Vida Sana
Cuando estás a cargo del cuidado de otra persona, a veces es difícil ocuparte también de tu propio cuidado. Sin embargo, cuidar tu salud es igualmente importante. Si no te alimentas de forma saludable, no tendrás la claridad mental necesaria para atender a las personas que más te necesitan. Cuando me hice cargo del cuidado de mis abuelos y luego de mi tía, pude establecer una rutina de alimentación saludable en mi vida. Esta es la forma en que tú también puedes hacerlo.
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Desayuna todos los días
Desayunar es una parte esencial de la rutina matutina de un cuidador. Sin esta comida, puedes sentirte desganado y tomar una mala decisión alimentaria por el simple hecho de querer algo rápido más tarde en el día. Sin embargo, no debes desayunar cualquier cosa. Asegúrate de que todo lo que consumas contenga proteína que te proporcione energía durante bastante tiempo; los huevos y la salchicha de pavo son excelentes opciones.
Mantén bocadillos a mano
Todos tenemos hambre a veces entre comidas, especialmente cuando dedicamos gran parte de nuestra energía al cuidado de otra persona. Por eso es importante tener bocadillos saludables preparados. Una gran opción son los frutos secos, como las almendras y las castañas de cajú, al igual que las galletas con mantequilla de maní.
Controla bien las porciones
Si comes demasiado, te puedes sentir aletargado. Hay formas sencillas de reducir las porciones. Si vas a almorzar un sándwich, corta una rebanada de pan por la mitad, en vez de usar dos. Si vas a comer un bagel o un panecillo por la mañana, come la mitad y guarda el resto para el día siguiente. Y cuando salgas a cenar, pídele al mesero que empaque la mitad de la comida para llevar a casa. Las porciones de los restaurantes suelen ser más grandes de lo necesario, y muchas veces una porción se puede convertir en dos. Si ya tienes la mitad de la comida en una caja antes de que te la traigan, no tendrás la tentación de comértela toda cuando te la sirvan. El cerebro tarda unos 20 minutos en percibir la saciedad, así que incluso si crees que aún tienes hambre después de terminar una comida, simplemente espera y el hambre desaparecerá.
A veces, “saludable” solo significa “más saludable”
No es necesario seguir una alimentación perfecta cuando eres cuidador, pero trata de evitar los alimentos procesados y consume granos integrales y verduras, ya sean congeladas o frescas. Las verduras congeladas son particularmente versátiles porque puedes utilizarlas para cocinar e incorporarlas a los batidos sin tener que añadir hielo, que las deja aguadas.
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