Los hitos en la carrera de Audrey Hepburn

Puro talento y elegancia

Fue una de las actrices más hermosas y cautivantes en la historia del cine. Cuando comenzó su brillante carrera, Audrey Hepburn tenía el porte aristocrático de una princesa. Pero una dulce melancolía en su mirada revelaba también los duros momentos de su juventud. Audrey Kathleen Ruston nació en la ciudad de Bruselas el 4 de mayo de 1929. Creció en Holanda, y durante la interminable ocupación nazi de la segunda guerra mundial, sufrió de malnutrición, un evento que sabotearía su ambición de convertirse en una bailarina famosa.

Del baile al cine

En 1948, Hepburn ganó una beca para estudiar baile en Londres. Fue en la capital inglesa que empezó a trabajar como modelo y bailarina, ganando papeles menores en películas de la época. Mientras filmaba Monte Carlo Baby, la célebre novelista francesa Colette (con Hepburn en la foto) la descubrió en un hotel y decidió que era ideal para interpretar el papel de Gigi en una adaptación teatral de Broadway. La obra se estrenó en 1951 y Hepburn participó en 219 funciones, despertando el interés de Hollywood.

El encanto de Roma

El éxito de Hepburn fue instantáneo, y ella estaba tan sorprendida como el resto del mundo. Su primer papel protagónico fue en Roman Holiday (1953), impresionando al director William Wyler y su compañero de reparto Gregory Peck con su candor y profesionalismo. El papel de la princesa Ann, que por una noche escapa la claustrofobia de su posición privilegiada para pasear por Roma con un periodista estadounidense, era ideal para sus talentos. Ganó un Óscar a mejor actriz, un Golden Globe y un premio BAFTA.

Llega 'Sabrina'

Increíblemente, Hepburn fue nominada nuevamente a un Óscar como mejor actriz por su trabajo en su segundo protagónico. Dirigida por el genial Billy Wilder en 1954, Sabrina fue una producción llena de problemas, en la que Hepburn interpretaba a la encantadora hija de un chofer que es deseada por dos hermanos millonarios: William Holden y Humphrey Bogart. Filmada en espectaculares tonos de blanco y negro y con una gran actuación de Bogart en un papel poco convencional para él, Sabrina es recordada como un clásico de la comedia romántica.

Sigue el ascenso

En 1954, Hepburn se casó con el actor Mel Ferrer, quien durante los 14 años de su matrimonio colaboró activamente en el manejo de su carrera. Ese mismo año, cobró la exorbitante suma de $350,000 —30 veces lo que había recibido por Sabrina— por interpretar a Natasha Rostov junto a Ferrer en una pantagruélica adaptación de la novela rusa La guerra y la paz. La primera versión del guion tenía 506 páginas y la producción del director King Vidor enfrentó tremendos problemas logísticos. Hepburn tuvo que filmar escenas invernales con nieve artificial, durante un aplastante verano italiano.

Consagración definitiva

Hepburn fue nominada nuevamente al Óscar como mejor actriz por uno de sus papeles más coloridos: la excéntrica Holly Golightly en Breakfast At Tiffany’s (en inglés) adaptación de Truman Capote. Luego de leer el libro, la actriz perdió peso, angustiada por el miedo que no tenía las cualidades cómicas para hacerle justicia a este papel, que irónicamente significaría su consagración definitiva en el cine y como ícono de la moda. El diseñador francés Givenchy se encargó de vestirla, y el director Blake Edwards tuvo que trabajar intensamente para que Hepburn venciera sus inseguridades. El compositor Henry Mancini escribió “Moon River” especialmente para ella.

Una charada muy en serio

En 1963, Hepburn protagoniza Charade, una de las películas más perfectas de la década. Dirigida por Stanley Donen con una clarísima influencia de Hitchcock, Charade es una liviana historia de espías cosmopolitas, marcada por un delicioso sentido del humor y la innegable química que la actriz compartió con su compañero de reparto, Cary Grant. Justamente la presencia de Grant fue una de las dos condiciones que Hepburn estipuló para participar en la película, además de requerir los servicios del iluminador Charles Lang. Fue recompensada con un premio BAFTA.

Una dama inolvidable

Desde que había visto el musical My Fair Lady (en inglés) en 1956, Hepburn soñaba con interpretar a la humilde pero adorable Eliza en la versión fílmica. Su sueño se cumplió en 1964, cuando Warner Brothers le pagó $1.1 millones para participar en la película, sustituyendo a Julie Andrews, famosa por hacer de Eliza en la versión teatral durante tres años y medio. Hepburn cantó las canciones del musical, pero los productores decidieron que fuera doblada en la versión final por la soprano Marni Nixon. La película terminó ganando ocho premios Óscar.

Un papel más oscuro

Hepburn cosechó su quinta y última nominación al Óscar en 1967 por su interpretación de una mujer ciega aterrorizada por dos criminales en Wait Until Dark. Su director en esta película fue un viejo conocido: el británico Terence Young. En 1945, Young había sido un paracaidista herido en la batalla de Arnhem. Hepburn y su madre lo habían ayudado en su recuperación, colaborando en una clínica holandesa. Una vez terminada la filmación, la actriz decidió retirarse parcialmente del cine, para poder dedicarle más tiempo a su familia.

Últimos años

En 1976, Hepburn fue aclamada por los críticos por su papel en Robin and Marian, junto a Sean Connery. Su última película fue Always, de Steven Spielberg, interpretando brevemente a un ángel. En 1992, fue diagnosticada con cáncer. El diseñador Givenchy hizo arreglos para que un avión privado la transportara desde Los Ángeles a su casa en Suiza, donde pasó sus últimos días descansando. Hepburn murió el 20 de enero de 1993 mientras dormía. Tenía solamente 63 años.

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