Vida Sana

| Alrededor de una quinta parte de los adultos de EE.UU. recibe un examen físico anual. Pero cada vez más, las investigaciones sugieren que no es necesariamente una cita crítica que hay que cumplir. "Una serie de ensayos controlados aleatorios ahora muestran que estos exámenes anuales no mejoran la salud o los resultados médicos de las personas”, señala el Dr. Ateev Mehrotra, profesor asociado de política de salud y medicina en Harvard Medical School y médico de asistencia hospitalaria en Beth Israel Deaconess Medical Center. Por ejemplo, una evaluación del 2012 de más de 180,000 personas, publicada en el British Medical Journal, encontró que la práctica no contribuyó a reducir los índices de enfermedades o de muertes a causa de enfermedades. Como resultado, grupos como la Society of General Internal Medicine ya no recomiendan exámenes físicos para personas sanas, sin ningún síntoma de enfermedad.
Parte de la preocupación, señala la Dra. Christine Laine, jefa de redacción de Annals of Internal Medicine y vicepresidenta sénior del American College of Physicians, es que durante un examen anual tu médico puede ordenar exámenes, como análisis de sangre u orina, o un electrocardiograma (EKG), que no son necesarios para personas sanas. "Si tu médico encuentra algo que no necesitaba encontrar, puede terminar solicitando más pruebas, lo cual es costoso y puede causarte preocupación", señala.

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En cambio, si estás sano, sin problemas de salud crónicos, es mejor que visites al médico una vez al año o una vez cada dos años, para lo que se conoce como un control de bienestar; algo así como un examen físico pero sin el conjunto de exámenes. “Al igual que los bebés tienen visitas de bebés sanos, tiene sentido ver a tu proveedor para asegurarte de que estés al día con todos los exámenes necesarios, así como para hablar sobre estrategias de estilo de vida preventivas básicas, como comer de manera saludable, hacer ejercicio con regularidad y dormir lo suficiente", señala Laine.
Pero eso no quiere decir que debas obviar las visitas al médico. Donde las personas se equivocan, especialmente a medida que envejecen, es en hacer demasiado énfasis en los exámenes físicos y no lo suficiente en controlar las enfermedades crónicas. "A medida que envejeces, hay problemas de salud específicos, como la hipertensión arterial o la diabetes tipo 2, que deberás controlar con visitas más frecuentes", señala el Dr. Michael Hochman, profesor asistente de medicina clínica y director del Gehr Family Center for the Implementation of Science en la Keck School of Medicine de University of Southern California.
Pero si ya vas al consultorio de tu médico varias veces al año, no necesitas programar un examen de bienestar por separado. "Durante estas visitas, tu médico debe poder abordar cualquier otra inquietud", agrega Laine. "Pedir que regresen para otra visita para abordar temas de salud preventiva no es conveniente para los pacientes".
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