Vida Sana

La majestuosidad del valle del Hudson, en Nueva York, ha inspirado a artistas desde que Thomas Cole fundó aquí el primer gran movimiento artístico del país a principios del siglo XIX. En la actualidad, la obra de esos pintores paisajistas comparte el protagonismo con una abundancia de creatividad, con enormes esculturas contemporáneas, obras de antiguos maestros y piezas únicas creadas por artesanos locales. Emprende este viaje de cinco días por carretera para conocer el arte del centro de la región que los pintores de la escuela Hudson River School alguna vez consideraron el centro del universo, y no te pierdas estos seis museos. Una ventaja: podrás visitar pueblos pintorescos y asombrosos paisajes naturales. (Sitios en inglés)

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Primer día: Storm King Art Center

Comienza tu viaje 60 millas al norte de la ciudad de Nueva York en el Storm King Art Center en New Windsor, Nueva York. Distribuido en 500 acres de frondosas colinas y praderas ondulantes, este museo al aire libre ofrece una maravillosa colección de esculturas contemporáneas y terraplenes específicos del lugar. El paisaje ornamental está protagonizado por cerca de 120 obras de artistas influyentes que incluyen a Alice Aycock, Mark di Suvero, Donald Judd, Ursula von Rydingsvard y Joel Shapiro.

Storm King, que celebró su 60.º aniversario en el 2020, fue originalmente pensado como un modesto museo cubierto dedicado a la obra de los artistas de la Hudson River School. Sin embargo, en 1967, los fundadores del centro de arte, el empresario Ralph E. Ogden y su yerno, Peter Stern, cambiaron de planes después de adquirir 13 obras monumentales del patrimonio de David Smith, un escultor del expresionismo abstracto. Inspirados por la ubicación de las esculturas de Smith en el césped fuera del estudio del artista en las montañas de Adirondack, Ogden y Stern concretaron su idea de que Storm King fuera una galería al aire libre, así como su función en la administración y conservación del paisaje circundante.

Storm King está organizado en cuatro secciones (Meadows, Museum Hill, North Woods y South Fields) y resulta impactante tanto por su dimensión como por el alcance y la escala de sus obras de arte. Dedica suficiente tiempo (unas tres horas) para vivir la experiencia a pleno. Respira profundamente el aire puro de la montaña mientras exploras el lugar, empequeñecido por imponentes esculturas que reflejan la efímera luz del día. Las siete oleadas de tierra de casi 400 pies de largo del “Storm King Wavefield” creado por Maya Lin serpentean a lo largo de una franja de 11 acres en South Fields.
Al otro lado del camino, el “Storm King Wall” de 2,278 pies creado por Andy Goldsworthy atraviesa el bosque y serpentea entre los árboles antes de desaparecer en un estanque y volver a emerger al otro lado. En Museum Hill, ocho esculturas de la colección David Smith engalanan el césped bordeado por un trío de colosales piezas de acero pintadas por Alexander Calder. El “Momo Taro”, de Isamu Noguchi, es un complejo escultórico de nueve partes de granito que pesa 40 toneladas, lleva el nombre de un antiguo héroe popular japonés y se asienta en las cercanías, en una loma cuidadosamente ajardinada.
No puedes conducir en automóvil por el recinto, así que prepárate para caminar. También puedes tomar el tranvía descubierto del centro que tiene paradas en muchos de los principales puntos de interés, o explorar en una bicicleta que puedes alquilar en el lugar. Si bien casi todos los caminos son fáciles de transitar, encontrarás algunas colinas y zonas rocosas en ciertas áreas, en especial en las partes más altas del área de North Woods.
Próxima parada: Beacon
Conduce 25 minutos hacia el noreste (parte del camino en la carretera interestatal 84) hasta Beacon, una apagada ciudad industrial que renace como un pujante paraíso de las artes. Su renacimiento comenzó en el 2003 con la inauguración de Dia Beacon (la atracción estelar en el itinerario de mañana) y la posterior llegada de familias jóvenes y expatriados de la ciudad con mentalidad artística.
Pasa el resto del día recorriendo las tiendas y galerías a lo largo de Main Street, y quizás encuentres algunos tesoros imperdibles. Uno de los primeros sitios, Hudson Beach Glass, una galería, tienda y taller abierto al público, abrió en una estación de bomberos remodelada. Al otro lado del camino, la Galería Marion Royael presenta la obra de artistas contemporáneos emergentes y en mitad de su carrera. En RonzWorld, el artista Ron Williams crea guitarras pintadas por encargo y retratos de arte pop.
Planea pasar dos noches en Beacon, porque tendrás mucho más arte para disfrutar en esta zona al día siguiente. Una buena opción de alojamiento es el Roundhouse Beacon de 41 habitaciones, una propiedad de estilo rústico-chic en una fábrica textil renovada con vista a Fishkill Creek. Cena en el restaurante del mismo nombre, donde los menús de temporada destacan una gran cantidad de sabores locales del valle del Hudson. El precio de las habitaciones comienza en $199.

Segundo día: Dia Beacon
Al llegar la mañana, conduce solo una milla hasta Dia Beacon, una antigua fábrica de cajas con vista al río Hudson que fue convertida en un museo de arte por Dia Art Foundation, con sede en la ciudad de Nueva York. Aquí, disfruta de una maravillosa colección de obras contemporáneas a gran escala creadas por algunos de los artistas más influyentes de los años 60 y 70. La luz natural se filtra a través de enormes ventanas e interminables hileras de tragaluces que iluminan una galería de 240,000 pies cuadrados que resuena con los sonidos de los zapatos cuando los visitantes recorren los relucientes pisos de arce y hormigón.
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