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¿Cuánto dura la vacuna de refuerzo contra la COVID?

Las investigaciones sugieren que la protección contra una enfermedad grave podría retrasar la necesidad de otra dosis en algunas personas.

Ilustración que muestra muchas inyecciones en dirección del virus de COVID

DUSAN STANKOVIC / GETTY IMAGES

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Cuando se trata de la pandemia, ha sido un largo invierno; uno de infecciones de COVID-19 sin precedentes y cientos de miles de vidas perdidas. Y a lo largo de todo esto, algo se ha vuelto claro: una vacuna de refuerzo es clave para evitar los estragos de la variante ómicron, que ahora es dominante.

Durante diciembre, los adultos no vacunados de entre 18 y 49 años fueron 30 veces más propensos a ser hospitalizados que las personas de ese mismo rango de edad que habían recibido el refuerzo, según datos federales (en inglés). Al analizar el grupo de 65 años o más, la probabilidad fue hasta 51 veces mayor. Además, el riesgo de morir a causa de la COVID-19 durante enero fue 41 veces mayor para los adultos no vacunados que para aquellos con la vacuna de refuerzo. “Es muy importante recibir la dosis de refuerzo para ómicron”, dice David Montefiori, profesor y experto en vacunas del Human Vaccine Institute de la Facultad de Medicina de Duke University. 

¿Cuánto dura esta protección? “No hay respuestas definitivas claras”, dice Alessandro Sette, profesor en La Jolla Institute for Immunology. Pero los científicos están aprendiendo más todos los días. Esto es lo que sabemos hasta ahora sobre la duración de la vacuna de refuerzo y lo que podría significar para el futuro. 

La protección de los refuerzos disminuye, pero todavía se evitan las enfermedades graves

Si eres uno de los más de 93 millones de personas en Estados Unidos que recibieron un refuerzo contra la COVID-19 en otoño o invierno y no estás inmunocomprometido, varios expertos dicen que es probable que todavía estés bien protegido contra una enfermedad grave y la muerte. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las vacunas ofrecen “un grado de protección” que depende de varios factores, entre ellos la edad, la genética, el sistema inmunitario y las enfermedades subyacentes, dice el Dr. Gregory Poland, profesor de Medicina y Enfermedades Infecciosas en Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, y fundador y director del Vaccine Research Group de Mayo Clinic. “No es tan simple como encender un interruptor”.


Para información actualizada sobre la COVID-19 visita aarp.org/ElCoronavirus


Las investigaciones recolectadas durante la ola de ómicron (en inglés) y publicadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) hallaron que aproximadamente dos meses después de la vacuna de refuerzo de Pfizer-BioNTech o Moderna, la eficacia de la vacuna contra la hospitalización fue de alrededor del 90%. Cuatro meses después fue de alrededor del 80%, lo que el Dr. Anthony Fauci, experto en Enfermedades Infecciosas, dice que “todavía es un buen área de protección”. También es mucho más alta que el nivel de protección contra la hospitalización provisto por dos dosis estándares de una vacuna ARNm, que disminuyó a alrededor del 54% aproximadamente cinco meses después de la vacunación.

A pesar del declive inicial, los científicos dicen que el grado fuerte de protección contra efectos graves podría mantenerse estable por aún más tiempo en algunas personas. ¿La razón? Estamos aprendiendo más sobre los diferentes componentes del cuerpo que luchan contra la COVID y cómo están aumentando su defensa ante el coronavirus.

Células B y células T: no se trata solo de los anticuerpos

La neutralización de los anticuerpos, de lo que se habla comúnmente, es solo un componente clave en esta defensa. Estas proteínas que atacan a los gérmenes aumentan después de la vacunación o la infección (ambas desencadenan su producción) y circulan en la sangre, y están atentas al virus. Si reconocen a un invasor, intentarán unirse al virus, lo que interferirá con su capacidad para infectar las células. Sin embargo, ómicron ha complicado sus esfuerzos: según los Institutos Nacionales de la Salud, los anticuerpos generados por las vacunas contra la COVID-19 “no reconocen sus objetivos tan bien en variantes muy mutadas como ómicron”. Esto ayuda a explicar por qué hemos visto tantas infecciones posvacunación desde que la variante se convirtió en dominante.  

Además, las investigaciones sugieren que estos anticuerpos neutralizantes pierden fuerza con el tiempo, y sus niveles se reducen después de varios meses.

Ahí es donde entra la próxima línea de defensa: específicamente, las células B, que producen anticuerpos, y las células T, que patrullan y destruyen las células infectadas con el virus.

“Puedes imaginar que las células B son soldados que tiran balas, y las balas son los anticuerpos. Así que, una vez que el agresor ya no está, los soldados dejan de disparar. Sería un malgasto de balas mantener la producción de anticuerpos para un virus que ya no está ahí”, explica Sette. Si el virus vuelve a aparecer, “en cuestión de días las células estarán listas para volver a desarrollar una respuesta inmunitaria completa”, dice Sette.

Un nuevo estudio preimpreso (en inglés), del que reportó por primera vez el New York Times, encontró que una tercera dosis de una vacuna ARNm (de Pfizer o Moderna) aumenta el poder de estas células B, lo que permite que “produzcan anticuerpos capaces de eliminar incluso variantes diversificadas como ómicron” dentro de unos días de reconocer a un invasor, señalan los autores del informe. Esto puede ayudar a explicar por qué una vacuna de refuerzo de ARNm que no estaba “diseñada específicamente para proteger contra las variantes es eficaz contra enfermedades graves inducidas por las variantes”, escriben. Sin embargo, la investigación aún no se ha evaluado por expertos.

“Las células B tienen la increíble capacidad de seguir evolucionando”, explica Sette, y agrega que incluso en ausencia de una infección persistente, “tienes la continua madurez de la respuesta de anticuerpos”.

Además, las investigaciones de Sette y otros (en inglés) demuestran que la mayoría de las células T —las células que ayudan a controlar y terminar una infección— generadas después de la vacunación continúan reconociendo las variantes del coronavirus, incluida ómicron. “Estas células no evitarán que te infectes, pero en muchos casos es probable que eviten una enfermedad grave”, dijo en un comunicado Shane Crotty, profesor en La Jolla Institute for Immunology y coautor del estudio publicado en Cell (en inglés). (Los datos del estudio provinieron de los adultos completamente vacunados, pero que aún no habían recibido un refuerzo. Los investigadores están actualmente estudiando las respuestas a las células T en las personas con refuerzo).

No está claro cuánto duran estas respuestas, pero las respuestas de las células B y T tienden a persistir durante algún tiempo, dicen los expertos. Según Sette, las células T duraron más de una década después de infecciones por el virus del SARS, que fue la causa del brote del 2003 en Asia.

“Todavía estamos aprendiendo mucho sobre lo que llamamos correlatos inmunitarios de protección”, dice el Dr. Robert Atmar, profesor de Medicina y Enfermedades Infecciosas en el Baylor College of Medicine en Houston. “En otras palabras, ¿qué parte o partes del sistema inmunitario protegen a una persona de infectarse, o enfermarse leve o gravemente? Todavía hay mucha información nueva, y parece que la inmunidad celular se ve menos afectada por los cambios en las variantes”.  

Un segundo refuerzo puede tener sentido para algunos

Debido al poder de permanencia de estas células B y T, varios expertos entrevistados por AARP dicen que una segunda dosis de refuerzo (que equivale a una cuarta dosis para las personas que recibieron Pfizer o Moderna para su primera serie y una tercera dosis para las que recibieron Johnson & Johnson como su primera dosis) podría no ser necesaria de inmediato, al menos para la mayoría de los adultos saludables y en ausencia de una variante más virulenta. Una predicción es que un segundo refuerzo podría estar disponible en el otoño, una época del año en la que muchas personas también van a la farmacia o al consultorio del médico para vacunarse contra la gripe.

Algunos países ya comenzaron la distribución de una cuarta dosis para los adultos mayores; Fauci ha dicho (en inglés) que en Estados Unidos “las recomendaciones, si es necesario, se actualizarán según los datos a medida que evolucionen”. Agregó que “para las personas inmunocompetentes, una sola vacuna de refuerzo continúa brindando altos niveles de protección contra una enfermedad grave causada por ómicron”. (Las personas inmunocomprometidas ya pueden recibir una cuarta dosis de la vacuna ARNm).


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Sin embargo, incluso si se recomienda un segundo refuerzo, eso no significa que necesariamente tendremos que recibir un refuerzo cada varios meses, aunque una dosis anual de refuerzo es una posibilidad. Una dosis adicional de la vacuna podría ser suficiente para mantener los niveles de anticuerpos neutralizantes más altos durante más tiempo, dice Montefiori. Una vacuna adicional también podría ayudar a que las células B de memoria continúen madurando, para que estén mejor preparadas para infecciones futuras

“Sin embargo, en algún momento alcanzas una meseta en la que continúas recibiendo refuerzos y los anticuerpos no mejoran, las células B de memoria en reposo no continuarán mejorando; tendrás la mayor cantidad que el cuerpo puede producir, y en su mayor madurez”, dice Montefiori. “Creo que tres dosis no son suficientes; opino que necesitaremos cuatro. Y para las personas con sistemas inmunitarios más débiles, es probable que se necesiten cinco dosis”.

Mientras tanto, si no has recibido tu primer refuerzo y reúnes los requisitos para hacerlo —menos de la mitad de las personas de 12 años o más completamente vacunadas han recibido la dosis de refuerzo— asegúrate de recibirlo, agrega Montefiori. Podría protegerte contra una enfermedad grave causada por una infección de ómicron. También puede defenderte de la ira de cualquier variante futura.

“Lo que vemos con el refuerzo es la protección contra ómicron, que es muy, muy diferente a cualquier otra variante que hemos visto antes. Así que soy optimista. Lo tomo como una señal de que recibir la dosis de refuerzo también podría ayudar a proteger contra las variantes futuras”, dice.

Además, sigue siendo importante mantener otras medidas preventivas que pueden reducir tu riesgo de enfermarte, dicen los expertos entrevistados por AARP, incluso a medida que los nuevos casos de COVID-19 continúan disminuyendo en muchas áreas del país. “Usa una mascarilla adecuada de forma adecuada” cuando estés en interiores con personas que no son tu familia, dice Poland. Trata de mantener cierta distancia física entre ti y los demás, agrega, y asegúrate de obtener tu información de fuentes confiables, como centros médicos académicos.

Además, verifica las tasas de infección en tu comunidad; esto puede ayudarte a sopesar tu riesgo individual, sugiere Atmar. (Puedes consultar los niveles locales de transmisión en el sitio web de los CDC aquí —en inglés). “Y luego, mantente atento”, dice Poland. 

Rachel Nania escribe sobre atención médica y políticas de salud para AARP. Anteriormente fue reportera y editora de WTOP Radio en Washington, D.C. Recibió un Premio Gracie y un Premio Regional Edward R. Murrow, y también participó en un programa sobre demencia con la National Press Foundation.