Marco Antonio Regil: ‘Descansé en el momento en que acepté que mi mamá tenía Alzheimer’
Sus consejos para las personas que cuidan de un ser querido.
Marco Antonio Regil conoce el Alzheimer muy de cerca. Conoce los altibajos emocionales y físicos. Conoce también el difícil camino que transitó su madre, Irma Sánchez Mayans, a través de 15 años con la enfermedad.
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“Fue un proceso muy largo y duro”, dice el conductor de televisión y radio. Explica que en un principio su mamá olvidaba dónde colocaba objetos personales, más tarde, perdió el sentido de la ubicación y no recordaba a sus seres queridos. Finalmente, olvidó cómo realizar actividades básicas. “Ya no podía hablar, sin embargo, tarareaba ‘Cielito lindo’”, cuenta Regil.
Las redes sociales jugaron un papel fundamental en el proceso de superación y sanación del motivador, nacido en México, después del fallecimiento de doña Irma el pasado 15 de febrero. Los emotivos videos de él junto a su madre enferma generaron compasión e incluso abrieron una línea de conversación entre él y algunos de sus seguidores que vivían una situación similar. El resultado: un grupo de apoyo virtual. “Esa gente es mi familia”, dice, refiriéndose a las miles de personas que lo siguen en las redes sociales. “Las mañanas eran horribles, sobre todo al despertar y recordar que ya no estaba”, explica.
Salir con amigos, reír, practicar ciclismo y volver a alimentarse bien son otras de las actividades que aún lo ayudan a navegar por este proceso. “Caminar con tu perro es una de las mejores cosas que puedes hacer”, recalca. “Te despejas, conoces gente. Los animalitos te hacen sociable y salir a caminar con ellos es una maravilla, es un ejercicio básico”.
En medio de lo engorroso de la situación, Regil rescata una vivencia positiva: la experiencia del amor. Comprendió con mayor profundidad el significado del amor de hijo y cómo este supera las barreras del espacio físico. “El amor que yo siento por ella no se fue. Su cuerpo se fue, pero el amor que yo siento por ella es algo que he sentido siempre dentro de mí, ese nadie me lo puede quitar. Y el amor de ella hacia mí, ese tampoco se va”, asegura. “Cada vez que quiero experimentar ese amor, puedo recordarla y abrazar a alguien más como la abrazaba a ella, y sentirla al amar a otras personas”.
En el camino de cuidar a un ser querido hasta el final de sus días son muchos los sentimientos y los retos que se experimentan. Y aunque nunca estaremos completamente preparados para una labor tan compleja, sí podemos allanar el camino de modo que al concluir la labor sintamos satisfacción y no remordimientos. Regil compartió con nosotros estos tres consejos sencillos, pero imprescindibles:
Acepta la realidad: acepta la situación y no discutas o contradigas a la persona enferma. No se puede obligar a la persona a ser lo que era antes. “Yo descansé mucho cuando acepté y la familia aceptó que mi mamá tenía Alzheimer y que ya sus pensamientos no iban a ser congruentes”, cuenta. “No se puede culpar a nadie o vivir peleando con Dios o con la vida” .
Enfócate en darles amor: abrázalos, bésalos, quiérelos, acompáñalos. No te enfoques en corregirlos y no pretendas que sean como tú quieres que sean u obligarlos a hacer lo que tú crees que tienen que hacer. “Si no quiere comer o tomar agua, ¿qué hago? ¿Me peleo o me enojo? No, porque le va a lastimar más mi enojo como hijo”, enfatiza.
Edúcate: si vas a cuidar de un familiar —o vas a contratar a alguien para que lo haga— tienes que buscar información, tanto sobre la condición como sobre los recursos disponibles. Apóyate en los grupos de personas que están pasando por una situación similar a la tuya; así no te sentirás solo o perdido. Busca información en las redes sociales y habla con los expertos en el tema.
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