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15 consejos para pacientes ante una hospitalización

Prepárese con esta lista.


spinner image Enfermera afro-americana sonríe junto a una paciente sentada en silla de ruedas en un pasillo de hospital.
iStock/Getty Images

Un paciente informado y participativo es un paciente que está más seguro, ya que hoy la asistencia puede darse en forma fragmentada y de prisa. Haga preguntas. Hable. Confíe en su intuición; usted es quien mejor se conoce. Que lo acompañe un familiar o un amigo si es posible para que lo respalde. Sin embargo, ya sea que esté solo o acompañado, estos consejos de índole práctico pueden contribuir a una mejor comunicación con los médicos y enfermeros, a fin de que sea mejor y más segura la asistencia que reciba en un hospital.

1.  Conozca a los enfermeros y asistentes.

  • Los enfermeros son la cara humana del cuidado mediante equipos tecnológicos. El enfermero es la persona clave con la cual se mantiene un contacto cotidiano y es quien coordina su plan diario de asistencia médica. Él puede convertirse en su aliado y ser un guía útil para conocer mejor el ambiente de un hospital, su sistema y sus procedimientos.
  • Los asistentes se encargan de diversas tareas propias de la atención personal diaria a un paciente y que son importantes para el bienestar de éste. Por lo general no les compete administrar medicaciones ni realizar otras tareas de enfermería.
  • Cada hospital posee una relación enfermero-paciente distinta, pero a los enfermeros siempre les viene bien tener más ayuda. Tenga presente que su enfermero está atendiendo a muchos pacientes hospitalizados, pero no dude de pedir ayuda cuando la necesite.
  • Averigüe el número de teléfono interno de enfermería, en caso de que no respondan oportunamente al timbre y usted necesite asistencia inmediata, en especial en la noche cuando sólo está el personal de guardia.
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2.  Los nombres son imprescindibles en todos los casos de comunicación.

  • Los nombres son lo más importantes en un hospital: “Oh, es la cama 19, el paciente del baipás”. Usar los nombres es la mejor salvaguardia que puede tener usted contra la sensación de anonimato y de un trato deshumanizado. Con usar nombres, usted establece una relación, primero, como persona y, segundo, como paciente.
  • Llamar a las personas por su nombre favorece el contacto humano esencial, que constituye la clave de colaboración con el equipo que le da la asistencia médica.

3. Considere la habitación que le asignan en el hospital como su hogar temporal.

  • Sepa cómo funcionan el televisor, el teléfono, la cama y el timbre. Esté seguro de que todo funcione correctamente.
  • El control de la temperatura ambiente es esencial para su bienestar. Pasar frío en las habitaciones puede retardar la curación y aumentar la propensión a las infecciones, al inhibir el sistema inmunitario. Pida mantas para mantenerse abrigado.
  • El diseño y el espacio son importantes en un hospital. Un mínimo de luz solar, una habitación más tranquila o algo de privacidad podrían significar una gran diferencia para el paciente. Si usted va a permanecer en el hospital más de un día y se siente muy incómodo en su habitación o su cama, pida que lo cambien.
  • Quizás usted quiera llevar consigo un aparato electrónico, como un iPod con música o un lector electrónico. Solamente tenga presente que los hospitales no se hacen responsables de los efectos personales, por lo que deberá estar atento.
  • Coloque en su mesa de luz, a su alcance, tapones para los oídos y un antifaz para dormir.
  • Guarde lapiceras y una libreta en un lugar de fácil acceso, para que pueda tomar notas y escribir cualquier observación.
  • Coloque en su mesa de luz, a su alcance, un frasco de desinfectante de manos para uso propio. Es probable que usted deba hacer reposo absoluto y no pueda levantarse para lavarse las manos cada cierto tiempo. También es bueno tener a mano paños para higiene facial, enjuague bucal y pastillas de menta.

Los pacientes deben prepararse para las visitas de su médico. Sepa qué medicaciones está tomando y haga las preguntas necesarias.

4. Que el aseo de su habitación sea una prioridad.

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  • Las habitaciones de los hospitales están realmente sucias. El 75 % de las habitaciones para internación de pacientes están contaminadas con bacterias capaces de causar infecciones estafilocócicas. Utilice paños desinfectantes para limpiar todas las “superficies de alto contacto” que podría tocar: la superficie de la mesa con ruedas, los apoyabrazos de las sillas, las barandas de la cama, el teléfono, el botón del timbre y el control remoto del televisor. A menudo, el personal de limpieza pasa por alto este tipo de cosas. Hay paños desinfectantes en todos los pisos del hospital, y quizá el asistente pueda ayudarlo en pequeñas tareas como esta.
  • Si su habitación está realmente sucia, solicite al “servicio de limpieza ambiental” del hospital que envíe una persona para limpiarla.

5. Analice si le ofrecerá consuelo, apoyo y consejo la visita de su pastor, sacerdote, ministro, imán, rabino, chamán, gurú, monje o de cualquier otro tipo de consejero espiritual.

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6. Haga una lista general de su medicación en su libreta.

  • En una lista numerada incluya el nombre de cada medicamento, el médico que lo prescribió, el horario de administración y la dosis, los días en que empezó y terminó de tomarlo, y el motivo por el cual se lo indicaron, por ejemplo, “hipertensión”. Esta lista se constituirá en el registro de todas las medicaciones que le prescribieron durante su permanencia en el hospital, y puede usarse también para verificar las facturas del hospital y del seguro.
  • El enfermero puede ayudarlo a poner en  un lenguaje claro las instrucciones y abreviaturas, a fin de que pueda entender con exactitud qué es lo que va a su organismo y por qué.

7. Conozca el cronograma de su medicación: la mezcla de medicamentos puede ser mortal. Cada vez que le den un medicamento, deben verificar los datos de su brazalete.

  • Los enfermeros conocen la lista de verificación de los “cinco pasos correctos” para administrar el medicamento correctamente. Usted también puede utilizar esta lista, cada vez que le den medicamentos. Los cinco pasos correctos que debe revisar son los siguientes: 1) hora y cronograma correcto, 2) fármaco correcto, 3) dosis correcta, 4) vía correcta (por ejemplo, inyección, vía endovenosa, vía oral o tópica)  5) y paciente correcto (o sea, ¡usted!). Hable, si le parece que algo no está bien.

8. Tome notas de su acontece en su libreta.

  • Anote cómo se siente día tras día. ¡Lo que importa es cómo se siente! Usted es quien mejor se conoce y sabe lo que le resulta normal. Un diario puede servir para tomar notas, a manera de ayuda memoria, de todas las preguntas que quiere hacer a los médicos y enfermeros, ya que es probable que en cada visita sólo estén con usted unos minutos.
  • Pregunte todos los días si pueden quitar los catéteres, vías endovenosas u otros dispositivos invasivos, lo cual puede ayudar a evitar infecciones.

9. Lávese las manos constantemente si puede o utilice un desinfectante de manos en todo momento y lugar donde haya uno. El lavado de manos salva vidas.

  • Un pequeño cartel casero que diga: “A todos los visitantes: por favor, lávense las manos” es una buena idea para que sepan los que entren en su habitación que usted quiere que tomen esta precaución, además le quita el peso de estar pidiéndolo a cada rato. Recuerde en todo momento que la forma más común de contraer una infección en un hospital es de persona a persona y a través de las manos o el tacto.

10. Manténgase hidratado. El agua es esencial para la vida. Los pacientes se olvidan fácilmente de tomar agua.

  • La hidratación es clave para la recuperación. La deshidratación puede tener terribles consecuencias. Asegúrese de tener su jarra de agua siempre llena y tómela de a sorbos en el transcurso del día.
  • Chupar cubitos de hielo puede ser una buena alternativa si usted no puede beber agua.

11. Agradezca a sus médicos, enfermeros y asistentes por la atención prestada. Manifestar gratitud fomenta el buen contacto humano con el equipo que le ofrece asistencia.

12.  Averigüe quién, en el hospital —representante de pacientes, supervisor de casos o trabajador social—, puede ayudarlo con sus preguntas e inquietudes, como conseguir las historias clínicas, planificar el alta médica y realizar directivas anticipadas o ejecutar aquellas que se hubiesen autorizado en poderes para la atención médica.

13. Hable en voz baja. Tenga consideración por su compañero de habitación.

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  • La escala de decibeles en un piso de hospital se puede comparar con la de una calle muy transitada. No contribuya a la contaminación acústica.
  • Escuchar música con auriculares ayuda a neutralizar el ruido en un hospital.

14. CaringBridge.org es un sitio donde puede crear su propio registro.

  • Se trata de un excelente sitio de acceso gratuito (http://www.caringbridge.org), a través del cual puede mantener a familiares y amigos al tanto de su estado y estar conectado sin la necesidad de recibir un sinfín de llamadas o demasiadas visitas en el hospital. También es una excelente herramienta si usted está solo y necesita recibir algún tipo de ayuda u orientación externas.

15. ¡Trate de reír todos los días! Es más fácil decirlo que hacerlo cuando se está en un hospital, pero la risa en realidad libera el analgésico natural que produce nuestro organismo: las endorfinas, que ayudan a acelerar el proceso curativo. Llévese un libro ameno o algo divertido que haya bajado de internet, mire una comedia en televisión, hable con un amigo que lo haga reír; son una buena medicina.

Adaptación de The Patient's Checklist: 10 Simple Hospital Checklists to Keep You Safe, Sane & Organized. Copyright © 2011 de Elizabeth Bailey. Extracto autorizado por Sterling Publishing Co. Inc. Todos los derechos reservados. No se podrá reproducir ni reimprimir ninguna parte de este extracto sin la autorización escrita del editor.

8. Inhibidores de la bomba de protones y bloqueantes H2

Por qué se prescriben: Los médicos prescriben estos medicamentos, cuyo efecto reside en suprimir la secreción de ácido gástrico, para tratar la enfermedad de reflujo gastroesofágico (GERD).

Cómo pueden causar depresión: Si bien se sabe que estos fármacos causan depresión, los científicos aún no conocen la razón. Sin embargo, cuando algún proceso orgánico importante se bloquea, el organismo a menudo se rebela haciendo un gran esfuerzo para restablecerlo. En consecuencia, es muy probable que un cambio en el pH del estómago produzca cambios en el sistema nervioso central y el cerebro.

Alternativas: Sepa qué alimentos y comidas le provocan reflujo ácido (comidas fritas o muy condimentadas, por ejemplo) y evítelos, en especial en las horas próximas al momento de acostarse. También puede ayudar un antiácido que no contenga carbonato de calcio, como Mylanta. Muchos de mis pacientes me han comentado que lograron aliviar sus síntomas tomando un remedio casero —dos cucharadas de vinagre de manzana con dos cucharadas de miel—, aunque no conozco ninguna investigación científica que confirme buenos resultados.

9. Estatinas y otros agentes antilipémicos

Por qué se prescriben: Las estatinas se prescriben para bajar los niveles de colesterol, seguidas de los fibratos(en inglés) y otros medicamentos, como la ezetimiba, el colesevelam y el ácido nicotínico.

Cómo pueden causar depresión: Investigaciones recientes sugieren que los fármacos antilipémicos pueden causar depresión al agotar los niveles de colesterol en el cerebro, donde cumple una importante función en la liberación de los neurotransmisores.

Alternativas: Una combinación de vitamina B12 (inyectable o sublingual), vitamina B6, ácido fólico y aceite de pescado puede reducir los niveles de homocisteína en el organismo. La homocisteína, un aminoácido, daña el endotelio (tejido que recubre el interior de las arterias) y otras células del organismo, lo que provoca un aumento en los niveles de lípidos. Si bien existen muchos estudios que sustancian este tratamiento sin medicamentos y otros tantos que lo rechazan, advertí que tiene resultados positivos en  pacientes mayores sin que se dé el riesgo de que sufrangraves efectos secundarios.

10. Anticolinérgicos para tratar cólicos y otros trastornos gastrointestinales

Por qué se prescriben: Los anticolinérgicos retardan la acción del intestino y, de este modo, reducen la cantidad de ácido estomacal producido. Su acción principalmente bloquea los efectos de la acetilcolina, el neurotransmisor responsable de la contracción de los músculos, como  los del intestino. Por ejemplo, la diciclomina (Bentyl) es ampliamente usada para tratar los síntomas del síndrome de colon irritable.

Cómo pueden causar depresión: Los anticolinérgicos, en su calidad de depresores del sistema nervioso central, pueden causar depresión, sedación y deterioro cognitivo en los pacientes de edad.

Alternativas: El uso de un bloqueante H2, como la ranitidina (Zantac), en una formulación de dosis baja (75 mg), puede ser eficaz para tratar ataques ocasionales de acidez e indigestión ácida. Puede ayudar un antiácido que no contenga calcio (por ejemplo, Gelusil, Maalox o Mylanta).

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