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12 maneras creativas para que los cuidadores fomenten la socialización

La soledad tiene graves consecuencias para la salud. Aquí te explicamos cómo mantener a tu ser querido activo y motivado.


Ilustración de personas mayores realizando actividades al aire libre
Liam Eisenberg

La mayoría de las tareas que los cuidadores familiares hacen por sus seres queridos son muy claras. A veces, tienen que averiguar cuánta medicina darles y con qué frecuencia, llevarlos a tiempo a una cita con el médico o alimentarlos con comidas nutritivas tres veces al día. Pero hay una tarea crítica que suena fácil pero se encuentra entre las más difíciles: la socialización.

 La socialización es particularmente crítica a medida que envejecemos porque nos da un sentido de pertenencia y propósito, afirma Linda Abbit, autora de The Conscious Caregiver: A Mindful Approach to Caring for Your Loved One Without Losing Yourself. Ella dice que la socialización ayuda a los adultos mayores a mantener sus habilidades lingüísticas y a mejorar su bienestar físico y mental. 

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"Estar cerca de otros es bueno para nuestra salud", señala Donna Benton, directora del Centro de Apoyo a los Cuidadores Familiares de la Universidad del Sur de California y profesora adjunta de investigación de Gerontología.

Pero más allá de llevar a tu ser querido al centro de adultos mayores local, o al centro comercial para dar un paseo, a menudo puede ser un desafío idear formas creativas para mantener a los seres queridos mayores activos y socialmente conectados, sobre todo si están confinados en casa. AARP se puso en contacto con cinco expertos en cuidado familiar para obtener nuevas ideas sobre cómo los cuidadores familiares pueden ayudar en el proceso de socialización.

1. Idea proyectos para hacer en casa

Para Lois Kelly, requirió un poco de creatividad determinar cómo ayudar a su esposo, Greg Matta (que en ese entonces tenía 71 años y estaba luchando contra la enfermedad de Parkinson), a mantenerse activo en casa. Matta, quien anteriormente era dueño de una tienda de vinos finos en Providence, Rhode Island, destacaba en la supervisión de casi cualquier proyecto. Por lo tanto, su esposa lo ayudó a idear proyectos relevantes para que él los gestionara en casa.

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Contrató al hijo veinteañero de un vecino para que fuera a la casa una o dos veces a la semana y trabajara en proyectos domésticos con Matta. Uno implicaba arreglar una lámpara exterior que había dejado de funcionar; otro requería plantar nuevos arbustos; y otro era instalar un nuevo timbre. En cada caso, el hijo del vecino no solo aportó sus habilidades para hacer trabajos de mantenimiento en el hogar, sino que también era alguien con quien Matta podía hablar sobre el trabajo en cuestión y todo lo demás, desde las noticias mundiales hasta las novedades del vecindario.

"Esto le daba a mi esposo algo que esperar con ansias y lo hacía sentir bien al día siguiente", dice Kelly, autora de Slow Loss: A Memoir of Marriage Undone by Disease.

Kelly le pagaba al joven $20 la hora. Este proyecto continuó durante casi dos años y cimentó una amistad especial. Aunque su esposo no participaba físicamente en ninguno de los proyectos, ella explica que "se sentía muy involucrado y no era algo cognitivamente pasivo".

2. Contrata a alguien que haga limpieza ligera y que también sea cuidador

Kelly estaba muy consciente de las cosas que motivaban a su esposo socialmente; una de ellas era tener la compañía de una mujer joven, positiva y carismática. Por lo tanto, contrató a una empleada doméstica de unos 40 años que iba a la casa una vez a la semana. Para su esposo, ella era solo una empleada doméstica. Pero Kelly sabía que también era una cuidadora capacitada que podía monitorear el bienestar de su esposo.

"Fue un pequeño engaño", dice Kelly. "En ese momento, mi esposo insistía en que no quería un cuidador, pero yo sabía que necesitaba socialización".

La ayudante hacía tareas como lavar platos, aspirar y quitar el polvo, pero lo más importante, según Kelly, es que las visitas regulares de cuatro horas ayudaron a su esposo a salir de su depresión.

3. Anima a tu ser querido a tomar y compartir fotos

Una de las opciones de socialización más pasivas para los fotógrafos aficionados mayores es tomar fotos de la naturaleza, o de lo que les interese, y publicarlas en Facebook o Instagram. Eso es lo que el esposo de Kelly, Matta, hizo durante unos años antes de morir a la edad de 75. En particular, a él le encantaba tomar fotos de la naturaleza que lo rodeaba y regularmente tomaba y publicaba fotos de pájaros, patos y cualquier vida silvestre que estuviera cerca del estanque. "Recibió comentarios maravillosos sobre su fotografía", dice Kelly, y las interacciones siempre levantaban su ánimo.

4. Busca un actor a tiempo parcial

Carol Levine utilizó un método particularmente astuto para ayudar a encontrar compañía con intereses similares para su esposo discapacitado, Howard, quien era un gran admirador del teatro de Broadway: colocaba notas para pedir ayuda en los tablones de anuncios de los teatros de Broadway.

No tuvo problemas para encontrar actores o aspirantes a actores que, por una tarifa por hora relativamente pequeña, estaban más que dispuestos a pasar tiempo en su casa hablando con su esposo, un exejecutivo de relaciones públicas, sobre el teatro de Broadway.

"Esto logró que mi esposo se interesara en volver al teatro y fue una conexión maravillosa", dice Levine, editora de Always on Call: When Illness Turns Family into Caregivers. "Recibía más atención y sentía más satisfacción al tratar con actores que con sus antiguos colegas, para quienes era difícil pasar tiempo con él", explica.

El hecho de que vivieran en la ciudad de Nueva York hizo esto mucho más fácil, pero Levine dice que puede funcionar en cualquier ciudad con un teatro comunitario.

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En general, afirma, fue una situación que benefició a todos: Howard se divertía y los jóvenes actores disfrutaban contando sus historias sobre cómo intentaban entrar en el mundo del teatro.

Liam Eisenberg

5. Involucra a los nietos que conducen

Pocas actividades de socialización son más exitosas que aquellas en las que participan los nietos. Y estas pueden ser particularmente exitosas si los nietos son capaces de conducir ellos mismos para ir a visitar a sus abuelos, dice Nancy Kriseman, autora de The Mindful Caregiver: Finding Ease in the Caregiving Journey.

En muchas familias que cuidan de un ser querido, la persona mayor no quiere que sus hijos adultos le digan qué hacer. Pero ese enfoque puede suavizarse mucho, y la socialización puede mejorar significativamente, cuando la persona puede hablar y conectar sobre su vida con un nieto cariñoso (adulto). Esto generalmente funciona mejor si se tiene un horario semanal.

6. Mima a tu ser querido con días de spa

Si puedes encontrar una manera de disfrutar de un "día de spa" en un salón —y te lo puedes permitir económicamente—, habrá más oportunidades para socializar. Pero también puedes hacerlo en casa.

Se trata de "mimar" a tu ser querido con cierta frecuencia, pero también de sacarlo de sus hábitos y entornos cotidianos, si es posible. Cuando la madre de Kriseman, que tenía demencia, vivía en un hogar de ancianos para adultos mayores judíos, las instalaciones tenían su propio salón de belleza. Kriseman habló con la administración para que, en los días que el salón estaba técnicamente cerrado, le permitieran llevar a su mamá para disfrutar de un día de spa personal.

Kriseman llevaba todo lo que necesitaba, desde champú hasta cepillos y cremas corporales, y amorosamente lavaba el cabello de su mamá mientras le masajeaba el cuero cabelludo. Su mamá tenía la piel muy seca, así que también se tomaba el tiempo para ponerle crema en la cara y las manos. "Intentaba encontrar formas de pasar tiempo con ella que yo también pudiera disfrutar", dice Kriseman.

Liam Eisenberg

7. Asigna visitas a tus amigos

Kriseman recuerda que, a veces, sentía resentimiento por todo el tiempo que dedicaba a visitar a su mamá cada fin de semana, así como casi siempre que tenía un día libre en el trabajo. Comenzó a sentirse más como una carga que como una tarea. Por lo tanto, creó un "círculo de apoyo" para su mamá y para ella misma.

Kriseman tenía la suerte de tener una amplia red de amigos y decidió pedirles a varios de sus amigos cercanos que ocasionalmente la ayudaran visitando a su mamá durante unas horas una vez al mes. 

"Si tienes cuatro, cinco o seis amigos, puedes asignarles visitas y así tienes alguien que te cubra (una vez a la semana) por seis meses", dice ella.

Una amiga incluso tenía a una abuela en el mismo centro donde vivía la mamá de Kriseman e intentaba al menos pasar a ver a su madre cada vez que visitaba a su propia abuela. Para devolverle el favor, Kriseman iba a ver a la abuela de su amiga cuando visitaba a su mamá. Eso resultó en un aumento de la socialización para los seres queridos y menos estrés para las cuidadoras.

8. Visita parques infantiles

Dado que la sociedad a menudo aísla a los adultos mayores, especialmente de las personas más jóvenes, es responsabilidad de los cuidadores encontrar formas de derribar esa barrera.

Quizás la forma más fácil y agradable de hacerlo es llevar a tu ser querido a un parque infantil, dice Abbit. Eso es lo que Abbit hizo con su madre, que vivía en un centro de atención residencial. El centro ayudaba a transportar a su mamá en su silla de ruedas y Abbit se sentaba con ella en el parque infantil. Observaban a los niños, y a veces incluso interactuaban con ellos. Abbit dice que los ojos de su mamá siempre "se iluminaban" cuando los niños interactuaban con ella.

Solía llevar a su mamá allí por la mañana, cuando principalmente había niños de preescolar con sus mamás o niñeras. Incluso comenzaron a establecer relaciones con las madres y niñeras que se acercaban a hablar con ellas.

9. Comienza a plantar un jardín, aunque sea pequeño

Pocas actividades fomentan tanto la socialización como la jardinería. "A las personas que aman las plantas les encanta compartir un esqueje o un secreto de jardinería", dice Abbit.

Puedes ponerte de acuerdo con vecinos interesados para que visiten ocasionalmente a tu ser querido y lo ayuden en el jardín. Ella dice que no es raro que este tipo de encuentros lleven a una invitación para asistir a una reunión de un club de jardinería.

"A las personas amantes de la jardinería les encanta hablar sobre flores y plantas", dice Abbit.

Además de la socialización, señala Abbit, la jardinería implica agacharse y levantar cosas con frecuencia, lo cual puede ser un ejercicio fantástico, con moderación, para las personas mayores.

10. Organiza un club de lectura

Lo único que se necesita para comenzar un club de lectura es encontrar y reunir a varias personas que compartan el interés por la lectura. Reunirse una vez al mes generalmente funciona bien para los adultos mayores, afirma Abbit.

Ella dice que la clave es dejar que los asistentes elijan los libros que les interesan. Las biografías y la ficción histórica suelen ser los libros más populares en estos clubes.

Aunque algunos clubes de lectura son muy estructurados, probablemente sea mejor mantener las cosas muy simples y solo pedir a los participantes que lean los libros y se presenten preparados para discutirlos. Abbit ha participado en clubes de lectura y dice que el grupo a menudo busca en internet buenas preguntas que provocarán discusiones animadas sobre el libro.

11. Visita los mercados de agricultores

Una visita al mercado de agricultores ofrece oportunidades únicas de socialización para las personas mayores debido a la gran variedad de asistentes y al hecho de que se realizan al aire libre, afirma Benton.

Ella dice que algunos mercados de agricultores también tienen música en vivo, lo que puede enriquecer la experiencia. Otros mercados ofrecen horarios tempranos para los adultos mayores que disfrutan de este tipo de eventos pero no quieren lidiar con las multitudes que pueden atraer.

Los mercados también ofrecen la oportunidad especial de interactuar con los agricultores, que a menudo venden sus propios productos. Anima a tu ser querido a charlar con los vendedores cuando reparten muestras gratis de frutas y verduras; generalmente les gusta escuchar comentarios sobre las manzanas, los melocotones o los tomates que venden.

12. Ve a un parque para perros

Visitar un parque para perros no significa necesariamente que debes entrar a la zona donde se encuentran las mascotas y jugar con ellas. Benton dice que los adultos mayores pueden permanecer afuera sin correr ningún riesgo y aun así divertirse.

A los dueños de perros generalmente les gusta hablar con cualquiera que esté interesado en sus amigos peludos. "No tienes que tener un perro para ir a un parque de perros", dice Benton.

Además, si a menudo vas al mismo parque a la misma hora, no solo llegarás a conocer a los dueños de los perros, sino también a algunos de los perros.

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