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Hemos visto cómo los desastres pueden resaltar lo mejor de la gente, cuando vecinos y desconocidos ponen manos y billeteras a la obra para ayudar a aquellos que han perdido sus hogares. También resaltan lo peor de los estafadores, quienes se aprovechan de la desgracia de los demás para ganar dinero rápido.
"Los estafadores también son parte del personal de primeros auxilios", advierte Steve Weisman, profesor de Derecho en la Universidad de Bentley en Waltham, Massachusetts, y redactor de Scamicide.com.

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Cómo funcionan las estafas de ayuda en situaciones de desastre
Algunos de estos delincuentes toman tu dinero y se van. Otros cobran demasiado por un trabajo de mala calidad. (Y como no tienen licencias locales, tu seguro de vivienda quizás no lo cubra).
Contratistas falsos. Dos estafas comunes son los contratistas que utilizan tácticas de venta de alta presión para obligarte a pagarles dinero por adelantado para reparaciones o reconstrucciones, y luego se desaparecen. O pueden decirte que hay daños en tu techo cuando no los hay.
"Terminarán... recibiendo dinero por un techo completamente nuevo, aunque no necesites uno", dice Joe Brenckle, director de asuntos públicos de NICB. Brenckle recuerda historias de estafadores que usaban martillos para hacer agujeros en los techos para imitar daños causados por el granizo.
Impostores del Gobierno, servicios públicos y seguros. Los delincuentes afirman trabajar para la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) u otros organismos gubernamentales y contactan a las víctimas con promesas de subvenciones gubernamentales, permisos de construcción o ayuda para acelerar las reclamaciones de seguros. Un supuesto agente del Gobierno te pide un pago para hacer una inspección o para ayudarte a solicitar asistencia para catástrofes. "Ningún empleado legítimo de FEMA pide dinero", dice Weisman.
Los estafadores pueden afirmar estar con la compañía eléctrica y ofrecer una reconexión prioritaria a la red si pagas un depósito o una tarifa. Los estafadores también fingen ser ajustadores públicos de seguro y cobran tarifas altas por evaluaciones dudosas de daños o te dirigen a contratistas de mala reputación con quienes trabajan.
Entidades benéficas falsas. Los desastres también desatan un torrente de entidades benéficas falsas, las cuales hacen llamadas, envían mensajes de texto y correos electrónicos, y crean publicaciones en los medios sociales en las que solicitan donaciones para labores de ayuda.
A medida que los incendios o huracanes afectan a las comunidades, los estafadores se apoderan de dominios de internet que incluyen la ubicación del incendio o el nombre de la tormenta y palabras como "ayuda" y "alivio". Otras recaudaciones de fondos falsas implican una conexión con organizaciones reconocidas de ayuda, como la Cruz Roja u Oxfam.
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