¡Sube el volumen! 12 grandes películas de conciertos para ver por transmisión directa ahora mismo

Our Latin Thing (1972)

Hay momentos en la historia de la música que son fugaces y trascendentales, marcados por la electricidad de su presente, la innovación que marca un antes y un después. Uno de esos momentos ocurrió en la ciudad de Nueva York el 26 de agosto de 1971, cuando los integrantes de la Fania All Stars coparon el escenario del club nocturno Cheetah delante de un grupo de bailadores enardecidos. Esa noche no marca el nacimiento de la salsa —que ya estaba vivita y coleando desde los años 60— pero sí su confirmación como movimiento musical de la década. Increíblemente, las cámaras del director Leon Gast estuvieron allí para captarlo todo. Combinando imágenes documentales grabadas en el estudio de grabación y los barrios latinos de la ciudad con el concierto del Cheetah, Our Latin Thing (1972) quedó para siempre como testimonio histórico de la salsa. Su escena más conmovedora es la visceral interpretación del himno salsero “Anacaona” por parte de un Cheo Feliciano en su plenitud vocal —con 36 años recién cumplidos— acompañado por una orquesta de lujo que incluye a Héctor Lavoe, Santitos Colón, Adalberto Santiago e Ismael Miranda en los coros, además de Ray Barretto en las congas, Larry Harlow al piano y Willie Colón en el trombón, entre muchos otros. No es necesario ser fanático de la música afrocaribeña para apreciar que este documento audiovisual es imprescindible.

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Sign 'o' the Times (1987)

Sería difícil encontrar un artista en vivo más carismático y extático que Prince, y su Sign 'o' the Times es oportuno, con una nueva edición de un set en caja de nueve discos y una nueva biografía, This Thing Called Life: Prince's Odyssey on and off the Record. La película, lanzada junto con el álbum, muestra que el dios de la guitarra vestido de púrpura es una combinación de otro mundo de Jimi Hendrix y James Brown, pero sigue siendo un original absoluto. Este abrazador ejercicio de funk, casi imposible de rastrear durante años más que en viejas cintas de VHS, es un tributo justo a uno de nuestros grandes, ya fallecido, en la cima absoluta de sus poderes.

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Monterey Pop (1968)

Antes de Woodstock, existió Monterey Pop. Filmada por el legendario documentalista D.A. Pennebaker durante el Verano del Amor, este festival de tres días ayudaría a definir la iconografía de los años 60 por varias razones. Hay un set incendiario de Otis Redding y una ráfaga exuberante de destrucción sónica de The Who, y Jimi Hendrix literalmente enciende su guitarra en llamas como un sacrificio a los dioses del rock. Pero mi momento favorito es una reacción de una fracción de segundo de Mama Cass mientras ve a Janis Joplin cantar "Ball and Chain" y gesticula la palabra "wow".  Realmente, wow.

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Woodstock (1970)

Durante décadas, la increíblemente editada crónica de Michael Wadleigh sobre tres días de paz y música (en inglés) en la granja de Max Yasgur en el norte del estado de Nueva York fue el documental más exitoso de todos los tiempos. Es fácil comprender por qué. No solo proporciona un panorama de algunos de los mejores actos de la contracultura (además de Sha Na Na) presentándose ante un mar de rostros felices, sino que también gira hábilmente la cámara 180 grados para documentar también a la audiencia: un corte transversal de la juventud del país que ondulaba el signo de la paz mientras se conectaba, se sintonizaba y se dejaba llevar por un momento glorioso al regresar al jardín.

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ADEMÁS: Rockeros que participaron en Woodstock 50 años después

Calle 54 (2000)

Cuando el director español Fernando Trueba decidió realizar un documental sobre el jazz latino, tuvo la sabia idea de dejar que la música hablara por sí misma. Durante casi dos horas, presenciamos un concierto grabado en estudio con los mejores artistas del género, segmentos interrumpidos brevemente por los intérpretes compartiendo algunas impresiones y preparándose para tocar. Pocas veces la música latinoamericana recibió semejante tratamiento de lujo, como si Trueba hubiera dirigido las cámaras y la iluminación con guantes de seda. Entre las tantas secuencias memorables se destacan la pianista Eliane Elias —descalza y con vestido negro— combinando el frenesí del jazz con la riqueza armónica de Brasil en formato de trío; un meditabundo Gato Barbieri improvisando acordes místicos con su saxo; y Tito Puente, meses antes de su muerte, vestido en un impecable traje blanco, alternando entre timbales y vibráfono con su legendario carisma y muecas de pura felicidad. El innovador del mambo, Cachao, el veterano arreglista Chico O’Farrill con su majestuosa big band y el pianista Chucho Valdés acompañando a su padre Bebo son otros protagonistas de una película filmada con amor y reverencia.

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Gimme Shelter (1970)

Si Woodstock simbolizó la apoteosis de la buena vibra de la década de 1960, el festival de Altamont representó su fastidiosa resaca. Filmada en estilo vérité inmediato por Albert y David Maysles, Gimme Shelter documentó un concierto gratuito mal planificado de los Rolling Stones que se convirtió en una escena de crimen después de que los Hells Angels (que proporcionaban seguridad en el concierto) apuñalaran y golpearan hasta matar a Meredith Hunter, un hombre negro de 18 años. Cuando los Maysles muestran más tarde las trágicas imágenes a Mick Jagger en la sala de edición, se puede ver una ola de culpabilidad, remordimiento y náuseas en su rostro. En ese momento, los años 60 parecían haber terminado.

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Dave Chappelle's Block Party (2005)

En la cima de su fama televisiva, el comediante Dave Chappelle decidió organizar una fiesta de barrio a la antigua en las calles de Clinton Hill, en Brooklyn, y captar los resultados en celuloide. Con una programación libre y ecléctica de comedia y actos de hip-hop y neo-soul con artistas como Mos Def, Kanye West, Erykah Badu y The Roots, emana ese rayo de felicidad y energía positiva de fin de verano. No puedes evitar esbozar una sonrisa en tu rostro y mover la cabeza al ritmo de la música. Sobre todo cuando Lauryn Hill y los Fugees reunidos irrumpen en "Killing Me Softly".

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Wattstax (1973)

Con artistas como Otis Redding, Sam and Dave y Carla Thomas, Stax Records, con sede en Memphis, era literalmente el alma del Sur negro en la década de 1960. En 1972, el sello organizó su propia especie de Woodstock en el centro de la ciudad, un concierto en beneficio de los barrios negros destrozados por los disturbios, en el Los Angeles Coliseum. Y las actuaciones, especialmente de Isaac Hayes ("Theme From Shaft") y los Staples Singers ("Respect Yourself") son icónicas.

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Adiós Sui Géneris (1976)

En la ríspida Buenos Aires de los años 70 —meses antes de que asumiera al poder una cruel dictadura militar— el grupo Sui Géneris construyó los cimientos del rock latinoamericano, fusionando la psicodelia y el rock progresivo que venían de Inglaterra con letras poéticas y contestatarias, marcadas por una ternura inconfundiblemente sudamericana. Décadas más tarde, sus canciones suenan un poco ingenuas, con ecos de la era hippie y el virulento deseo de expresar la rebeldía y excentricismo de los jóvenes de esa generación. Sus integrantes principales —Charly García y Nito Mestre— decidieron disolver el grupo y festejar su existencia con dos épicas presentaciones en el Luna Park. Más de 25 mil personas deliraron con esta emocionante despedida que en ese momento generó dos LPs y, milagrosamente, una película documentando los conciertos. Luciendo un sombrero de galera blanco, Charly derrocha personalidad mientras pelea con los acoples de sonido y los teclados electrónicos de los 70. Las obvias limitaciones técnicas de la producción hacen que Adiós, Sui Géneris no sea para todo el mundo. Pero los aficionados al rock se emocionarán con esta radiografía de una era inocente y lejana que seguramente no volverá jamás. Las versiones en vivo de “Rasguña las piedras”, “Canción para mi muerte” y “Confesiones de invierno” calan profundo, generando en el espectador contemporáneo una rara sensación de euforia y melancolía.

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Shut Up and Play the Hits (2012)

¿Qué pasa cuando llega el momento de terminar la fiesta? Esa es la pregunta complicada que este documental intenta que el líder de LCD Soundsystem, James Murphy, responda en la víspera del espectáculo final de su colectivo de música y baile. Fuera del escenario, Murphy busca respuestas. Pero habla fuerte y claramente en el escenario del Madison Square Garden, mientras anima a la extasiada audiencia que agotó las entradas con la deslumbrante pared de sonido de su banda, repleta de sintetizadores. Resulta que la fiesta nunca termina cuando se graba para la posteridad.

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Michael Jackson's This Is It (2009)

Antes de su trágica e inesperada muerte en el verano del 2009, Michael Jackson había estado ensayando para su última gira. Esos ensayos fueron captados en una película y lanzados póstumamente como This Is It. Eso puede sonar descaradamente oportunista, pero la película es en realidad un poderoso recordatorio del perfeccionismo, la dedicación y el talento sobrehumano único del Rey del Pop. Incluso a los 50 años, se mueve como mercurio líquido. En esencia, esta es la mejor película de concierto jamás realizada sobre un concierto que, lamentablemente, nunca sucedió.

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Rolling Thunder Revue (2019)

La divertida crónica del director Martin Scorsese de la infame gira "Rolling Thunder Revue" de Bob Dylan en 1975, en parte película de concierto y en parte una broma divertida, es pura felicidad para los obsesivos del rock, especialmente para aquellos especialistas en "dylanología". La inspiración para la serie de fechas fueron los "medicine shows" de antaño que recorrían el país, con un Dylan con cara de mimo como voceador de feria exhibiendo a su salvaje banda de atracciones excéntricas (Ramblin' Jack Elliott, Allen Ginsberg, Joni Mitchell, Joan Baez). Las canciones, especialmente las de Desire, que pronto se lanzarían, son increíbles. No hay escasez de magia o misterio en este recorrido mágico y misterioso.

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