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Guía de AARP para el Parque Nacional Theodore Roosevelt

Bisontes, perros de las praderas y coyotes, el panorama de la fauna en Dakota del Norte.

Sendero en el Painted Canyon

Bernard P. Friel/UIG/Getty Images

In English | El Parque Nacional Theodore Roosevelt, en la zona occidental de Dakota del Norte, es un homenaje apropiado para el presidente que acuñó la frase “púlpito intimidatorio” y ayudó a fundar el movimiento de conservación del país por pura fuerza de voluntad: para proteger un imponente territorio que es inhóspito y, a la vez, rebosa de vida. Los bisontes deambulan por las praderas y los alces vagabundean por los barrancos cubiertos de juníperos. Los perros de las praderas chillan desde los montículos que conducen a sus madrigueras subterráneas y los ciervos mula descansan en las laderas de las arcillosas colinas aisladas (buttes). Hay antílopes y coyotes, caballos salvajes y carneros de las Rocosas, a los que puedes ver con un poco de paciencia. Con la puesta del sol, las capas de roca sedimentaria cobran vida en la luz tenue: vetas negras de lignita, capas azules grisáceas de bentonita y depósitos de escoria volcánica de color herrumbre. Párate sobre una colina aislada durante el crepúsculo y observa cómo el parque adquiere una nueva tonalidad y temperamento. Quizás ningún otro parque nacional tenga una doble personalidad tan pronunciada del atardecer al anochecer.

En 1884, Roosevelt mismo se refugió en esta región de espacios abiertos después de que su esposa, Alice Lee, y su madre, Mittie, fallecieran con apenas horas de diferencia. “Las Bad Lands [tierras inhóspitas]”, escribió acerca de esta región, “se van reduciendo en elevación desde aquellas que son de naturaleza casi ondulantes a aquellas que están tan fantásticamente fragmentadas y tienen un color tan extraño que apenas parecen pertenecer a este planeta”. En años posteriores, atribuyó a este territorio el efecto de tranquilizarlo tras sus tragedias personales y de encaminarlo de nuevo en la vida. “Siempre he dicho que nunca hubiera sido presidente si no fuera por mi experiencia en Dakota del Norte”, señaló una vez.


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Las tierras inhóspitas o badlands de Dakota del Norte, que no deben confundirse con el Parque Nacional Badlands de Dakota del Sur, se formaron a lo largo de las eras geológicas por efecto del fangoso río Little Missouri en su curso hacia el norte, y el parque nacional está conformado por tres unidades separadas que suman más de 70,447 acres. La unidad South yace a lo largo de la ruta interestatal I-94, adyacente a Medora, el pequeño pueblo de acceso con apenas 112 residentes permanentes, y sirve de punto principal de recreación para la mayoría de los visitantes con su circuito escénico y dos docenas de senderos. La unidad North está a 70 millas de distancia (un viaje de 80 minutos en auto) y, si bien tiene servicios como el centro de visitantes y un camino por las tierras inhóspitas, recibe muchos menos visitantes. La unidad Elkhorn Ranch —la hacienda ganadera de Teddy Roosevelt en la década de 1880—, se extiende entre las dos unidades. No cuenta con servicios, y la mayoría de los visitantes se detienen allí por poco tiempo. Es posible visitar las tres unidades en dos o tres días.

El verano es la temporada alta para el parque, con 700,000 visitantes anuales, pero incluso en esa época estarás solo al andar por los senderos más recónditos del parque, maravillándote con el mismo asombro que habrá sobrecogido a Lewis y Clark cuando se toparon con estas tierras inhóspitas en su expedición de 1805 que atravesó el continente. Y es posible alejarse verdaderamente de todo en la unidad North. “El año pasado casi sobrepasamos ese nivel de 700,000 visitantes entre las dos unidades, y diría que 600,000 de las visitas se registraron en la unidad South. Los visitantes que se dirigen a la unidad North van en busca del aislamiento”, explicó el jefe de los guardaparques Grant Geis.

Con las numerosas actividades fuera de los límites del parque, viajes fáciles en auto dentro de sus confines y muchos senderos —con distancias de 0.1 a 96 millas—, el Parque Nacional Theodore Roosevelt atrae a las personas mayores de 50 años, ya sea que hayan acabado de competir en el triatlón Ironman o que simplemente quieran hacer una caminata en un sendero pavimentado. “El parque es sumamente apto para la gente mayor de 50. Ese grupo conforma la mayoría de nuestros visitantes”, dice Geis.

 

Dirección: Medora, Dakota del Norte

Superficie: 70,447 acres

Millas de senderos: más de 100 millas a lo largo de 36 senderos

Atracción principal: el mirador Badlands Overlook en Painted Canyon

Costo: $30 por vehículo, válido por siete días

Mejor forma de verlo: a pie, caminando por sus diversos senderos que atraviesan las tierras inhóspitas o descansando en un mirador para ver la puesta del sol

Cuándo ir: otoño (septiembre y octubre) cuando las hojas de los gigantescos álamos se tornan doradas

Planifica tu visita

El aeropuerto más cercano está a dos horas al este (137 millas) en Bismarck, la capital del estado. El aeropuerto Dickinson Theodore Roosevelt está más cerca (37 millas al este), pero es más fácil conseguir un vuelo a Bismarck y conducir hasta Medora, el pueblo más cercano al parque nacional.

Muchos visitantes conducen desde las Black Hills de Dakota del Sur, donde está Mount Rushmore, a 260 millas al sur (un poco más de cuatro horas de auto). Puede parecer que es un trayecto largo, pero el camino hacia el norte, a lo largo de la ruta nacional 85, ofrece algunos de los mejores trechos de las grandes llanuras con sus infinitos espacios abiertos. Verás paisajes que se extienden tan lejos en la distancia ondulante que dan la sensación de poder entrever la curvatura de la Tierra.

La entrada al parque cuesta $30 por vehículo, válida para las tres unidades del parque durante siete días consecutivos. (El pase anual America the Beautiful de $20 para adultos mayores de 62 años concede acceso a todos los parques nacionales y a muchas tierras recreativas administradas por el Gobierno federal). Los servicios para visitantes y los baños se encuentran a lo largo de los caminos principales para poder hacer paradas con facilidad. El auge reciente de la explotación del petróleo de esquisto en áreas cercanas estimuló la expansión de torres celulares, por lo que hay buena cobertura para un área tan poco poblada (aunque podrías pasar por una zona muerta ocasional dependiendo de tu compañía de servicio móvil). Sin embargo, solo los centros de visitantes principales (y hoteles cercanos) ofrecen red wifi gratuita.

Las estaciones intermedias, cuando baja la cantidad de visitantes y los animales deambulan más libremente, son los mejores momentos para hacer la visita. Los veranos son cálidos con temperaturas medias de más de 85 °F y tormentas eléctricas ocasionales. Las lluvias de primavera con frecuencia transforman las laderas en un verde brillante intercalado con la tonalidad rojiza de la escoria volcánica. En el otoño, las hojas de los gigantescos álamos a lo largo del río Little Missouri se tornan doradas y no hay mejor época para acampar en el parque. En invierno, cuando bajan las temperaturas a cifras de un dígito, hay muchos menos visitantes y varios caminos laterales están cerrados, pero la nieve recién caída en las tierras inhóspitas posiblemente sea uno de los panoramas más asombrosos de todos.

Dónde alojarse y comer

No hay opciones de alojamiento adentro del Parque Nacional Theodore Roosevelt, pero hay dos áreas para acampar con tiendas de campaña y casas rodantes aunque no hay conexiones de servicios. Ambas áreas están anidadas entre altísimas alamedas cerca del río Little Missouri, con vistas a los riscos en la distancia. El área de acampar Cottonwood Campground en la unidad Sur tiene 72 lugares; el área Juniper Campground en la unidad North tiene 48. Los lugares están separados lo suficiente para darte un poco de privacidad, y cada uno viene con una parrilla y una mesa para picnic. En verano las áreas para acampar tienen agua potable y baños con inodoros, pero no hay duchas. No hay restaurantes ni tiendas en el parque para comprar alimentos, agua, leña u otros suministros, así que debes traer todo lo que necesites. A pesar de la falta de servicios, te aguarda la emoción de levantarte por la mañana con los caballos salvajes o algún bisonte atravesando la alameda.

Puedes reservar un lugar para acampar con un máximo de seis meses de anticipación en recreation.gov, aunque la mitad de los lugares se asignan por orden de llegada. Los lugares para acampar tienen un costo de $14 por noche ($7 para adultos mayores) en verano y $7 ($3.50 para adultos mayores) de octubre a abril.

En cuanto al alojamiento, restaurantes y tiendas cerca del parque, la mejor opción es Medora (ver la sección de Ciudades de acceso).

Qué hacer

Centro de visitantes Painted Canyon

Education Images/Getty Images

Centro de visitantes Painted Canyon.

Tal vez el Parque Nacional Theodore Roosevelt sea uno de los parques nacionales menos reconocidos del oeste del país, pero aquellos que han vivido sus encantos saben que todo radica en esas hechizantes vistas de las tierras inhóspitas. Se trata también de uno de los parques nacionales más accesibles de la región para realizar una corta visita: tanto la unidad South como la unidad North tienen circuitos panorámicos en los que puedes ver la mayoría de los puntos turísticos desde la comodidad de tu vehículo, y muchas de las características más excepcionales —como la colonia de perros de las praderas de la unidad South cerca de Skyline Vista— tienen senderos peatonales pavimentados adyacentes a las áreas de estacionamiento, con lo cual son accesibles para sillas de ruedas. “El parque mismo es apto para adultos mayores por el solo hecho de su distribución”, explica Geis. “Puedes ver mucho desde tu auto sin necesidad de bajarte ni realizar extensas caminatas, como hasta el borde de un glaciar o algo así. A los bisontes, los caballos y los perros de las praderas puedes verlos todos tan fácilmente desde el asiento de tu auto como después de una caminata de tres millas”.

El circuito de 36 millas de la unidad South comienza y termina en el centro de visitantes en Medora, y es fácil de hacer en dos horas (incluye tiempo para tomar fotos de los bisontes o perros de las praderas). En el camino, no te pierdas Skyline Vista, un punto panorámico ideal para ver la puesta del sol; el mirador Badlands Overlook, que en la luz matinal revela todos los contornos de los escarpados riscos y desfiladeros; y Cottonwood Campground, el área para acampar donde hacer un picnic bajo los enormes árboles. Otro punto de fácil acceso en la unidad South, incluso para los que usan silla de ruedas, es el centro de visitantes Painted Canyon —al que se accede por la salida 32 de la ruta interestatal I-94—, que ofrece una vista icónica de las tierras inhóspitas. Desde el mirador, el parque se extiende hacia el norte, con barrancos de juníperos, colinas aisladas de escoria volcánica y bisontes pastando, que salpican el paisaje.

El camino de 28 millas ida y vuelva en la unidad North impresiona también con excelentes vistas panorámicas, incluidos dos miradores sobre el río Little Missouri: Oxbow y Riverbend. Ambos te asombrarán, pero Oxbow es el que tiene el paisaje más imponente del río y de las colinas Achenbach Hills, que se extienden hasta el horizonte del otro lado de las aguas fangosas. La hacienda Elkhorn Ranch no está edificada (no hay servicios para visitantes), pero el camino corre paralelo al valle del río y, una vez que llegues, puedes caminar junto a los cimientos de piedra que en el pasado sostenían la cabaña de Roosevelt.

La mejor manera de ver de cerca el territorio y la vida silvestre es explorando el parque a pie, y encontrarás más de 100 millas de senderos. Las caminatas son mayormente cortas (menos de una o dos millas) y planas porque las colinas aisladas más altas solo se elevan a unos pocos cientos de pies verticales. Pero ten en cuenta el calor del verano: las temperaturas medias llegan a alrededor de 85 °F y a menudo se siente más caliente y seco, por lo que conviene llevar abundante agua. “Los senderos varían de moderadamente difíciles a fáciles, dependiendo del momento del año y de tu destino. Pueden ser más intensos, especialmente en un día caluroso, pero no hay enormes aumentos de elevación. La mayoría de la gente puede hacer estas caminatas”, dice Geis, y añade que ve a gente de todas las edades en los senderos.

En la unidad South, dos senderos imperdibles son el Wind Canyon Trail, una caminata de 20 minutos (0.4 millas) por un cañón esculpido por el viento con maravillosas vistas del río; y Coal Vein Trail, una caminata de 40 minutos (0.8 millas) que es la manera perfecta de aprender sobre la geología de las inhóspitas badlands. Por ejemplo, verás y entenderás mejor las capas de la historia antigua: la arcilla de bentonita gris surgida de volcanes de tiempos pasados; el carbón negro proveniente de las plantas y animales que una vez habitaron los pantanos húmedos que cubrían la región; y la escoria volcánica color ladrillo que se formó con la combustión del carbón causada por incendios forestales o relámpagos. En la unidad North, una buena opción de una hora es el segmento de 1.5 millas del sendero Achenbach Trail hasta Sperati Point, que atraviesa por praderas hasta un mirador sobre el valle.

El ciclismo, que cada vez es más popular en el parque, ofrece una manera novedosa de explorar los caminos principales a un ritmo más lento, aunque estarás compitiendo con vehículos en los días concurridos de verano. “La mayoría de nuestros ciclistas son personas de entre treinta y sesenta y tantos años”, dice Geis. “Tienden a ser mayores que los ciclistas de montaña y es un ejercicio excelente. Además, cuando vas en bicicleta, típicamente estás más en contacto con tu entorno, ya sean los días cálidos o la vida silvestre. No tienes las distracciones y los impedimentos físicos de un vehículo”.

Un ciclista de ruta promedio puede hacer el circuito sur en tres o cuatro horas. La tienda Dakota Cyclery en Medora alquila bicicletas.


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Pueblos colindantes

La única población asociada con el parque es Medora, y está destinada casi por completo a ser el punto de acceso al Parque Nacional Theodore Roosevelt. Medora resalta su historia como antiguo cruce ferroviario y personifica fielmente el típico pueblo del viejo Oeste: pasarelas de madera, palenques frente a los hoteles, cafeterías rústicas y las infaltables botas y sombreros de vaquero. En ocasiones puede parecer un poco exagerado, pero solo se descubre el encanto del pueblo al acoger plenamente lo cursi.

La mayoría de las opciones de alojamiento de Medora son moteles comunes y cabañas básicas con cocina pequeña. El mejor lugar donde alojarse es el Rough Riders Hotel, con 76 habitaciones, en el centro del pueblo, nombrado por la unidad de caballería voluntaria que comandó Teddy Roosevelt en la década de 1890 (se rumorea que el 26.º presidente dio un discurso desde uno de sus balcones). Combina el encanto del viejo Oeste —techos de estaño, por ejemplo— y el confort moderno, como duchas de fácil acceso. Las tarifas de verano son a partir de $199; las tarifas de primavera y otoño (antes del 29 de mayo y después del 13 de septiembre, respectivamente), a partir de $119. También está el motel AmericInn by Wyndham Medora, una opción buena pero estándar, con piscina (desde $189). Ambos cuentan con habitaciones accesibles para sillas de ruedas.

Para comer, empieza tu mañana en el Farmhouse Café, que hace todo bien: desde panqueques hasta bistec y huevos. A la hora del almuerzo, sirven ensaladas y sándwiches. Para cenar, Boots Bar and Grill presenta deliciosa comida de pub y Theodore’s Dining Room sirve un osobuco de bisonte que bien vale el precio de $39. En el restaurante Pitchfork Steak Fondue, los chefs llenan horquillas con bistecs y las sumergen en aceite caliente para cocinarlos. Disfruta tu festín de carne al fresco en las mesas sobre el risco con vistas al pueblo y a la puesta del sol ($30 por persona).

Si deseas bocadillos y bebidas para tu hielera antes de visitar el parque, pasa por la tienda Medora Convenience Store. Tu mejor opción de supermercado de tamaño completo es Family Fare Supermarket en Dickinson, a 37 millas al este (la ciudad también tiene una selección de alojamientos y restaurantes).

Medora cuenta con tres atracciones principales. El Medora Musical se promociona a sí mismo como el espectáculo más bullicioso y entusiasta de baile en línea con música country del Oeste. Durante dos horas todas las noches, el escenario resuena con canciones, bailes y caballos en vivo; todo en un anfiteatro al aire libre con vistas del ocaso. El North Dakota Cowboy Hall of Fame, un museo dedicado a las culturas del Oeste y de los nativos estadounidenses, te ofrece un vistazo de la historia ganadera y de los rodeos de la región. (Ensilla tu caballo en Medora Riding Stables en el límite del pueblo para disfrutar de cabalgatas de una hora por las colinas aisladas y los cañones; $40 por persona). Justo en las afueras de Medora, la histórica Chateau de Mores State Historic Site, con 26 habitaciones, es la anterior residencia veraniega de un rico ganadero. Construida en 1883, ahora es un museo que presenta una experiencia auténtica de lo que podría haber sido la vida en las tierras inhóspitas en esa época.

Por ser el punto de acceso al parque nacional, Medora se llena de visitantes durante los meses pico de junio, julio y agosto, y tendrás que hacer reservaciones para tu alojamiento y muchas de las actividades.

De camino al Parque Nacional Theodore Roosevelt

La mayoría de los visitantes que viajan en avión llegan a Bismarck. Conduce en sentido oeste al salir de la ciudad, toma el desvío que vale la pena en la salida 72 de la ruta interestatal I-94 para ver Enchanted Highway de Dakota del Norte, siete esculturas gigantescas de metal a lo largo del trayecto de 32 millas de esta ruta de dos carriles. La primera instalación de arte, “Geese in Flight”, ganó el récord mundial Guinness a la escultura de chatarra más grande del mundo (110 pies de altura y 154 pies de ancho).

Si conduces hacia el norte desde Rapid City, Dakota del Sur —el acceso a Black Hills y Mount Rushmore— pon atención al salir del pueblo Bowman para ver una “instalación de arte” burlona del lado occidental de la ruta 85: una estufa en una zanja del camino con la puerta abierta. El cartel dice “Open Range” (a campo abierto, por su juego de palabras en inglés). Es más un comentario que una obra de arte verdadera, pero transmite su mensaje.

Al conducir en dirección noreste desde Billings, Montana, haz una parada en Makoshika State Park en las afueras de la ciudad de Glendive para ver una muestra de las formaciones geológicas badlands que llegan al Parque Nacional Theodore Roosevelt, así como los restos fósiles de dinosaurios como el Tyrannosaurus rex. Vale la pena ver el cráneo de un triceratops en el nuevo centro de visitantes, que es digno de los museos de historia natural en Chicago y Nueva York.

Nota de redacción: este artículo fue publicado originalmente el 17 de julio, 2020. Ha sido actualizado con información actual relacionada a la COVID-19.


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