Skip to content
 

Maltrato a ancianos: cuando el cuidado de otros se vuelve una pesadilla

La mayoría de familias recurre a contratar auxiliares del cuidado a domicilio, pero ¿qué pasa si las cosas no son lo que parecen?

Mary Weaver

Matthew Mahon/REDUX

“...cuando llevas a alguien a tu hogar, necesitas asegurarte de que es quien dice ser”, aconseja Mary Weaver, la hija de Gerald Rabourn.

In English | Cuando contrataron a Denise Goodwin para realizar quehaceres domésticos y otras tareas en el hogar de Carolyn y Gerald Rabourn en San Diego, la acogieron con los brazos abiertos. Carolyn, de 91 años, quien se encontraba en la etapa final de un cáncer de pulmón, recibía cuidados paliativos en el hogar, y Gerald, de 88 años, un aficionado al tenis y a los ejercicios durante toda una vida, estaba agotado de la lucha diaria de apoyar y ayudar a su esposa.

“A él le parecía simplemente maravillosa”, dijo Bill Mitchell, fiscal adjunto del condado, de la opinión que tenía Gerald Rabourn de Goodwin. “Prácticamente la vio como su ángel”.

Sin embargo, después de que Carolyn falleció, Goodwin no solo se encargaba de la casa sino que empezó a apoderarse de todo. Primero, huyó con casi $600,000 en bienes, entre ellos el título de propiedad del hogar de los Rabourn. Cuando el dinero desapareció, también lo hizo Gerald Rabourn, en circunstancias misteriosas. Cuando la arrestaron en el 2011, Goodwin se alistaba para irse en un crucero por el Mediterráneo; después, la acusaron formalmente del asesinato de Gerald Rabourn.


Recibe contenido similar, suscríbete a nuestro Boletín


Cada día, en millones de hogares en el país, hay una gran cantidad de auxiliares de cuidados en el hogar ayudan a cubrir las necesidades básicas de las personas mayores —cocinar, limpiar y ayudar con las actividades de la vida diaria—. Casi 10 millones de adultos de 65 años o más reciben cuidados en el hogar o en instalaciones de cuidado residencial distintas a los hogares geriátricos. Se prevé que ese número se disparará a medida que la población mayor de 65 años aumente de los 40 millones actuales a más de 70 millones en el 2030, según cifras de la U.S. Census Bureau (Oficina del Censo de EE.UU.).

Mientras que muchos auxiliares de cuidados en el hogar son excelentes, otros, como Goodwin, podrían ser tu peor pesadilla. El maltrato financiero, físico y emocional va en aumento, si así lo indican el número de órdenes de arresto y quejas de maltrato. La investigación indica que 1 de cada 10 personas de 60 años o más han experimentado algún tipo de maltrato a los ancianos. Sin embargo, a pesar de que los fiscales en todo el país tienen el maltrato a las personas mayores en la mira, muchos casos no se denuncian. A algunas personas mayores les da miedo de que si se quejan, terminarán en un hogar geriátrico. Quienes padecen demencia tal vez no puedan acordarse de que los han maltratado: los estudios muestran que más de un tercio de las personas con demencia sufren maltrato psicológico o físico a manos de sus prestadores de cuidados. Mientras tanto, sus guardianes y defensores naturales —sus familiares— a menudo viven a cientos o miles de millas de distancia.

Veamos el caso de Ruthann Jacox, una mujer de Tucson, Arizona con esclerosis múltiple cuyo único hermano vivía en Pensilvania. Jacox, quien nunca se casó, había contratado a una auxiliar para prestarle cuidados. Esa persona luego le racionó la comida y el agua para no tener que llevarla al baño. Solamente después de que Jacox fue hospitalizada con úlceras de decúbito hasta los huesos fue que se denunció el maltrato al servicio de protección de adultos (en inglés). Más tarde, Jacox —una enfermera jubilada— falleció. Su auxiliar fue sentenciada a dos años de cárcel.

Una industria sin reglamentos

La Dra. Laura Mosqueda es codirectora del National Center on Elder Abuse (Centro Nacional sobre Maltrato de Personas Mayores), una iniciativa financiada por el gobierno federal que sirve como organismo coordinador y centro de intercambio de información para la investigación y capacitación sobre el maltrato, la negligencia y la explotación de personas mayores. Ella menciona que la culpa la tiene la intersección entre una población creciente de personas mayores y el sector de los empleados de cuidados domiciliarios, una industria floreciente y prácticamente sin reglamentos.

Para comenzar, no hay reglamentos federales que apliquen a los empleados de cuidados domiciliarios, aparte de los amplios estándares para el cuidado que se proporciona a quienes tienen Medicaid. Solo aproximadamente la mitad de los estados requiere que las agencias de cuidados domiciliarios lleven a cabo algún tipo de capacitación para sus empleados. Solamente 15 estados requieren que las agencias realicen revisiones periódicas en el hogar para asegurarse de que los empleados estén haciendo su trabajo. La mayoría de los estados requieren verificación de antecedentes penales para los empleados de cuidados domiciliarios, pero no requieren que las agencias verifiquen los antecedentes en otros estados.

Un estudio del 2012 publicado en la Journal of the American Geriatrics Society descubrió que menos de un tercio de las agencias de cuidados domiciliarios examinaban a sus empleados para verificar si usaban drogas ilícitas, y solo el 16% hacían pruebas de que tenían conocimientos básicos para prestar cuidados en el hogar. “Las personas que trabajan [en hogares] tratan de hacer lo mejor que pueden, pero el problema es que no siempre cuentan con el apoyo de las agencias que los contratan”, dijo la coautora del estudio, la Dra. Lee Lindquist, jefa de geriatría de Northwestern University Feinberg School of Medicine. “Las agencias cobran $50 o más por hora, pero se quedan con muchas de las ganancias en vez de invertirlas en educación, capacitación y supervisión”.

Los asistentes para la atención personal y los auxiliares de cuidados en el hogar son la segunda y tercera ocupación de más rápido crecimiento del país, según la U.S. Bureau of Labor Statistics (Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU.).  Esto no ha llevado a sueldos ni beneficios más altos para los empleados.

Uno de cada cuatro empleados de cuidados en el hogar viven en hogares con ingresos por debajo del nivel federal de pobreza, y un tercio no tiene seguro médico, según el Paraprofessional Healthcare Institute, un grupo de defensa e investigación con sede en Bronx, Nueva York. Las largas horas y los sueldos bajos —el sueldo medio es $9.61 la hora— contribuyen a la alta tasa de rotación y al cuidado inconstante.

Carol Mazza

Ty Cole

“Aparte de vivir allí, no hay nada más que hubiéramos podido hacer”, dice Carol Ann Mazza.

El papel de la familia

Aunque que tienen su propia historia preocupante de maltrato, las familias siguen siendo fundamentales para atender en el hogar a las personas mayores enfermas. AARP calculó en el 2009 que más de 42 millones de familiares brindan cuidados a un adulto mayor. Sin embargo, también existe una creciente brecha de cuidados, a medida que los boomers pasan de prestar cuidados a necesitar que los cuiden. Incluso entre las familias más unidas, ya se desarrollan tensiones.

Los hijos de Peter Mazza, de 99 años, agotaron la herencia del patrimonio de su padre en atención domiciliaria privada antes de recurrir al programa Medicaid de Nueva York. Los familiares seguían visitándolo a diario para ver cómo estaba y hasta instalaron videocámaras en su hogar de Staten Island. El resultado fue una película de terror: un video de abril del año pasado muestra cuando su padre cae y se fractura tres costillas al tratar de alcanzar su andador para ir al baño mientras su auxiliar hogareño lo miraba sin inmutarse. Mazza fue hospitalizado y falleció dos meses después en un hogar geriátrico. La familia presentó una demanda en la Corte Suprema estatal en Manhattan.

“No éramos una familia que no se interesaba. Eso es lo que asusta”, dice Carol Ann Mazza, quien vivía a 10 minutos de su padre y verificaba los videos en línea mientras tomaba café como parte de su rutina mañanera. “Nos interesábamos y estábamos allá todos los días. Aparte de vivir allí, no hay nada más que pudiéramos haber hecho”.

Un llamado a encontrar soluciones

En todo el país, los legisladores empiezan a reconocer la necesidad de asegurar mejores cuidados para los adultos mayores confinados en sus viviendas.

Con dinero de la ACA (Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio), seis estados, entre ellos Michigan y California, trabajan para desarrollar normas más rigurosas para capacitar y evaluar a los empleados de cuidados domiciliarios. Además, varios grupos sin fines de lucro han creado bases de datos para ayudar a las personas mayores que viven en sus hogares a encontrar auxiliares que tengan habilidades especializadas, como por ejemplo trabajar con personas que padecen demencia o la enfermedad de Alzheimer.

La Elder Justice Act (Ley de justicia para los adultos mayores), la cual el Congreso aprobó como parte de la ACA, incluía gastos de $500 millones para ayudar a los servicios locales y estatales de protección de adultos a mejorar la detección y prevención del maltrato a los ancianos. Sin embargo, los legisladores todavía no han autorizado fondos para el programa. Esa falta de fondos también ha estancado planes de llevar a cabo un estudio integral sobre el maltrato a los ancianos.

En lo que grupos laborales vieron como un paso importante para mejorar la suerte de los empleados y sus pacientes, el gobierno de Obama aprobó un reglamento en el 2013 que hubiera requerido que las agencias de cuidados domiciliarios empezaran a pagarles horas extras a sus empleados. Esto daba marcha atrás a una exención conforme a las leyes federales que duró décadas. Sin embargo, la industria de cuidados domiciliarios presentó una demanda y un juez federal de Washington D.C. derogó el nuevo reglamento, el cual estaba programado para entrar en vigencia el 1.º de enero, diciendo que el Labor Department (Departamento de Trabajo) había sobrepasado su autoridad.

Phil Bongiorno, director ejecutivo de la Home Care Association of America, una asociación que representa a 2,500 empresas de cuidados domiciliarios con aproximadamente 300,000 empleados, dice que a la industria le preocupaba que el requisito de pagar horas extras haría el cuidado menos costeable a medida que los gastos más altos se transferían a los consumidores. Añade que la asociación ha desarrollado “prácticas óptimas” para capacitar y examinar los antecedentes de los empleados, aunque en la actualidad no son un requisito para ser miembro de la organización. “Tratamos de imponer el estándar para los cuidados en el hogar”, dice Bongiorno.

'Ella era como una sociópata'

Denise Goodwin, de 47 años, había sido asistente en un hospital para animales antes de ver el potencial de ganancias de trabajar con seres humanos. Los fiscales dicen que buscaba a hombres mayores e ingresaba a servicios en línea de citas para adultos mayores a fin de encontrar a sus víctimas. Se postuló para un empleo en una agencia de atención domiciliaria de San Diego y solicitó específicamente trabajar con enfermos terminales. Luego de que aprobó la verificación de antecedentes, la agencia la asignó al hogar de los Rabourn en el 2010.

En poco tiempo, Goodwin saqueó el patrimonio y conquistó a Gerald Rabourn para que le cediera el control de sus finanzas después de que su esposa falleciera. Vendió la casa y liquidó las acciones de él, e invirtió el dinero en condominios. Un vecino que sospechaba llamó al servicio de protección de adultos, pero el organismo cerró la investigación cuando Rabourn se negó a cooperar.

Basado en registros telefónicos y bancarios, la policía cree que Goodwin asesinó a Rabourn un mes después de llegar a su hogar, aunque nunca se encontró su cadáver. Ella ocultó lo que hizo por varios meses diciéndole a todos que Rabourn se había vuelto a casar y estaba de vacaciones. Mary Weaver, la hija de Rabourn, quien vivía en Kansas City, presentó un informe de desaparición a las autoridades de San Diego en febrero del 2011, luego de que su cumpleaños pasó y no recibió una tarjeta de su padre. Ese ritual pasado por alto le pareció una clara señal de que algo iba muy mal.

Goodwin fue declarada culpable de homicidio por un jurado del condado de San Diego en octubre del año pasado. El 30 de enero, la sentenciaron a cadena perpetua sin libertad condicional. Weaver, una clériga que atiende a personas en instituciones para la vida asistida, presenció el fallo y aprovechó el momento para dar un discurso en alabanza de su padre. Weaver esperaba que Goodwin revelaría la ubicación del cadáver de su padre para poder realizarle un entierro, pero en vez de eso, Goodwin se mantuvo impasible en la sala del tribunal. “Ella era como una sociópata”, dice Weaver. “La mayoría de las personas deberían entender que cuando llevas a alguien a tu hogar, necesitas asegurarte de que es quien dice ser".

Maltrato a ancianos

Ilustración por Jesse Lenz

“Más de un tercio de las personas con demencia sufren maltrato psicológico o físico en manos de los que les prestan cuidados”.

A qué se debe estar atento y dónde buscar ayuda

AARP participa en varias iniciativas para ayudar a las familias a evitar contratar sin darse cuenta a un auxiliar no cualificado para ayudar a sus seres queridos mayores.

“Maltratar a las personas mayores es inadmisible, en particular cuando los que cometen los delitos son aquellos en quienes confiamos para cuidar a nuestros seres queridos”, señaló Nancy LeaMond, una vicepresidenta ejecutiva de AARP.

“Los familiares proporcionan la mayoría de los cuidados para ayudar a sus padres, cónyuges y otros seres queridos mayores a vivir de manera independiente en el hogar, donde quieren estar”, dijo LeaMond. “A veces se necesita recurrir a auxiliares de cuidados en el hogar para obtener ayuda. Tenemos la obligación de asegurarnos de que estas personas no se aprovechen del ser querido”.

El personal y los voluntarios de AARP trabajan con legislaturas estatales para:

  • Mantener y fortalecer las agencias estatales de servicios de protección de adultos

Esas agencias investigan las quejas sobre el maltrato, la negligencia y la explotación de adultos que no se pueden cuidar solos ni tomar decisiones debido a deterioro mental o físico, enfermedad o una crisis en sus vidas.

En el 2014, AARP ayudó a incrementar los fondos o luchar contra iniciativas para recortar los fondos de las agencias en cinco estados: Arizona, Ohio, Oregón, Utah y Wyoming.

  • Aprobar leyes que ayudan a prevenir, detectar o denunciar y abordar la explotación económica de personas mayores

El año pasado, siete estados (Florida, Kansas, Massachusetts, Nuevo Hampshire, Oregón, Rhode Island y Virginia) aprobaron proyectos de ley para hacerlo.

  • Aumentar las sanciones penales y civiles contra los responsables de la explotación económica o enmendar la definición de “maltrato a las personas mayores” para incluir la explotación económica

El año pasado, legisladores en Iowa y Virginia Occidental adoptaron leyes que abordan la explotación económica de esta manera.

Para obtener más información sobre la labor de AARP para proteger a personas mayores vulnerables, visita aarp.org/supportcaregivers (en inglés). El sitio incluye recursos en línea para los cuidadores familiares.

Quienes son testigos de malos tratos deberían llamar al 911. El sitio web del National Center on Elder Abuse de la U.S. Administration on Aging (Administración Estadounidense sobre el Envejecimiento) contiene una lista de contactos, estado por estado, para denunciar el maltrato.

Rick Schmitt, ex corresponsal de temas legales y de justicia para el Los Angeles Times y el Wall Street Journal, escribió un artículo sobre el equipo de combate contra el fraude a Medicare en el Bulletin de noviembre del 2014.


10 preguntas que debes hacer antes de contratar a un auxiliar de salud

Nadie que necesite un auxiliar de cuidados en el hogar debe tener miedo de buscar la atención necesaria. ¿Pero cómo te aseguras de que tu ser querido esté en buenas manos? La Dra. Lee Lindquist, jefa de geriatría de Northwestern University Feinberg School of Medicine, proporciona estas 10 preguntas que debes hacer cuando selecciones una agencia de cuidados domiciliarios.

1. ¿Cómo contratan a auxiliares de cuidados en el hogar y cuáles son sus requisitos de contratación?

2. ¿Ustedes llevan a cabo verificación de antecedentes penales para los posibles auxiliares? ¿Y exámenes antidrogas?

3. ¿Los auxiliares de salud tienen certificación de reanimación cardiopulmonar, o tienen alguna capacitación relacionada con la salud?

4. ¿Los auxiliares tienen seguro y fianza a través de su agencia?

5. ¿Qué habilidades se esperan del auxiliar? ¿Levantar y trasladar? ¿Habilidades de cuidado personal (bañar, vestir, llevar al baño)? ¿Capacitación en manejo de comportamiento, apoyo cognitivo?

6. ¿Cómo evalúan lo que el auxiliar es capaz de hacer?

7. ¿Cuál es su política para proporcionar un reemplazo del auxiliar de cuidados en el hogar en el caso de que el proveedor habitual de cuidados no pueda realizar los servicios incluidos en el contrato de ustedes?

8. ¿Si estamos descontentos con un proveedor de cuidados domiciliarios específico, se le puede reemplazar “sin motivo”?

9. ¿La agencia proporciona un supervisor que es responsable de evaluar con regularidad la calidad de la atención domiciliaria?

10. ¿La supervisión se realiza por teléfono, por medio de informes de progreso o personalmente en el hogar de la persona mayor?

Cuidando a los nuestros de AARP ofrece información sobre la contratación de servicios de salud en el hogar, así como una herramienta para ayudar a encontrar proveedores en tu área.