Vida Sana
Gayle Lloyd no tiene ningún bulto en el pie derecho desde octubre del 2021, cuando la residente de St. Leonard, Maryland, decidió someterse a una intervención quirúrgica mínimamente invasiva para extirpar la protuberancia.
Al igual que casi un tercio de los adultos del país, Lloyd, de 63 años, tenía un juanete, una dolorosa protuberancia ósea en la base del dedo gordo del pie que se produce cuando la articulación se desalinea. Los adultos mayores son más propensos a padecer estos molestos bultos, y las investigaciones indican que suelen afectar más a las mujeres que a los hombres.
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Algunas personas pueden aliviar el dolor y la presión que pueden causar los juanetes con medicamentos de venta libre, calzado más espacioso y almohadillas que actúan como una barrera. En algunos casos, el problema se puede resolver con procedimientos médicos, como el que se le realizó a Lloyd.
AARP invitó a cuatro cirujanos ortopédicos de pie y tobillo a explicar quién se podría beneficiar de la cirugía de juanetes y qué se puede esperar de una intervención ambulatoria. Esto es lo que debes saber si estás pensando en operarte de un juanete.
¿Llegó el momento de operarse?
Según la Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos (AAOS), puedes ser candidato a una intervención quirúrgica si el pie donde se encuentra el juanete te produce mucho dolor y limita tus actividades cotidianas, como caminar. Tal vez el dedo gordo del pie esté inflamado, hinchado, rígido o “desviado” hacia otros dedos —o incluso se ha cruzado por encima de otro dedo— y los analgésicos no ayudan a aliviar los síntomas.
Debes saber que, como con cualquier operación, la extirpación de los juanetes entraña riesgos, por lo cual la AAOS insiste en que la intervención se debe limitar a las deformidades que causan dolor, y no debe realizarse con fines estéticos. Si tienes la esperanza de evitar una intervención quirúrgica, prueba usar almohadillas protectoras que amortigüen la zona adolorida (se venden en las farmacias).
También puede ser conveniente cambiar de calzado. Elige uno que tenga la puntera ancha o abierta y un material blando en la parte superior, aconseja la Dra. Carol Frey, codirectora de West Coast Sports Medicine/UCLA Sports Medicine Fellowship, en Manhattan Beach, California: considera usar zuecos, mocasines y sandalias. También hay plantillas para el calzado que pueden ayudar a distribuir la presión en los pies con mayor uniformidad al caminar.
Una vez más, si estas medidas no surten efecto y el problema afecta tu calidad de vida, pregúntale a tu médico si la cirugía podría ser una solución.
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