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Una anualidad puede ser un cheque de por vida

Considera con cuidado las ventajas y desventajas antes de invertir.

Tablero negro con un signo de interrogación grande y varios pequeños alrededor, al lado de una alcancía en forma de cerdito rosado.

Getty Images

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Las anualidades tienen una reputación bastante mala, y sin duda he escrito mi cuota de artículos negativos sobre ellas. Pero ahora hay algunas opciones más atractivas con comisiones mucho más bajas. Una de ellas es la anualidad inmediata de prima única, o SPIA por sus siglas en inglés. Consiste en entregar algo de dinero a la aseguradora a cambio de una promesa de pago mensual durante el resto de tu vida. Es como crear tu propia pensión.

En vez de hablar de las anualidades en teoría, usaré un ejemplo real sobre una cotización reciente que recibí. Estas son las ventajas y desventajas, así como mi conclusión. (Recibiré pagos de algo que ofrece ingresos de por vida pero que no es una anualidad: tendrás que seguir leyendo para ver de qué se trata).

Mi cheque de por vida

Las SPIA se presentan a menudo como ingresos garantizados de por vida, lo que resulta muy atractivo. Anuity.org (en inglés) afirma que “las anualidades inmediatas garantizan un flujo de ingresos en el plazo de un mes desde la compra”. Es muy fácil obtener cotizaciones en internet, y la mayoría de las grandes empresas de corretaje, como Fidelity y Schwab, pueden ofrecértelas. Yo fui a ImmediateAnnuities.com. (en inglés). (AARP también tiene un servicio de cotización de anualidades). Soy un hombre que cumplirá 65 años en junio.


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Si hoy desembolsara $100,000, la cotización más alta era una cuota mensual de $535 de por vida, y solo $118 de esa cantidad estaban sujetos a impuestos. El pago mensual sería de unos $78 menos si comprara una anualidad conjunta que continuaría mientras uno de nosotros —mi esposa o yo— estuviera vivos. Para ilustrar y simplificar, me limito a mí mismo. La paga de $535 mensuales se traduce en un pago del 6.42%.

He visto a muchos en la industria ofrecer productos como estos como un pago de ingresos del 6.42% que en su mayor parte están exentos de impuestos. ImmediateAnnuites.com no lo presentó como un ingreso. La mayor parte del pago de la SPIA es simplemente la devolución del dinero que pagué por la anualidad, por lo que el IRS no tributa esa parte. No es un ingreso libre de impuestos; gran parte de él es una devolución del capital. Tendría que vivir casi 16 años solo para recuperar mis $100,000 originales.

Ventajas

Hay muchas razones para considerar una SPIA. En primer lugar, hay una sensación de seguridad al saber que no puedes sobrevivir a este pago mensual. Esa cantidad que llega cada mes nos hace sentir bien, y esa cantidad fija nos ayuda a presupuestar nuestros gastos diarios. Esto es así sobre todo si no tienes una pensión de una empresa en la que hayas trabajado. Y cuando el resto de la cartera se hunde en un mercado bajista, es un consuelo saber que este pago está a salvo. Una ventaja de la que no veo que se hable mucho es que la anualidad da protección contra un posible deterioro cognitivo. Con este dinero en manos de la aseguradora, no podemos hacer ninguna tontería si nuestra agudeza mental se desvanece.

Por último, en lo que respecta a las anualidades, las SPIA tienen una tasa de comisión relativamente baja (en inglés) que se paga al agente. Por lo general, cuanto más pagues en concepto de tasas, menos beneficios habrá para ti.

Desventajas

Como he mencionado, las anualidades no están exentas de inconvenientes. El mayor riesgo es la inflación. En el último año, que terminó en marzo, la inflación fue del 8.5% (en inglés). Si hubiera comprado esta paga hace un año, habría perdido ese poder adquisitivo solo en ese año. ¿Qué comprará mi dinero dentro de 25 años? Pues bien, si la inflación vuelve a la media del 2.2% a largo plazo desde el 2013, mi paga de $535 mensuales me comprará unos $311 en bienes y servicios. Si la inflación se mantiene en el 8.5%, solamente comprará unos $70. No hace mucho tiempo, las aseguradoras vendían SPIA que se ajustaban a la inflación, pero desde entonces han retirado del mercado ese producto. Aunque puedes comprar una SPIA que tenga un incremento anual fijo, esas tienen en realidad más riesgo de inflación, ya que tu paga es menor en los primeros años, pero los pagos mayores en los años posteriores compran mucho menos.

Tampoco te conviene comprar una SPIA si crees que tienes una esperanza de vida baja. Por último, si es importante dejarles un legado a tus hijos, entonces no consideraría una SPIA. Aunque puedes comprar el producto que tiene lo que se conoce como un período determinado que pagaría incluso si murieras en los primeros años, el pago mensual es mucho menor que un pago vitalicio. No creo que tenga sentido comprar un producto para pagar la protección tanto para una vida larga como para una vida corta.

Mi decisión

Decidí no explorar más este producto. Las aseguradoras dejaron de ofrecer SPIA ajustadas a la inflación porque consideran que el riesgo es demasiado elevado. No es que sepamos cuál será la inflación en los próximos 25 años, pero es un riesgo siempre presente. Por lo tanto, si compras una SPIA, asegúrate de que sea solo una parte de tu plan de jubilación y ten en cuenta que el cheque es en su mayor parte la devolución de tu propio dinero. Y recuerda que el poder adquisitivo real de la anualidad dentro de un par de décadas podría variar mucho.


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En lugar de cobrar el Seguro Social a los 65 años, voy a esperar hasta cumplir los 70, cuando recibiré casi $1,159 adicionales al mes. A diferencia de la SPIA, yo tengo protección contra la inflación y mi esposa seguirá recibiendo esta paga como prestación de supervivencia en caso de que me sobreviva, algo que, por supuesto, suelen hacer las mujeres.

En ocasiones, las SPIA pueden tener sentido como parte del plan de jubilación. El hecho de que no te hayan propuesto una es porque las comisiones no son tan jugosas como las de muchas otras anualidades. Pero hay que proceder con precaución y comprender los riesgos.

Allan Roth es un planificador financiero en actividad que ha enseñado finanzas y finanzas conductuales en tres universidades y ha escrito para publicaciones nacionales, entre ellas The Wall Street Journal. A pesar de sus muchas credenciales (planificador financiero certificado [CFP], contador público certificado [CPA], maestría en Administración de Empresas [MBA]), sigue estando convencido de que aún puede mantener la simplicidad a la hora de invertir.