Puerto Rico: ¿Quién cuida a nuestros mayores?
Conoce los desafíos y cómo cinco familias abordan el reto de cuidar, en la isla y en la distancia.
Una profunda recesión económica, un Gobierno carente de recursos y el éxodo de las generaciones más jóvenes ha dejado a la isla con una frágil red de apoyo para una población anciana cada vez mayor.
Además, en los últimos años los puertorriqueños han tenido que batallar con las secuelas de fenómenos naturales implacables, como los huracanes del 2017; los cientos de sismos que han destruido escuelas, viviendas, hospitales y han desplazado a muchos de sus hogares; y una sequía intermitente. La crisis del coronavirus ha colocado a las personas mayores y a sus cuidadores ante nuevos retos y ha sacado a flote, una vez más, la necesidad de un sistema sólido de cuidado que garantice una vejez digna.

“El 67% de la población de 50 años o más apoya económicamente a sus hijos o nietos".
“La Procuraduría de las Personas de Edad Avanzada cuenta con el Programa Respiro. El Departamento de Familia tiene un programa de amas de llaves. Hay programas de cuidado, pero a escalas bien pequeñas. No podrían atender ni el 5% de la necesidad. Y eso era antes de la crisis”, dice José Acarón, director de la oficina de AARP en Puerto Rico.
“En el futuro va a ser mayor la necesidad de apoyo”, añade Acarón, quien señala la pérdida de pensiones y ahorros y el desplome del valor de las viviendas como factores adicionales que abruman a las generaciones mayores en la isla.
Además, “el 67% de la población de 50 años o más apoya económicamente a sus hijos o nietos. Así que, no solo cuidan de sus padres. Nuestros adultos mayores están encargados de hasta cuatro generaciones”, recalca Acarón.
Conoce los desafíos, las historias, y cómo cinco familias abordan el reto del cuidado, en la isla y a la distancia.