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Cómo evaluar los riesgos de la pandemia en las fiestas

Con la variante ómicron que va en aumento, no todos se sienten cómodos en las reuniones sociales.

Grupo familiar se saluda en el porche de su casa

Ariel Skelley/Getty Images

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Susan Goodfellow no viajará a Denver en las fiestas para ver a su hija y al novio de ella, que no están vacunados. Goodfellow y su marido tampoco fueron para el Día de Acción de Gracias. Su médico le dijo que no viajara.

Goodfellow, de 72 años, residente de Georgetown, Texas, no tuvo que luchar con la decisión que tienen que tomar muchas personas en estas fiestas.

“El médico me dijo que probablemente podría viajar si no entraba en contacto con muchas personas”, dice. “Pero, de repente, el coronavirus aumentó mucho en Denver... y no pude ir”.

La pareja se quedó sola en casa para el Día de Acción de Gracias y hará lo mismo para Navidad.

Evalúa la tolerancia al riesgo en estas fiestas

Hazte algunas preguntas para saber si vale la pena asistir a un evento:  

¿Te has vacunado completamente y has recibido el refuerzo? En ese caso, es mucho más seguro reunirte con otras personas, incluso cuando circula la variante ómicron.

¿Tienes problemas de salud? De ser así, consulta con tu médico sobre la manera de manejar las reuniones en las fiestas.

¿Sabes si las personas que asistirán a las celebraciones están vacunadas? Si no lo sabes, especialmente en el caso de niños pequeños, considera tomar precauciones, como usar mascarilla en los espacios cerrados para reducir al mínimo la exposición al virus.

¿Cuál es el tamaño de la reunión a la que deseas asistir y el entorno en el que tendrá lugar? Decide con cuántas personas te sentirás cómodo y si te resulta aceptable reunirte en un espacio cerrado.

Pero para muchas personas que no dejan la decisión en manos del médico, lo más importante en esta temporada de fiestas del 2021 es la evaluación de riesgos. Nadie quiere que se repita lo que sucedió el año pasado, cuando los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomendaron que no se realizaran reuniones porque la vacuna contra la COVID no estaba ampliamente disponible. Sin embargo, las fiestas de este año tampoco han sido normales.

Aunque hay muchas personas vacunadas y que han recibido la dosis de refuerzo, se sigue evaluando el riesgo de pasar tiempo con los seres queridos, ya sea en festejos o cenas en familia. Se toma en cuenta los deseos de viajar para ver a amigos y familiares y los posibles peligros de estar entre personas que no se han vacunado, como los niños menores de 5 años, que todavía no tienen edad para vacunarse.

La variante ómicron aumenta otro factor a las decisiones que antes eran simples y ahora parecen interminables.

“Esta variante va a ser difícil”, dice Lynn Bufka, una psicóloga clínica en Silver Spring, Maryland. “Llega en un momento del año en que las personas se reúnen para celebrar con familiares y amigos. Sabemos muy bien que no reunirse con familiares y amigos, y no celebrar nuestras tradiciones, también tiene un efecto en la salud mental. Esto es algo de lo que somos cada vez más conscientes, a medida que continúa la pandemia y tratamos de equilibrar el bienestar y el riesgo de contraer COVID, en cuanto a tomar decisiones a nivel personal y de comunidad”. 


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¿Es difícil socializar por la COVID?

En estos días hay que tener en cuenta muchas cosas. Las personas luchan por tomar decisiones que afectan a la vida diaria durante esta pandemia persistente, según indica una encuesta (en inglés) publicada este otoño por la American Psychological Association. Bufka, en su función de directora sénior del grupo con sede en Washington, D.C., ayudó a desarrollar dicha encuesta.

Deb Delacruz Vela y su familia en Navidad

Cortesía Deb Delacruz Vela

En la foto Deb Delacruz Vela (centro), con miembros de su familia en la pasada Navidad. Delacruz está preocupada por ver a familiares no vacunados este año.

Entre los 3,035 adultos de 18 años o más que fueron encuestados, más de un tercio dijeron que ha sido más estresante tomar decisiones del día a día (36%) y decisiones básicas de la vida (35%), en comparación con antes de la pandemia. La encuesta nacional Stress in America 2021, realizada por Harris Poll, también halló que el 32% de los encuestados dijeron que el coronavirus les causa tanto estrés que les resulta difícil tomar decisiones básicas, como qué ropa ponerse o qué comer.

“Antes de la pandemia, la mayoría de nosotros teníamos rutinas diarias y algunas de las decisiones eran simplemente parte de esa rutina. No pensábamos en ellas”, dice Bufka.

Y dice que las percepciones sobre los riesgos de la COVID continúan cambiando, y eso afecta “la carga cognitiva, la cantidad de información que debemos mantener en el cerebro para procesar el mundo que nos rodea”. 

“Si reconocemos eso, no resulta tan sorprendente que la toma de decisiones sea más estresante”, indica. “Es más difícil tomar una decisión sobre algo que podría conllevar un posible riesgo, incluso si ofrece la posibilidad de cosas realmente buenas”.

Para Hayley Head y su marido, Tim Glasser, de Upper Arlington, un suburbio de Columbus, Ohio, las fiestas son definitivamente distintas a las del año pasado.

“Fuimos muy precavidos”, dice Glasser, de 63 años. “Las cifras estaban aumentando durante las fiestas. Todos en nuestra familia eran conscientes de ello. Comimos la cena de Acción de Gracias en casa y organizamos la entrega sin contacto para nuestros hijos”.

Head dice que el año pasado abrieron los regalos de Navidad por Zoom.

“Estuvimos solos para la cena de Navidad; yo me senté y lloré”, recuerda Head, de 58 años. “Echábamos de menos a nuestra familia”.

Desde entonces, uno de sus hijos se mudó con su esposa y su hija de dos años a Greensboro, Carolina del Norte, por motivos de trabajo. Head dice que este año compartirán los festejos con sus otros dos hijos y sus parejas.

“Los seres humanos, cuando disponen de tiempo, están constantemente sopesando el valor de cada cosa, considerando los beneficios y aquello a lo que tendrán que renunciar a cambio”, dice la psicóloga Arathi Sethumadhavan en un artículo publicado en la edición de noviembre/diciembre del 2021 de la revista APA Monitor on Psychology.

¿Estás listo para festejar en grupo?

Como sigue la pandemia, esas decisiones subjetivas han cambiado y esto crea una situación única, dice Baruch Fischhoff, un psicólogo investigador que estudia la toma de decisiones en Carnegie Mellon University, en Pittsburgh.

“Nos encontramos frente a algo de lo que sabemos poco y que cambia constantemente”, dice Fischhoff sobre el coronavirus. “Esta experiencia colectiva no es común”.

Y el retorno de las fiestas y las reuniones grandes complica aún más esta temporada de fiestas.

Adam Reeves, de 65 años, y su pareja hicieron una fiesta para decorar el árbol de Navidad e invitaron a amigos y vecinos a su casa en Mount Pleasant, un suburbio de Charleston, en Carolina de Sur.

Adam Reeves y un amigo en su fiesta navideña

Cortesía Adam Reeves

Adam Reeves (a la derecha) junto a su amigo Jon Gross. Reeves pidió a los invitados a su fiesta que consideraran los riesgos antes de confirmar su asistencia.

Enviaron invitaciones anticipadamente para la reunión del 4 de diciembre para asegurarse de que todos supieran los detalles y pudieran realizar su propia evaluación del riesgo.

“Incluí una nota personal escrita a mano en cada invitación, donde explicaba que sería una reunión grande dentro y fuera de la casa y que, si alguien se sentía incómodo, lo considerara antes de responder a la invitación”, dice Reeves.

Un elegante restaurante estuvo a cargo de la comida y un dúo tocó música en vivo, lo cual, afirma Reeves, requirió un “depósito importante”.

“Queríamos estar seguros de que, si organizábamos esta fiesta, no se echarían todos atrás en el último momento”, dice.

Unos pocos cancelaron el día de la reunión, cuenta Reeves. Pero 48 invitados se reunieron dentro de la casa, en el porche cubierto y en la terraza, con temperaturas algo superiores a los 60 ⁰F.  Aunque la pareja de Reeves tiene problemas de salud, los anfitriones no preguntaron sobre el estado de vacunación de los invitados porque Reeves cree que la mayoría de las personas que conoce están vacunadas.

Eso es lo que dice Deb Delacruz Vela, de Austin, Texas, sobre los familiares y amigos a quienes ve regularmente. Pero, durante estas fiestas, se reunirá con su familia extendida en Porte Neches, una localidad en la zona metropolitana de Beaumont–Port Arthur, en el sureste de Texas.

“Para Navidad, voy a ver a mi sobrina, a su marido y a sus tres hijos —dos de ellos están en la escuela secundaria y uno en la escuela intermedia— que no están vacunados. Eso me preocupa un poco”, dice Vela, de 66 años. “Probablemente use una mascarilla cuando los vea”.