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Nuevas investigaciones sobre las enfermedades cardíacas en las mujeres

Últimas novedades: por qué no se detectan sus ataques cardíacos, beneficios de tomar media dosis del medicamento para el colesterol y más.


spinner image Manos de una mujer sostienen unas pastillas, sobre un fondo rosa con pastillas formando un corazón
GETTY IMAGES

| Durante años los médicos han sabido que los hombres y las mujeres experimentan las enfermedades cardíacas de manera diferente. Por ejemplo, desde hace tiempo está claro que, antes de la menopausia, las mujeres tienen menos probabilidades de manifestar enfermedades cardíacas que los hombres. Eso es gracias a la protección que brinda el estrógeno y es un motivo clave que explica por qué la edad promedio de los ataques cardíacos es 64 para los hombres, pero 72 para las mujeres. Sin embargo, las mujeres alcanzan el nivel de los hombres rápidamente y las enfermedades cardíacas se convierten en la causa principal de mortalidad para ambos sexos en general.

Pero hay nuevas investigaciones que están cambiando lo que saben los cardiólogos sobre las enfermedades cardíacas en las mujeres. Tomemos, por ejemplo, los síntomas de un ataque cardíaco. Con las mujeres, desde hace un tiempo a los médicos les enseñan que busquen signos "atípicos", tales como acidez estomacal, dolor de espalda o un dolor que se siente como ardor, puntadas o similar a la indigestión. Con los hombres, prevén síntomas más "típicos", entre ellos dolor de pecho, mandíbula o brazo; dolor que se irradia a uno de los brazos, cuello, mandíbula o espalda; y náuseas, vómitos, sudoración o palpitaciones. Pero las investigaciones recientes indican que las mujeres tienen las mismas probabilidades que los hombres de presentar los signos "clásicos". Un estudio de casi 2,000 pacientes, publicado recientemente en el Journal of the American Heart Association, halló que los síntomas más comunes de las mujeres fueron el dolor de pecho y malestares que se irradiaban por el brazo izquierdo.

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Este es tan solo uno de varios descubrimientos recientes (se incluyen otros más abajo) que arrojan luz en las diferencias de sexo en cuanto al diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardíacas.

El riesgo de mortalidad es más alto para las mujeres más jóvenes

Las mujeres tienen menos ataques cardíacos que los hombres, pero tienden a sufrir consecuencias más graves. Para averiguar el motivo, los investigadores de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, examinaron los datos de hospitalización de casi 7 millones de pacientes con ataques cardíacos. Un estudio publicado en enero en Mayo Clinic Proceedings demostró que es menos probable que las mujeres hospitalizadas con un ataque cardíaco reciban tratamientos capaces de salvarles la vida, tales como angioplastia (que abre las arterias estrechadas) y asistencia circulatoria mecánica (que utiliza dispositivos para mejorar la circulación de la sangre).

El Dr. Mohamad Alkhoulin, investigador principal de este estudio y cardiólogo intervencionista de Mayo Clinic, especula que los médicos podrían reservar esos tratamientos porque consideran que las mujeres no tienen buenos resultados durante esas cirugías. Los investigadores también descubrieron que las mujeres menores de 65 años tenían más probabilidades que los hombres de morir de un ataque cardíaco, en especial cuando se trata de un cierto tipo de ataque en el que la arteria coronaria está considerablemente obstruida pero no del todo.

Más síntomas de la menopausia podrían significar más riesgos

Si bien se sabe desde hace tiempo que la caída vertiginosa de los niveles de estrógeno en la menopausia reducen la protección hormonal del corazón, las nuevas investigaciones muestran que sufrir más de los sofocos o alteraciones del sueño típicos de la menopausia podría indicar mayores riesgos cardiovasculares. Cuando los investigadores de centros médicos de todo el país siguieron a más de 20,000 mujeres de entre 50 y 79 años durante una mediana de siete años, hallaron un vínculo entre tener dos o más síntomas moderados o graves de la menopausia y un mayor riesgo de afecciones como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

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Los investigadores, que publicaron sus hallazgos en la revista médica Menopause, ofrecen varias explicaciones posibles. En primer lugar, los sofocos graves están relacionados con el endurecimiento de las arterias, la inflamación y los problemas cardiovasculares, todos factores que se vinculan con las enfermedades cardíacas. Además, los síntomas molestos de la menopausia pueden interferir en el ejercicio y sueño adecuados, lo cual a su vez perjudica la salud del corazón.

Los riesgos cardíacos también aumentan durante la perimenopausia

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Nuevas investigaciones de la American Heart Association, publicadas en Circulation, indican que los cambios hormonales de la perimenopausia —los años anteriores a la menopausia— preparan el terreno para las enfermedades cardíacas. “En la transición, las mujeres experimentan muchos cambios que, al considerarse en su totalidad, aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares”, explica la Dra. Samar R. El Khoudary, investigadora principal y profesora adjunta de Epidemiología en University of Pittsburgh. Añade también que, durante esta época, el colesterol LDL "malo" comienza a subir, y el colesterol HDL “bueno” puede dejar de ofrecer protección; la grasa corporal se acumula en el abdomen en vez de las caderas, y podría haber insomnio o depresión. El Khoudary sugiere considerar la perimenopausia como un momento crítico para empezar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas al contrarrestarlo con el ejercicio frecuente y priorizar el sueño.

La relación entre el cáncer de seno, los coágulos de sangre, la insuficiencia cardíaca y más

Desafortunadamente, quienes sobreviven el cáncer de seno después de los 65 años tienen otro riesgo de salud del que preocuparse: los problemas cardíacos. Un estudio publicado en enero en el Journal of the National Comprehensive Cancer Network halló que las sobrevivientes corrían mayor riesgo de manifestar coágulos de sangre peligrosos para la vida (trombosis venosa profunda), arritmia, insuficiencia cardíaca, enfermedad de las válvulas cardíacas y paro cardíaco repentino, en comparación con las mujeres que no habían tenido cáncer.

En el estudio, si bien estas afecciones se vieron con más frecuencia durante el primer año posterior al diagnóstico, el riesgo más alto se mantuvo durante cinco años. Las mujeres que corren mayor riesgo son las de raza negra y las mujeres con cáncer de seno de etapa 3 y de receptor hormonal negativo. Los investigadores señalan que, para todas las mujeres, los efectos adversos de los medicamentos de quimioterapia administrados para combatir el cáncer podrían explicar en parte los hallazgos. Las diferencias en los hábitos de vida también podrían ser un factor, ya que las mujeres que fuman, son obesas o tienen una vida más sedentaria son más propensas a tener tanto cáncer de seno como enfermedades cardíacas.

El Dr. Hector R. Villarraga, cardiólogo de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, recomienda que las sobrevivientes de cáncer de seno se hagan un ecocardiograma —que produce imágenes del corazón— a los cinco años después de finalizado el tratamiento contra el cáncer. Además aconseja que, si las trataron con radiación, consulten con su médico para hacerse una prueba de esfuerzo cardíaco a los 10 años después de haber completado el tratamiento.

Entender los ataques cardíacos "ocultos" con mejores imágenes de diagnóstico

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La causa de la mayoría de los ataques cardíacos son las obstrucciones en las grandes arterias del corazón. Sin embargo, en hasta el 15% de los casos en los que las personas tienen tiene síntomas como dolor de pecho o dificultad para respirar, no se presentan obstrucciones significativas. Estos ataques cardíacos poco entendidos, como el infarto de miocardio con arterias coronarias no obstructivas (MINOCA), igual pueden causar daño al corazón y, además, es tres veces más probable que ocurra en las mujeres.

“A veces las mujeres acuden al hospital con síntomas de un ataque cardíaco y, después de los exámenes, les dicen que no tuvieron un ataque cardíaco”, explica la Dra. Harmony Reynolds, cardióloga y directora del Sarah Ross Soter Center for Women’s Cardiovascular Research de NYU Langone Health en Nueva York. La Dra. Reynolds también señala que eso es porque posiblemente la angiografía —la prueba utilizada para evaluar a los pacientes con síntomas de ataque cardíaco— no revele la causa subyacente. Sin saber qué está causando los síntomas del paciente, los médicos no pueden tratarlos.

Para precisar las causas de los infartos MINOCA, Reynolds y los investigadores de varias instituciones utilizaron pruebas avanzadas de imágenes llamadas resonancias magnéticas cardíacas y tomografía de coherencia óptica coronaria (OCT). Lograron identificar las causas de estos ataques cardíacos —que de otro modo hubieran pasado desapercibidos— en más de 100 mujeres y publicaron sus resultados en la revista Circulation. Entre las causas observadas se incluyeron rupturas de placas ocultas que, al igual que una obstrucción, detuvieron la circulación de la sangre al corazón; y espasmos en la arteria coronaria, que pueden cerrar temporalmente la arteria e impedir la circulación de la sangre.

Si experimentaste los síntomas de un ataque cardíaco pero te dijeron que no lo tuviste, considera preguntarle a tu médico (o a uno afiliado a un centro médico académico) si deberían hacerte una de estas pruebas avanzadas de imágenes, aconseja Reynolds.

Las dosis de medicamentos para hombres podrían no ser lo mejor para las mujeres

A los hombres y a las mujeres con enfermedades cardíacas en general les dan las mismas recetas. Pero en lo que se refiere a la insuficiencia cardíaca —en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre para atender los requerimientos del organismo—, probablemente no deberían hacerlo, según un nuevo estudio publicado en The Lancet. Los investigadores descubrieron que las mujeres tienen los índices más bajos de mortalidad y hospitalización cuando les recetan la mitad de las dosis normales de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA) o betabloqueadores. Por otra parte, se ven mejores resultados para los hombres con la dosis completa.

Los investigadores especulan que las diferencias de peso podrían explicar esos resultados. Los medicamentos para niños suelen recetarse según el peso, pero no es lo común para los adultos, explica la Dra. Joyce Oen-Hsiao, directora de cardiología clínica de Yale Medicine, quien no participó en el estudio. Otros motivos posibles incluyen las hormonas sexuales y las diferencias en la absorción, metabolización y eliminación de los medicamentos.

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