Vida Sana

| ¿Alguna vez te has despertado en medio de la noche tambaleando hasta llegar al baño, prendes la luz y… ¡caramba!? Es probable que tu respuesta inicial a ese estallido de luz haya sido cerrar tus párpados o entrecerrar los ojos hasta que se ajusten a tu entorno.
"El mayor error que cometen las personas es usar gafas de sol realmente oscuras en el interior o poner tintes oscuros en sus ventanas".
Todos hemos experimentado sensibilidad a la luz en algún momento, pero algunas personas son sumamente intolerantes a la luz. Se conoce como fotofobia, "cuando la luz normal causa molestias o dolor en las personas, hasta el punto en que prefieren evitarla", dice la Dra. Kathleen Digre, profesora de Oftalmología y Neurología en el John A. Moran Eye Center de University of Utah, en Salt Lake City.

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Las causas de la molestia pueden ser un día soleado, el resplandor de la pantalla de la computadora, la iluminación fluorescente brillante en una tienda o la luz delantera de los autos en la noche.
Algunas personas pueden incluso quedar discapacitadas, dice Stephen Silberstein, un neurólogo con sede en Filadelfia afiliado a los Thomas Jefferson University Hospitals, de Jefferson Health. "He visto pacientes que literalmente no pueden salir de su casa sin gafas de sol oscuras debido a una mayor sensibilidad a la luz".
Posibles causas
En realidad, la fotofobia no es una afección, sino un síntoma de otras enfermedades. Aunque la lista de culpables es larga, la mayoría de las veces está relacionada con problemas neurológicos o de la vista.
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