Vida Sana
La COVID ha reducido la comodidad de las personas mayores en el país a la hora de utilizar dinero en efectivo, pero aún no podemos desprendernos del hábito. En el 2019, los adultos de dos grupos de edad —los de 18 a 24 años y los de 55 a 64— utilizaron dinero en efectivo para cerca de un tercio de sus compras, según una investigación de la Reserva Federal. Dos años después, el grupo de mayor edad seguía utilizando dinero en efectivo el 26% de las veces; en cambio, en el caso de los adultos jóvenes, la cifra había descendido a solo el 17%. Y mientras que el 59% de los adultos jóvenes dijeron que se sentirían cómodos pagando con su teléfono inteligente y dejando el efectivo en casa; solo el 36% de las personas en Estados Unidos de 51 a 65 años optarían por esta opción, según la empresa de pagos Marqeta. La razón más común que dieron los adultos mayores para llevar dinero en efectivo: la costumbre.
Si eres una de esas personas a las que les cuesta dejar el hábito del dinero en efectivo, ten en cuenta estas ventajas de pasar del papel al plástico o al formato electrónico cuando compres algo o salgas a comer.
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Recompensas
Muchas tarjetas de crédito vienen con programas de recompensas que te dan a ganar puntos o hasta un 5% de devolución en efectivo en tus compras, tanto si utilizas la tarjeta en persona, en línea o a través de una aplicación para teléfonos inteligentes conocida como billetera digital (Apple Pay y Google Wallet, por ejemplo). Los puntos pueden canjearse por vuelos, estancias en hoteles y créditos al estado de cuenta. “Las recompensas son básicamente dinero gratis”, dice Ted Rossman, analista sénior del sector de tarjetas de crédito de Bankrate.com. Sin embargo, debes tener en cuenta una consideración importante: estas recompensas no cubrirán casi nada del costo de los intereses si acumulas un saldo de tarjeta de crédito mes a mes. “No gastes más de lo que tengas en tu cuenta corriente”, dice Rossman. “Paga el saldo completo cada mes y evita los intereses”.
Seguridad
¿Te preocupa que los pagos electrónicos sean más riesgosos que las alternativas? En realidad, es todo lo contrario. Todas las herramientas populares de pago electrónico vienen con múltiples funciones que combaten el fraude y disminuyen el riesgo de cometer errores. Por ejemplo, las tarjetas de crédito y las billeteras digitales utilizan datos cifrados, “lo que esencialmente significa que tu número de tarjeta de crédito y tu información no se transmiten”, dice Tara Alderete, educadora financiera certificada de Money Management International. Esto dificulta que alguien pueda robar el número de tu tarjeta.
Y si un ladrón consigue de algún modo tener acceso a tu tarjeta, el sistema de detección de fraudes del emisor de la tarjeta puede detener la transacción. Si todo lo demás falla, por lo general no tendrás que pagar por las compras no autorizadas, siempre que hagas una denuncia rápidamente a la entidad emisora de tu tarjeta. (Ten en cuenta que las protecciones de las tarjetas de crédito son mayores que las de las tarjetas de débito y es esencial que nunca compartas el número de identificación personal, o PIN, de tu tarjeta de débito con nadie). En cuanto a enviar un cheque por correo para pagar la factura de un servicio público: en los últimos años se ha producido un aumento de los robos de buzones de correo, lo que puede hacer que pagar las facturas con tarjeta de crédito o por transferencia electrónica sea una opción más segura. Curiosamente, en un estudio de la Reserva Federal previo a la pandemia se descubrió que el 25% de los adultos de 65 años o más preferían pagar las facturas con cheques, frente a solo el 7% de los adultos de 18 a 44 años.