Vida Sana
Desde el principio de su carrera en su Guadalajara natal, Guadalupe Pineda se negó a negociar con los parámetros comerciales de la industria musical. Participó en grupos experimentales y adoptó con entusiasmo el estilo de la nueva trova. Su sinceridad y pasión fueron recompensadas en 1984, cuando el sencillo “Yolanda”, himno romántico del trovador cubano Pablo Milanés, se convirtió en un éxito gigantesco a través de México.
De ahí en más, Pineda explotó con elegancia su talento para identificar canciones inolvidables, ya sea de la tradición ranchera, boleros clásicos, balada, o hasta canciones de ópera o francesas. Recientemente, se asoció con Tania Libertad y Eugenia León para una serie de conciertos que tuvieron una inmensa aceptación. Este año, a los 62, recibirá el Premio a la Excelencia Musical otorgado por la Academia Latina de la Grabación durante la ceremonia de entrega de los Latin Grammy.
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AARP en español habló con Pineda sobre sus inicios en la música y el secreto de sus más grandes éxitos.
Esa voz que tiene usted, ¿la cultivó con clases de canto o es autodidacta?
Con clases de canto durante toda la vida. Todavía hoy, estudio técnica de bel canto con una queridísima maestra polaca –Jalina Lash, cantante de ópera– que tiene 94 años pero es muy joven de corazón.
¿Cómo fueron los años bohemios, cuando empezaba su carrera presentándose en cafés y universidades?
Era una época de grandes ideales. Conocíamos la situación política de Argentina, Chile, Uruguay —y después Nicaragua— lugares donde estaban sucediendo cosas terribles. Y cuando llegó la gente exiliada, con su canto y poesía, nos enamoramos de aquella lucha; nos hicimos solidarios con toda la gente que peleaba allá. Como yo era estudiante de sociología en la Universidad Autónoma de México, coincidía plenamente con esos sueños. Fue una época hermosa de mi vida, que me marcó para siempre.
¿Por qué cree que el público conectó tan intensamente con su versión de “Yolanda” en 1984?
Creo que fue la voz, la letra, el arreglo musical tan bonito de Tino Geiser, el momento en que la canté. Confluyeron muchos factores. Jamás esperé que se vendieran un millón y medio de discos, sólo de esa canción. Ese LP, Te amo, traía “El unicornio azul” de Silvio Rodríguez, “Contigo en la distancia”, una composición mía que se llama “Niña color tabaco”. Era un conjunto de canciones muy diferente: una mexicana, boleros, baladas. Pero la canción fuerte fue “Yolanda”. Creo que la canté con un sentimiento tan profundo, que quizás por eso trascendió con un público más amplio.
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