Los viajes pueden mejorar la salud mental

Los investigadores proponen algunas formas en las que unas vacaciones pueden tener un efecto terapéutico para los adultos que padecen demencia leve o moderada.

• Viajar nos ofrece la oportunidad de activar el cerebro mediante la estimulación del pensamiento, la concentración y la memoria, en particular al interactuar con los cuidadores o con otros turistas.

• Al viajar, las personas visitan lugares nuevos en los que los adultos con demencia pueden “experimentar nuevas emociones, estados de ánimo y otras reacciones, y así estimular las funciones cerebrales que les permiten procesar esos sentimientos”.

• Al viajar también suele ser necesario que los adultos con demencia caminen o se muevan más, lo que puede mejorar su estado físico y su salud vascular. “El ejercicio se ha vinculado al bienestar mental, y viajar suele implicar un aumento de la actividad física, como por ejemplo caminar más”, según Wen. 

• Se ha demostrado que las experiencias sensoriales, como los masajes y la aromaterapia que se ofrecen en los tratamientos de spa, reducen la intranquilidad de las personas con demencia.

• Las comidas son otra experiencia sensorial que puede crear recuerdos y mejorar el estado de ánimo. Además, las comidas en familia pueden brindar la oportunidad de lograr una mayor interacción social. “Las comidas suelen ser diferentes durante las vacaciones: por lo general son actividades más sociales con varias personas, y se ha comprobado que las comidas en familia ejercen una influencia positiva en los hábitos alimentarios de los pacientes que tienen demencia”, afirma Wen. 

• Las vivencias inolvidables que aportan los viajes pueden representar una valiosa colección de recuerdos a los que se puede recurrir más adelante para estimular la recuperación de la memoria por medio de la terapia de recuerdo, sobre todo si guardas un registro de tus viajes en video.

• Las excursiones en grupo o en familia pueden ofrecer oportunidades sociales para reforzar el vínculo con los grupos y la sociedad.

En el caso de las personas que no pueden viajar, los investigadores destacan que los paseos de realidad virtual también pueden aportar beneficios terapéuticos a los adultos que viven con demencia.