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La frustración de un albacea

Mis tribulaciones como testamentaria y cómo puedes evitarlas.


spinner image Lori Trawinski sentada en un escritorio con el teléfono, mirando la chequera y con papeles volando por el aire a su alrededor.
Lori Trawinski, de AARP, se sintió abrumada por el tiempo, la energía y el papeleo que implicaba ordenar el patrimonio de su madre.
Foto de Matt Roth/Composición fotográfica de Chris O’Riley

Cuando mi madre me pidió que fuera su albacea, pensé que sabía en qué consistiría el trabajo: reunir el dinero de sus cuentas financieras, distribuirlo según lo indicado en su testamento y atar otros cabos sueltos. Mi madre había sido la albacea de mi padre cuando él murió en el 2013, y el proceso parecía sencillo. Imaginé que cumplir con esta triste tarea algún día me tomaría menos de un año.

Qué equivocada estaba. Han pasado casi dos años desde que mi madre falleció en el 2022, y todavía no he terminado. Mi madre hizo muchas cosas bien. Tenía un testamento, un poder notarial y un poder notarial para la atención médica. Ella compartió sus deseos sobre quién debería recibir ciertos artículos después de su muerte. Y su patrimonio no era complicado. Aun así, ha sido un agotador proceso de formularios notariados, llamadas telefónicas, mensajes por fax y dificultades. Pero he aprendido mucho sobre lo que mi madre y yo podríamos haber hecho para que esto fuera más fácil. Ya sea que estés haciendo tu propia planificación patrimonial o estés en turno para ser un albacea algún día, a continuación te comparto algunas lecciones valiosas.

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Prepárate para el costo de la muerte

La mayoría de los costos de un funeral y entierro pueden ser cubiertos por el patrimonio de una persona, pero tardíamente. Cuando muere un ser querido, tienes que pagar rápidamente y, si hay dinero en el patrimonio, te reembolsan después. Tuve dos días para pagar $17,500 para el funeral, el velorio y el ataúd de mamá porque la funeraria requería el pago por adelantado y no aceptaba tarjetas de crédito. Me ofrecieron ponerme en contacto con una empresa que presta dinero para funerales, pero lo rechacé. Esos prestamistas podrían cobrar un interés del 30% o requerir el título de tu automóvil como garantía. Por suerte, mi hermano, mi hermana y yo pudimos pagar los $25,000 del costo total del funeral de mamá y los gastos asociados sin tener que pedir prestado.

Primera lección de vida y muerte: Hubiera sido genial si mamá hubiera abierto una cuenta bancaria conjunta conmigo, así podría haber accedido al dinero para el funeral.

Prepárate para más gastos iniciales

Cuando eres el albacea, las empresas te permitirán informar sobre la muerte, pero no compartirán los saldos de las cuentas, ni te permitirán hacer pagos de préstamos a menos que tengas cartas testamentarias, prueba legal de que tienes la autoridad para actuar en nombre de la herencia. Entonces, hasta que no valides el testamento y obtengas tus cartas testamentarias, tienes que manejar las facturas del patrimonio con tus propios fondos, asumiendo que tengas el dinero. En Nueva Jersey, donde murió mamá, tardó casi seis semanas recibir las cartas y otras cuatro para tener acceso a sus cuentas financieras. Durante ese tiempo pagué sus facturas —teléfono, electricidad, impuestos de propiedad y más— de mi propio bolsillo.et.

Segunda lección de vida o muerte: Vuelvo y repito, una cuenta conjunta con mamá habría ayudado.

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Tu banco puede hacerte perder la cabeza

Una de las primeras tareas al recibir mis cartas testamentarias fue abrir una cuenta corriente del patrimonio para recibir el dinero adeudado y pagar sus gastos. Esto fue fácil en PNC Bank, donde mamá tenía una cuenta de ahorros. Esos fondos fueron transferidos rápidamente a la cuenta del patrimonio.

Las cosas no salieron tan bien en Capital One, donde mamá tenía cuentas de ahorros y corrientes, una tarjeta de crédito y un préstamo de automóvil.

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Primero, las cuentas bancarias. En la sucursal local de mamá, un empleado escaneó el certificado de defunción y mis cartas testamentarias, y yo llené una carta de instrucción indicando cómo quería recibir el dinero. El Departamento de Bienes Raíces entonces se pondría en contacto. ¿El Departamento de Bienes Raíces tiene un número de teléfono al que puedo llamar? No. Luego pasó más de un mes de comunicación intermitente con el banco. Ellos pedían más información u otro formulario, yo respondía, y después de un retraso de cinco días, ellos hacían otra solicitud. Cuando, después de casi dos semanas de silencio, aún no había recibido el dinero, escribí para decir que presentaría una queja ante la Oficina para Protección Financiera del Consumidor y la oficina del fiscal general de Nueva Jersey.

Eso me consiguió una respuesta rápida y clásica: el cheque estaba en el correo. Casi dos meses después de mi visita al banco, ese cheque finalmente llegó. Mientras tanto, el Departamento de Tarjetas de Crédito del banco, que sí tiene un número de teléfono, me llamaba constantemente por el pequeño saldo de la tarjeta de crédito de mi madre.

El préstamo del auto fue otra fuente de frustración. Al momento de su muerte, los pagos mensuales de mamá se estaban deduciendo automáticamente de su cuenta corriente. Cuando se dedujo un pago regular de su cuenta una semana después de que ella murió, Capital One revirtió la transacción. Intenté hacer el pago con mis propios fondos, pero fue rechazado. Tan pronto como recibí mis cartas testamentarias, me preparé para pagar el préstamo, que es cuando vi las multas por retraso por los pagos que nunca se hicieron porque el banco no me lo permitía. Apoyada por mi registro de intentos de pago, protesté. Eliminaron los cargos y pagué por completo el automóvil. (Me puse en contacto con Capital One para que pudieran hacer un comentario. Ahora proporcionan un número de teléfono para el departamento de asuntos patrimoniales, pero solo para ayuda con cuentas bancarias y de tarjetas de crédito. Todavía tienes que llamar al departamento de préstamos para autos por separado).

Tercera lección de vida o muerte: Mantén registros detallados de todas las llamadas y conversaciones con las instituciones con las que tratas. Presenta una queja ante los reguladores si no te están tratando de manera justa

Los servicios públicos tampoco son fáciles

A menos que estés registrado en una cuenta, probablemente los proveedores de teléfono, servicios inalámbricos e internet no hablarán contigo por teléfono. Pueden decirte que vayas a una de sus tiendas y lleves un certificado de defunción y las cartas testamentarias. Irónicamente, poco después de hacer eso y ser agregada a la cuenta de Verizon Fios de mi madre, fui a una tienda para cancelarla, pero me dijeron que tenía que hacerlo por teléfono.

Cancelar el plan móvil de mamá tomó tres visitas a una tienda AT&T, y sucedió, milagrosamente, aunque no tenía la contraseña de la cuenta que esperaban que supiera.

Cuarta lección de vida o muerte: Agrega tu nombre a las cuentas de servicios públicos para que sean más fáciles de administrar.

El papeleo puede ser un dolor de cabeza

Mi madre tenía una cuenta de corretaje en TD Ameritrade con algunas acciones. Transferir esos activos al patrimonio fue fácil. Mamá también tenía cuatro acciones individuales que nunca había transferido a su cuenta de corretaje. Esas requirieron mucho más trabajo. Antes de que pudiera transferirles, los beneficiarios tenían que llenar un formulario con su información fiscal y dirección. También tuve que obtener una certificación de firmas (“medallion guarantee”) de un banco, un documento que confirma tu identidad y autoridad legal para transferir acciones.

La dificultad continuó después de que envié todos los documentos necesarios a Computershare, el agente de transferencia para las acciones. Dos semanas después, ingresé el número de seguimiento del paquete en internet y vi que el paquete se había quedado parado en una oficina de correos. Computershare luego me dijo que la dirección que se muestra en su sitio web era de una oficina que había estado cerrada desde hace algún tiempo. Por suerte, la oficina de correos encontró el paquete y lo envió a la ubicación correcta.

Quinta lección de vida o muerte: Considera trasladar las acciones mantenidas directamente a una cuenta de corretaje o utiliza una designación de “transferencia en caso de muerte” (TOD). Si eres el albacea, envía documentos importantes utilizando un servicio que permita el seguimiento de los envíos.

Prueba el método de la limpieza sueca para la muerte

Cómo allanar el camino

Más pasos para facilitarle la vida a tu albacea y herederos

Elige un albacea confiable que sea paciente, minucioso y atento a los detalles.

Completa un testamento y cualquier solicitud de funeral, y asegúrate de que tu albacea pueda acceder a ellos.

Cataloga todos los activos y deudas. Haz una lista de las contraseñas de las cuentas.

Verifica los beneficiarios de las cuentas IRA y 401(k). Están establecidos en la documentación de la cuenta, no en tu testamento.

Mis padres compraron un acre de terreno en Vermont en 1975, con la intención de construir una segunda casa. Nunca lo hicieron, pero tampoco vendieron el terreno. Como el terreno está en otro estado, tuve que contratar a un abogado de Vermont y abrir un patrimonio secundario, lo que requiere otra ronda de documentos, más viajes al notario y una búsqueda para encontrar un agente de bienes raíces para poner la propiedad a la venta. Todavía está en el mercado.

Sexta lección de vida o muerte: Vender ahora los bienes que no se utilizan hará más fácil las cosas después de tu muerte. Consolidar las cuentas financieras también puede ayudar. Las personas hablan sobre la limpieza sueca de la casa para la muerte, pero nadie habla sobre la limpieza de los bienes en caso de muerte. Suena morboso, pero deberíamos hacerlo.

Prepárate para los sentimientos

Vale la pena mencionar un desafío adicional: este es una tarea emocional. Transferir los bienes ganados con esfuerzo que mis padres habían acumulado durante sus vidas fue triste. Cancelar el servicio a un teléfono que solía llamar todos los días fue tan doloroso que lo pospuse durante meses. Derramé muchas lágrimas como albacea, algunas por frustración pero la mayoría por la tristeza de perder a mamá. Tuve suerte de tener una esposa y hermanos que me apoyaron, así como la ayuda de un abogado. Si eres un albacea, no temas pedir ayuda a otros.

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