpo ni en el cuerpo de tus familiares. Cómpralos solo si están nuevos.

Algunas sartenes antiadherentes están selladas con una capa de teflón que puede contener PFOA (ácido perfluorooctanoico) o PTFE (politetrafluoroetileno), que pueden generar gases tóxicos cuando se calientan. Estos vapores tóxicos pueden causar lo que se conoce como “fiebre de los vapores de polímeros”. Los síntomas incluyen dificultad para respirar, fiebre y dolor de garganta. Solo compre sartenes antiadherentes nuevas.

10. Rompecabezas y juegos de mesa

A menos que estén sellados —y claramente nunca se hayan abierto—, estás destinado a sufrir una decepción si compras rompecabezas o juegos de mesa que usados, dice Littlefield. Aunque él no ha comprado rompecabezas usados, dice que tiene amigos que lo han hecho. Después de pasar horas armando el rompecabezas, se decepcionaron al darse cuenta de que faltaban algunas piezas. Es muy difícil verificar en las ventas de jardín, ventas de garaje y tiendas de segunda mano que todas las piezas estén incluidas. Los juegos de mesa también pueden ser problemáticos. A Littlefield todavía le duele haber comprado hace años el antiguo juego de mesa Password usado, porque después descubrió que le faltaba una pieza importante. “No quieres sentirte engañado después”, agrega. Su contraseña: “frustración”. No hagas que también sea tuya.

Bruce Horovitz es un escritor colaborador que cubre temas de finanzas personales y el cuidado familiar. Anteriormente escribió para Los Angeles Times y USA TODAY. Horovitz escribe regularmente para The New York Times, el Wall Street Journal, The Washington Post, Investor's Business Daily, AARP Magazine, AARP Bulletin, Kaiser Health News y PBS Next Avenue.