Vida Sana
Las personas con discapacidades graves han podido recibir la cancelación de sus préstamos estudiantiles desde 1965. Pero es un proceso muy complicado que a menudo no funciona para quienes más necesitan la condonación de esa deuda.
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Por ejemplo, un informe (en inglés) creado por defensores de las personas discapacitadas narra la historia de una mujer que perdió ambas piernas por debajo de la rodilla y no podía trabajar. Solicitó los pagos por incapacidad del Seguro Social y la cancelación de la deuda restante de su préstamo estudiantil.
Los beneficios fueron aprobados. Pero la documentación relacionada con el préstamo estudiantil fue rechazada porque su médico olvidó certificar el hecho —ostensiblemente obvio— de que la falta de ambas piernas por debajo de la rodilla cuenta como el tipo de discapacidad “muy grave” necesaria para que se cancele la deuda.
Obstáculos burocráticos como este les han costado miles de millones de dólares a quienes tienen alguna discapacidad que les impide generar suficientes ingresos para continuar pagando el préstamo estudiantil, entre las cuales una gran cantidad tienen 50 años o más.
Ahora, el Gobierno federal está intentando corregir el proceso, y ofrece condonar hasta $20,000 en préstamos estudiantiles. Pero si bien los críticos dicen que las mejoras son sustanciales, todavía quedan salvedades importantes, especialmente para las personas mayores de 62 años.
“El problema que estamos tratando de resolver es un problema que tienen muchos programas gubernamentales, que es simplemente burocracia y documentación complicada”, dice Bethany Lilly, directora sénior de políticas de ingresos en The Arc, una organización que defiende a las personas con discapacidades intelectuales y de desarrollo.
Las reformas han sido lentas
Es posible condonar los préstamos estudiantiles de quienes tienen una discapacidad total y permanente (o TPD), es decir, personas a quienes les resulta imposible generar ingresos debido a una incapacidad médica o mental que ha durado al menos cinco años o se anticipa que causará la muerte. Los veteranos con discapacidades relacionadas con el servicio también pueden recibir la cancelación de los préstamos estudiantiles.
En la práctica, esto resultó ser una “protección ilusoria”, según una investigación del Student Borrower Protection Center. Muchos prestatarios con derecho a la cancelación no lo sabían o se perdieron en obstáculos burocráticos innecesarios, al tiempo que hacían malabarismos para acomodar el pago de los préstamos estudiantiles y los costos médicos a largo plazo con un flujo de ingresos fijos.
Uno de los obstáculos más grandes: el requisito de que los solicitantes verificaran anualmente sus ingresos para asegurar que no tenían un empleo remunerado. Si no confirmaban sus ingresos, o si dejaban de pagar el préstamo, el Gobierno podía tomar lo que aún debían de los cheques del Seguro Social.
“Era terrible. Absolutamente terrible”, dijo John Whitelaw, director de defensa de derechos en la Community Legal Aid Society. “El Departamento de Educación tenía reglas exageradamente restringidas sobre quién reunía los requisitos”.
También te puede interesar
¿Deberían pedir préstamos estudiantiles los adultos mayores para aprender nuevas destrezas?
Cómo asegurarse de que el beneficio valga más que la deuda.
El ABC de los préstamos estudiantiles: desde las solicitudes hasta los términos de devolución
Lo que debes saber antes de solicitar un préstamo.
¿Qué hago si estoy atrasado en los pagos de mis préstamos estudiantiles?
La mayoría de los prestatarios tiene una prórroga hasta agosto de 2023.