Los adultos mayores sienten la escasez de cuidadores en todo el país

“Es desgarrador”, dice Betsy Sawyer-Manter, directora ejecutiva de SeniorsPlus, la Agencia del Área sobre Envejecimiento designada para la región oeste de Maine. “Algunas personas simplemente no reciben cuidados”. 

Proyección de puestos disponibles de auxiliares de salud y asistentes de cuidado personal, del 2018 al 2028.

HEATHER JONES

Se anticipa que la necesidad de auxiliares de cuidado en el hogar crecerá enormemente

Maine no es el único estado que experimenta una escasez crítica de cuidadores. En todo Wisconsin, hay 23,165 puestos de cuidadores disponibles, pero solo 19,600 personas del estado que no están trabajando actualmente están buscando empleo de cualquier tipo. En la Agencia del Área sobre Envejecimiento en el condado de Lackawanna, en Pensilvania (que tiene una población total de aproximadamente 215,000 habitantes), hay 33 personas en lista de espera para conseguir la ayuda de un cuidador. Una de ellas ha estado en la lista durante un año.

“Hay personas que están viviendo sin bañarse”, dice Jason Kavulich, director de la Agencia del Área sobre Envejecimiento del condado de Lackawanna, quien se ha desempeñado en el ámbito de servicios humanos desde 1999. “Esto es lo peor que he visto”.

Por lo general, la población que va envejeciendo quiere quedarse en casa y evitar los hogares de ancianos. Por lo tanto, la demanda de asistentes en el hogar es muy alta, ya sea que el cliente pague directamente o lo haga a través de un seguro de cuidados a largo plazo, organizaciones sin fines de lucro, financiación estatal o programas del Gobierno, como Medicaid. En Estados Unidos hay aproximadamente 2.3 millones de esos asistentes, pero se estima que los puestos de auxiliares de salud y cuidado personal en el hogar aumentarán a un ritmo mayor que el promedio total de todas las ocupaciones en la próxima década. La Oficina de Estadísticas Laborales, un organismo federal, proyecta que el empleo para estos puestos crecerá alrededor del 25% para el 2031. En la próxima década, se estima que habrá más de 700,000 puestos disponibles, en promedio, para esos trabajadores cada año.

Muchas personas que no pueden conseguir cuidadores remunerados tienen que depender de familiares y amigos para la ayuda con las tareas diarias. Pero ¿qué sucede cuando el cuidador familiar no está disponible? “Se las arreglan”, dice Kavulich. “Y no es fácil. Sucede todo el tiempo en las áreas rurales del país. Simplemente, no tenemos los recursos”.

La cultura de la prestación de cuidados debe cambiar

Y los hogares de ancianos no parecen ser la solución. Alrededor de tres de cada cinco hogares de ancianos del país han restringido las admisiones debido a la escasez de personal, según una encuesta de 759 hogares de ancianos realizada en junio por la American Health Care Association. Y a casi tres de cada cuatro les preocupa que puedan verse obligados a cerrar por problemas de falta de personal.

“Todo el problema de los servicios de enfermería también es crítico”, dice Sawyer-Manter, y observa que Maine también sufre en este sentido. “Tenemos 1,662 clientes que necesitan servicios de enfermería, y eso equivale a 5,000 horas al mes para las que no tenemos personal”. Y agrega: “Hemos oído que algunas de las agencias de cuidados a domicilio han dejado de aceptar clientes de atención domiciliaria a largo plazo porque es una visita de una hora. No se justifica enviar un enfermero. Las tarifas de reembolso no son adecuadas para cubrir los costos”.

Desde la pandemia, el escenario solo ha empeorado, ya que la gran renuncia hizo que los cuidadores reconsideraran su paga, el entorno de trabajo, los beneficios laborales, la regularidad del horario y la posibilidad de avance profesional. Ahora también hay más oportunidades de trabajo remoto en otros campos, lo que crea nuevas opciones de empleo para los trabajadores en zonas rurales.

“Son miles de personas, miles de trabajadores que necesitamos quitarle a alguien”, dice Maurer. “A McDonald’s, a los centros de llamadas, a los restaurantes. Va a ser necesario traer trabajadores de otros lados para cubrir los puestos. ¿Cómo lo haremos? ¿Cuánto tendremos que pagarle a alguien para que deje un puesto en Target?”.

Para Kristin Dahlquist, dueña de Home Instead en South Denver y Littleton, la cultura que rodea la prestación de cuidados debe cambiar para apoyar a las familias necesitadas. “Existe la necesidad de elevar la profesión, algo que demanda la atención de todas las agencias de cuidados en el hogar. Debemos asegurarnos de tratarlos bien y ofrecerles un puesto atractivo con un salario inicial alto, beneficios, cuentas 401(k), estructuras de bonificación y desarrollo profesional”.

Pero Kavulich no cree que “arrojar dinero al problema” sea la respuesta. “Aquí, en Pensilvania, hay una agencia que ofrece un bono de contratación de $30,000”, dice, “y a pesar de ofrecer bonificaciones, les cuesta reclutar personal. Es una buena agencia, pero está sufriendo igual que los demás". Lo que se necesita, en cambio, es ampliar las estrategias de reclutamiento, capacitación y retención en todos los estados para crear una fuerza de trabajo con conexiones entre expertos en desarrollo, proveedores de capacitación, instituciones educativas y organizaciones comunitarias. Kavulich espera que dos programas piloto que se están implementando en el condado de Lackawanna —uno que ofrece reembolsos de matrículas universitarias a estudiantes en el área de salud que trabajan como cuidadores y otro que otorga reembolsos al consumidor por cuidadores contratados personalmente— marquen una diferencia. “Esos programas podrían mitigar el problema”.

Sawyer-Manter dice que Maine tiene “varias iniciativas nuevas” destinadas a tratar de que los puestos de trabajo sean más atractivos, entre ellas, trayectorias profesionales para progresar; oportunidades de especialización en formas de cuidado, incluidas la enfermedad de Alzheimer y la demencia; y la rotación de los clientes en forma alternativa para que los cuidadores trabajen con diferentes poblaciones en necesidad de cuidados. “Hace años, escuché que las personas iban a los centros de carreras laborales y decían que querían trabajar en el cuidado directo. La respuesta que recibían era que se trataba de un trabajo sin futuro profesional. ¿Cómo hacemos para convertirlo en un trabajo sumamente valorado?”.

Ann Oldenburg, exreportera de USA Today, es directora adjunta del programa de periodismo de Georgetown University. Tiene una maestría del programa Aging & Health de Georgetown.