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La mayoría de las tareas que los cuidadores familiares hacen por sus seres queridos son muy claras. A veces, tienen que averiguar cuánta medicina darles y con qué frecuencia, llevarlos a tiempo a una cita con el médico o alimentarlos con comidas nutritivas tres veces al día. Pero hay una tarea crítica que suena fácil pero se encuentra entre las más difíciles: la socialización.
La socialización es particularmente crítica a medida que envejecemos porque nos da un sentido de pertenencia y propósito, afirma Linda Abbit, autora de The Conscious Caregiver: A Mindful Approach to Caring for Your Loved One Without Losing Yourself. Ella dice que la socialización ayuda a los adultos mayores a mantener sus habilidades lingüísticas y a mejorar su bienestar físico y mental.

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"Estar cerca de otros es bueno para nuestra salud", señala Donna Benton, directora del Centro de Apoyo a los Cuidadores Familiares de la Universidad del Sur de California y profesora adjunta de investigación de Gerontología.
Pero más allá de llevar a tu ser querido al centro de adultos mayores local, o al centro comercial para dar un paseo, a menudo puede ser un desafío idear formas creativas para mantener a los seres queridos mayores activos y socialmente conectados, sobre todo si están confinados en casa. AARP se puso en contacto con cinco expertos en cuidado familiar para obtener nuevas ideas sobre cómo los cuidadores familiares pueden ayudar en el proceso de socialización.
1. Idea proyectos para hacer en casa
Para Lois Kelly, requirió un poco de creatividad determinar cómo ayudar a su esposo, Greg Matta (que en ese entonces tenía 71 años y estaba luchando contra la enfermedad de Parkinson), a mantenerse activo en casa. Matta, quien anteriormente era dueño de una tienda de vinos finos en Providence, Rhode Island, destacaba en la supervisión de casi cualquier proyecto. Por lo tanto, su esposa lo ayudó a idear proyectos relevantes para que él los gestionara en casa.
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Contrató al hijo veinteañero de un vecino para que fuera a la casa una o dos veces a la semana y trabajara en proyectos domésticos con Matta. Uno implicaba arreglar una lámpara exterior que había dejado de funcionar; otro requería plantar nuevos arbustos; y otro era instalar un nuevo timbre. En cada caso, el hijo del vecino no solo aportó sus habilidades para hacer trabajos de mantenimiento en el hogar, sino que también era alguien con quien Matta podía hablar sobre el trabajo en cuestión y todo lo demás, desde las noticias mundiales hasta las novedades del vecindario.
"Esto le daba a mi esposo algo que esperar con ansias y lo hacía sentir bien al día siguiente", dice Kelly, autora de Slow Loss: A Memoir of Marriage Undone by Disease.
Kelly le pagaba al joven $20 la hora. Este proyecto continuó durante casi dos años y cimentó una amistad especial. Aunque su esposo no participaba físicamente en ninguno de los proyectos, ella explica que "se sentía muy involucrado y no era algo cognitivamente pasivo".
2. Contrata a alguien que haga limpieza ligera y que también sea cuidador
Kelly estaba muy consciente de las cosas que motivaban a su esposo socialmente; una de ellas era tener la compañía de una mujer joven, positiva y carismática. Por lo tanto, contrató a una empleada doméstica de unos 40 años que iba a la casa una vez a la semana. Para su esposo, ella era solo una empleada doméstica. Pero Kelly sabía que también era una cuidadora capacitada que podía monitorear el bienestar de su esposo.
"Fue un pequeño engaño", dice Kelly. "En ese momento, mi esposo insistía en que no quería un cuidador, pero yo sabía que necesitaba socialización".
La ayudante hacía tareas como lavar platos, aspirar y quitar el polvo, pero lo más importante, según Kelly, es que las visitas regulares de cuatro horas ayudaron a su esposo a salir de su depresión.
3. Anima a tu ser querido a tomar y compartir fotos
Una de las opciones de socialización más pasivas para los fotógrafos aficionados mayores es tomar fotos de la naturaleza, o de lo que les interese, y publicarlas en Facebook o Instagram. Eso es lo que el esposo de Kelly, Matta, hizo durante unos años antes de morir a la edad de 75. En particular, a él le encantaba tomar fotos de la naturaleza que lo rodeaba y regularmente tomaba y publicaba fotos de pájaros, patos y cualquier vida silvestre que estuviera cerca del estanque. "Recibió comentarios maravillosos sobre su fotografía", dice Kelly, y las interacciones siempre levantaban su ánimo.
4. Busca un actor a tiempo parcial
Carol Levine utilizó un método particularmente astuto para ayudar a encontrar compañía con intereses similares para su esposo discapacitado, Howard, quien era un gran admirador del teatro de Broadway: colocaba notas para pedir ayuda en los tablones de anuncios de los teatros de Broadway.
No tuvo problemas para encontrar actores o aspirantes a actores que, por una tarifa por hora relativamente pequeña, estaban más que dispuestos a pasar tiempo en su casa hablando con su esposo, un exejecutivo de relaciones públicas, sobre el teatro de Broadway.
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