Cómo cultivar hierbas aromáticas dentro o fuera de la casa

Cultivar hierbas aromáticas afuera

La mayoría de las plantas aromáticas prefieren estar afuera en un lugar con sol pleno y directo, por lo general de cuatro a seis horas por día, ya sea que estén plantadas en la tierra o en macetas. Antes de elegir la hierba aromática, dedica uno o dos días a observar cuánto sol recibe el área donde la vas a plantar.

Presta atención a la época del año. Algunas aromáticas, como el eneldo y la manzanilla, prefieren las temperaturas más templadas de la primavera y el otoño, mientras que otras, como la salvia, prosperan bajo el sol ardiente.​

Muchas plantas aromáticas populares —como el romero y la lavanda— se originan en la zona del Mediterráneo, lo cual significa que conviene imitar esas condiciones del suelo.

Para las hierbas de hoja carnosa como la albahaca, el eneldo y el hinojo, Jentz sugiere agregar compost para enriquecer la tierra o bien utilizar un sustrato para macetas apropiado. Las aromáticas mediterráneas prefieren un suelo franco arenoso; es decir, una mezcla de arena, arcilla y humus.

Para cultivar aromáticas mediterráneas afuera, Jentz prefiere usar macetas porosas de terracota o sin esmaltar que absorben el exceso de agua. Recuerda que, por lo general, las hierbas aromáticas plantadas en recipiente tienen que regarse con más frecuencia que las que están en la tierra. Regar una vez por semana y abundantemente es una buena regla de oro; y regar por la mañana ayudará a las raíces a absorber mejor la humedad.​

Una nota de precaución: las plantas de la familia de la menta —como el hisopo anisado, el cedrón (hierba luisa) y la artemisa— pueden volverse agresivas en exteriores y desplazar a otras plantas. En el caso de esas aromáticas, “conviene acorralarlas de alguna manera, como entre la acera y la entrada de garaje o bien cultivarlas en macetas”, aconseja Jentz.

Consejos importantes:

Si vas a plantar distintos tipos de aromáticas juntas, verifica que necesiten la misma clase de tierra y cantidad de agua. Por ejemplo, no plantes la albahaca y la lavanda juntas porque la albahaca prefiere un suelo más rico y húmedo que la lavanda. 

Si vas a plantar en macetas, selecciona las que tengan buen drenaje para evitar el exceso de humedad u hongos y que cuenten con suficiente espacio para que crezcan las raíces.

Jentz recomienda plantar la albahaca en forma sucesiva si se desea una producción abundante. Al sembrar una nueva hilera cada mes, puedes dejar que las plantas antiguas florezcan y echen semilla para atraer y sustentar a los polinizadores. Luego recolecta esas semillas para plantar el año entrante mientras también cosechas las hojas nuevas y frescas.

Por lo general, las hierbas aromáticas que crecen afuera serán más robustas y rendirán una mejor cosecha. 

Cultivar plantas aromáticas adentro​

Para cultivar hierbas aromáticas en interiores, la clave es la luz del sol. La mayoría de ellas crecerán bien adentro sobre el descanso de una ventana soleada con frente al sur o sudoeste, que tenga un mínimo de seis horas de sol. Si no tienes suficiente luz solar, puedes complementar con luces LED para cultivo.​

Al igual que con las plantas que crecen afuera, agrupa las aromáticas que prefieren las mismas condiciones de suelo y riego. Para los horticultores novatos, Roman recomienda combinar la albahaca con el cebollino. A Jentz también le gusta cultivar el cilantro adentro, en particular con una luz para cultivo. Cuando se planta afuera, es más probable que se lo coman los insectos y otras criaturas.

Consejos importantes:

En general, las plantas interiores mueren más por exceso de agua que por falta de ella, así que antes de regar comprueba la tierra con el dedo. Una buena regla es regar una vez por semana, aunque las hojas de algunas plantas se marchitarán para avisarte que necesitan más.

Asegúrate de que el sustrato sea el adecuado para las hierbas aromáticas y que la maceta tenga lugar para la expansión de las raíces.

Selecciona macetas para interiores con buen drenaje para evitar que la planta se anegue. Lo más práctico y aconsejable es colocar las macetas de aromáticas en el fregadero para regarlas por completo y drenarlas sin ensuciar. ​ ​

Cómo cosechar​ ​

​A medida que tus hierbas aromáticas crecen y producen abundantes hojas, corta las inflorescencias que tienen semillas para fomentar el crecimiento de más hojas. ​ ​

“El truco de cultivar plantas aromáticas es mantenerlas podadas”, señala Varney. “De esa forma, aparecen crecimientos nuevos que son los que tienen mejor sabor”.

Las plantas altas y enmarañadas no prosperan tan bien, así que poda las que crecen rápido, como la albahaca, de forma regular. Una vez que la planta tenga de 3 a 4 pulgadas de alto, puedes cosechar las hojas ligeramente.

Con los dedos o una tijera para hierbas, corta la hoja de albahaca en la base. Si deseas una cosecha más grande, corta un tallo donde está apareciendo un nuevo grupo de hojas, llamado nodo, para estimular el crecimiento de las nuevas.​

Consejos importantes:

Cosecha las hierbas aromáticas cuando estén en su pico en cuanto a crecimiento y aceites esenciales, en lugar de esperar al final de la temporada cuando se hayan agotado. Cosechar antes del calor del día también contribuye a mantener el sabor del aceite esencial.

Si vas a cosechar flores comestibles o las plantas que podrías usar para el té, como la manzanilla, córtalas en cuanto la flor empiece a abrirse. Para las plantas leñosas, como la salvia o el romero, utiliza una herramienta o una tijera afilada para evitar desprenderlas de raíz.

Los expertos recomiendan no cortar más de un cuarto a un tercio de la planta a la vez.​

Cómo conservar las hierbas aromáticas​

Para que la cosecha dure todo el año, cuelga las aromáticas en el garaje o el cobertizo de 7 a 14 días para que se sequen, dependiendo del tamaño de la hoja y de la sequedad del clima donde vives. Luego tritura las hojas para usarlas después, señala Johnson. Antes de colgarlas, retira de la parte inferior varias pulgadas de hojas y usa una goma elástica alrededor de los tallos para mantener el ramo junto. Es útil etiquetarlas con el nombre.

Consejos importantes:

Coloca los gajos recién cortados en cubiteras, llénalas de agua o aceite de oliva y guárdalas en el congelador. Una vez congelados, sácalos de la cubitera y colócalos en bolsas para congelador para utilizarlos cuando los necesites.​

Otra opción es esparcir las hierbas frescas en una bandeja para hornear y congelarlas para usar después. Congelar las hierbas frescas retiene los aceites esenciales y los sabores mejor que secarlas.​