Vida Sana

La perspectiva de un paciente: lo que aprendí de mi diagnóstico de cáncer
“Si hay algo que compartiría a gritos, es que no aplaces tus exámenes de detección para el cáncer de colon. Me sometí a una colonoscopía rutinaria en el 2010 que reveló algunos pólipos en el colon que aumentaron mi riesgo de tener cáncer. Mi médico los extirpó y dijo que me hiciera una colonoscopía de seguimiento en cinco años, pero la estuve posponiendo. En marzo del 2020, empecé a sentir dolor y calambre abdominal intensos, junto con náuseas. El dolor era intermitente, pero a veces se volvía tan intenso que sentía como si alguien estuviera ajustando un cinturón y apretándolo justo alrededor de mi abdomen. Esperé por el mayor tiempo posible para hacerme un examen, por miedo a contraer COVID-19, pero para mayo el dolor era tan intenso que terminé en el hospital. Me sometí a una colonoscopía el 8 de mayo, y descubrieron un tumor maligno. Una semana después, luego de una cirugía en Cleveland Clinic para extirpar el tumor, supe que tenía cáncer de colon en etapa III. Tuve que pasar tres meses en quimioterapia y con una bolsa de ostomía, pero mi dura prueba terminó este otoño, cuando concluyó mi tratamiento y en octubre me hicieron una cirugía para reconectarme el colon. La experiencia fue atroz, pero siento que esquivé una bala. Si hubiera dejado que pasaran solo unas cuantas semanas más, el cáncer hubiera podido hacer metástasis. Si hay algo que quiero enfatizar es que no debes dar por sentado que eres invencible. A ti te puede dar cáncer de colon. Si ya es tiempo de hacerte una colonoscopía (o estás atrasado), prográmala hoy mismo”.
— Dave Evans, gerente de ventas de software en Rocky River, Ohio
Las tasas de cáncer colorrectal están disminuyendo entre los adultos de 65 años o más, pero los investigadores han descubierto algunas tendencias preocupantes en cuanto a la tercera causa principal de muertes por cáncer en Estados Unidos.

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Un nuevo informe (en inglés) de la Sociedad Americana contra el Cáncer revela que la proporción de personas diagnosticadas con cáncer colorrectal en etapa avanzada está en aumento; ha subido del 52% a mediados de la década del 2000 al 60% en el 2019. Además, los diagnósticos de cáncer colorrectal en personas menores de 55 años se han duplicado en las últimas décadas, del 11% en el 1995 al 20% en el 2019.
“Sabemos que las tasas están aumentando entre los jóvenes, pero es alarmante ver con qué rapidez la población general de pacientes se está volviendo más joven, a pesar de la disminución en el número total de personas”, dijo en un comunicado Rebecca Siegel, directora científica sénior de Investigaciones de Vigilancia de la Sociedad Americana contra el Cáncer. “La tendencia hacia una enfermedad más avanzada en personas de todas las edades también es sorprendente y debería motivar a todas las personas de 45 años o más a someterse a exámenes de detección”.
De hecho, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE.UU. actualizó sus pautas en el 2021, que ahora dicen que las personas deben hacerse una prueba inicial de detección del cáncer colorrectal a los 45 años, en lugar de esperar hasta los 50 años. Una razón por la que las pruebas de detección son tan importantes es porque el cáncer colorrectal, el cual se espera que afecte a 153,020 personas en EE.UU. en el 2023, a menudo no causa síntomas en las primeras etapas, dice el Dr. Scott Kopetz, profesor del Departamento de Oncología Médica Gastrointestinal, División de Medicina del Cáncer, en el MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas en Houston. Y detectar el cáncer en sus etapas iniciales puede salvar vidas.
“Algo importante es que las pruebas de detección no deberían basarse en los síntomas”, enfatiza Kopetz. “Cuando tienes síntomas, el cáncer colorrectal tiende a ser más avanzado. Por eso es tan importante seguir las pautas de evaluación”.
Dicho esto, las siguientes señales de alerta indican que debes verificar de inmediato, incluso si recientemente te has hecho una prueba de detección de cáncer, como una colonoscopía.
- Un cambio en los hábitos intestinales (diarrea, estreñimiento o estrechamiento de las heces) que dure más de unos cuantos días.
- Ganas de defecar que no se quitan después de ir al baño.
- Hemorragia rectal. “Cualquier cantidad de sangre que veas, incluso si es solo una vez, no debe ignorarse”, dice el Dr. Daniel Labow, vicepresidente ejecutivo del Departamento de Cirugía del Mount Sinai Health System en la ciudad de Nueva York.
- Heces de color marrón oscuro o negras (lo que podría indicar que contienen sangre).
- Calambres o dolor abdominal.
- Debilidad y agotamiento.
- Pérdida de peso inexplicada. Si tienes cáncer colorrectal, tu cuerpo libera ciertas hormonas en el torrente sanguíneo que pueden llevar a la pérdida de peso, incluso si continúas comiendo normalmente, dice Labow.
- Anemia inexplicable. “Podría deberse a la pérdida de sangre en un lugar como el recto”, dice Labow.
A continuación, nuestra guía completa sobre todo lo que debes saber sobre esta enfermedad.
Definición del cáncer colorrectal
El cáncer colorrectal empieza en el colon o en el recto, ambos de los cuales son porciones del intestino grueso. La mayoría de estos casos de cáncer comienzan como pólipos, o tumores en el revestimiento del colon o del recto. “Algunos tipos de pólipos pueden volverse cancerosos, pero no todos los pólipos se convierten en cáncer”, dice el Dr. David Liska, cirujano colorrectal de Cleveland Clinic.
Si se forma un cáncer dentro de un pólipo, crece hacia adentro de la pared del colon o del recto. Empieza en las capas interiores (conocidas como la mucosa) y luego crece hacia afuera a través de todas las demás capas. A la larga, puede llegar a los vasos sanguíneos o linfáticos, desde donde puede alcanzar a los ganglios linfáticos y propagarse hasta partes distantes del cuerpo.
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