Las parejas establecidas que no están casadas deben crear un plan de cuidados

¿Qué sucede si los integrantes de una pareja que convive tienen independencia financiera? En ese caso es todavía más importante planificar la forma en que el hogar continuará pagando las cuentas si uno de los integrantes de la pareja pierde los ingresos o muere, especialmente porque el otro integrante no recibirá beneficios del Seguro Social para sobrevivientes. Una solución es contar con un seguro que cubra los períodos de discapacidad y un seguro de vida que designe al otro integrante de la pareja como beneficiario. Si la pareja mantiene las cuentas o los activos separados, debe coordinar de qué modo cada integrante obtendrá acceso a esos fondos y los utilizará en caso de necesidad. Sin las designaciones o los documentos legales apropiados, esas cuentas podrían resultar inaccesibles.

También es buena idea saber qué beneficios tiene cada integrante de la pareja a través de su empleador. Si bien la Ley de Licencia Familiar y Médica (Family and Medical Leave Act) no se aplica a la mayoría de las parejas que no están casadas, es posible que se aplique en el caso de un matrimonio de hecho. Muchos empleadores extienden los beneficios de la licencia para cuidadores a las parejas que no están casadas.

Si la casa en que vive la pareja es propiedad de solo uno de los integrantes, averigua qué sucedería en caso de enfermedad o muerte del propietario. Como abogada, he visto el estrés que sufre el cuidador o el sobreviviente frente a la realidad de tener que mudarse porque es necesario vender la casa para pagar la prestación de cuidados o porque la persona fallecida no tenía un testamento y sus familiares tienen derechos hereditarios. Sin importar cuánto tiempo haya estado junta la pareja, el sobreviviente no tendrá automáticamente derecho a la herencia ni beneficios de sobreviviente. Si bien es posible que los familiares no quieran impedirle a un compañero de muchos años tomar las decisiones sobre cuidados o recibir la herencia patrimonial, no vale la pena arriesgarse a descubrir si habrá conflicto en tiempos de crisis. Un plan patrimonial bien pensado que incluya un testamento o un fideicomiso que designe a un integrante de la pareja como heredero del patrimonio puede evitar una situación catastrófica para todos los involucrados.

Crea documentos legales recíprocos que den a tu pareja autoridad legal para tomar decisiones médicas y recibir información de los médicos. Sin esos documentos, es posible que tu pareja se vea impedida de obtener información o asistirte durante una hospitalización. También prepara poderes notariales que le darán a tu pareja la capacidad de manejar asuntos legales o financieros en tiempos de incapacidad. Estas alternativas son preferibles a tener que ir a un tribunal y solicitar la tutela de un ser querido.

Actualiza los planes de cuidados a largo plazo

Este es el momento de evaluar los planes a largo plazo para el envejecimiento y las opciones alternativas de vivienda. ¿Qué sucederá si uno o los dos integrantes de la pareja tienen que ingresar en un centro de vida asistida o de cuidados a largo plazo? El costo de la vivienda y los cuidados puede resultar más difícil para una pareja que no está casada. Es posible que no haya leyes estatales que le brinden protección o derechos de visita o de convivencia al compañero si la pareja no está casada. Al elegir un centro, la persona que va a residir allí debe informar al establecimiento que su compañero es un cuidador esencial y presentar copias de todos los documentos que lo autorizan a tomar decisiones médicas, financieras y legales en nombre del residente.

Hay muchas razones para planificar por adelantado un funeral y hacer arreglos para el entierro, especialmente para las parejas que han estado juntas mucho tiempo. Pagar los servicios por adelantado evitará que el miembro sobreviviente de la pareja sufra un golpe financiero y reforzará el cumplimiento de tus deseos. Documentar los planes funerarios puede evitar conflictos entre los familiares biológicos que, bajo la ley, tendrían más autoridad que un compañero no casado.  

Las parejas no necesitan una ceremonia ni una licencia para vivir y amarse como si estuvieran casadas. Pero sí necesitan tomar medidas adicionales para protegerse mutuamente en caso de muerte, lesión o enfermedad.