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César Chávez: padre y activista

Una mirada a su vida en familia y su legado histórico desde la perspectiva de sus hijos y nietos.


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César Chávez en 1993. Activista y cofundador del sindicato United Farm Workers en 1966. Falleció el 23 de abril de 1993.
Geoff Hansen/Getty Images

Existen biografías, documentales y hasta un filme de la extraordinaria vida de César Chávez. Sin embargo, es su familia —ocho hijos y 31 nietos— la que se ha dedicado a mantener vivo el legado del campeón de los derechos de los agricultores migrantes.

Sus hijos lo recuerdan como un padre y abuelo amoroso; como un modelo ejemplar a imitar, que los empujaba a lograr sus metas. Cuentan también cómo Chávez —totalmente dedicado a mejorar las vidas de los campesinos— intentaba pasar más tiempo a su lado, integrándolos a los desfiles y las marchas, e incluso llevando a los nietos más pequeños a participar en piquetes y en boicots frente a los supermercados.

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“En esos tiempos, eso me parecía normal, porque no conocía otra cosa”, cuenta su nieta Julie Chávez Rodríguez, de 33 años. “No fue sino hasta más adelante que me di cuenta de que mi vida no era normal”.

Un líder sindical de origen mejicano que por medio de marchas, boicots y ayunos luchó por los derechos de los agricultores migrantes, César Estrada Chávez, nació el 31 de marzo de 1927 en Yuma, Arizona, y se convirtió en un símbolo de activismo y justicia. Imitó los métodos pacíficos de Martin Luther King, Jr. y de Mahatma Gandhi, y con Dolores Huerta fundó el sindicato United Farm Workers, conocido como UFW, en 1962.

Como King y Gandhi, César Chávez triunfó en base a la fuerza de su propia voluntad. Su magnetismo y dedicación a la causa de los campesinos impresionó a toda una generación que se sumó a él para boicotear el consumo de la lechuga y las uvas, persuadiendo así a las empresas cultivadoras a firmar contratos que protegieran a los agricultores.

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Chávez acuñó la poderosa consigna, “¡Sí se puede!”, décadas antes de que Barack Obama la utilizara para llegar a la Casa Blanca. Y sus ayunos —con los cuales puso en peligro su vida repetidamente— llamaron la atención del mundo sobre la situación que afligía a los campesinos mejicanos en Estados Unidos. Chávez, que falleció el 23 de abril de 1993 en San Luis, Arizona, tendría hoy 85 años.

Un llamado al servicio a la comunidad

En su honor, cada primavera —en los días antes y después del cumpleaños de César Chávez— los miembros de la familia Chávez  se presentan ante grupos estudiantiles y comunitarios para hablar sobre la importancia del trabajo voluntario y de servir a la comunidad.

Anthony Chávez, de 28 años, era solo un niño cuando perdió a su abuelo. Pero se une cada año a los esfuerzos de su familia por predicar la visión de César Chávez. Anima a los estudiantes, e incluso a los jóvenes internados en las prisiones juveniles de California, a hacer trabajo voluntario.

“Lo que hacemos es compartir este ejemplo histórico —la vida de mi abuelo— para instar a los demás a que marquen la diferencia”, explica Anthony Chávez.

Ese es precisamente el enfoque del Día de César Chávez, un día feriado en 10 estados de la Unión. Sin embargo, un movimiento para establecer un día feriado a nivel nacional no ha tenido éxito aún.

El padre de Anthony, Paul Chávez, de 56 años, dice que es natural que la familia quiera mantener vivo su legado. “Él siempre quiso que hiciéramos más”, agrega. “Tenía más fe en mí que yo mismo. Se lo achaqué al amor que siente un padre por su hijo. Pero luego supe que era así con todo el mundo. Tenía una gran fe en que la gente común podía lograr cosas extraordinarias”.

“Siempre escogió el trabajo”

Una desgracia familiar definió la vida de Chávez. Durante la Gran Depresión, su familia perdió una finca y un almacén que tenían en Yuma, Arizona, lo que los obligó a trasladarse a California a trabajar en los campos. Debido a los apuros económicos de su familia, César Chávez sólo llegó a cursar el octavo grado antes de partir a trabajar como agricultor.

“No soy tan diferente a cualquier otra persona que haya intentado lograr hacer algo con su vida”, contaba Chávez en un discurso pronunciado en 1984 ante el Commonwealth Club de California. “Mi motivación surge de mi propia vida: de ver lo que pasaron mi madre y mi padre cuando yo crecía; de nuestras propias experiencias como agricultores migrantes en California”.

Contrajo matrimonio con Helen Fabela, hija a su vez de campesinos. Helen —que hoy cuenta con 86 años— mantuvo la familia unida durante los muchos viajes de César, trabajando en el campo para mantener a sus 8 hijos y pagar la gasolina a su marido.

La familia también pagó un precio por la ambición de Chávez, dice Marc Grossman, antiguo secretario de prensa de Chávez, y que escribió muchos de sus discursos. Grossman recuerda cuando una de las hijas de Chávez, Eloise, se casó. César —cuenta Grossman—, asistió a la ceremonia religiosa y sólo permaneció en la fiesta de recepción hasta el primer baile, pero después se marchó a organizar una huelga en Salinas, California.

“Cuando tenía que escoger entre la familia y el trabajo, decidió que el trabajo era tan importante que debía tener prioridad sobre todo lo demás”, recuerda Grossman. “Pero ellos lo entendían y estaban muy orgullosos de él”.

Eloise Chávez Carrillo, de 61 años, recuerda lo mal que lo pasaban sus hermanos y ella, porque los hijos de los cultivadores los provocaban. “Regresábamos a la casa y le pedíamos, ‘¿no puedes comportarte como un padre normal?’”, cuenta. “Nos decía, ‘oraremos por aquellos que los lastiman’”.

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¿Un legado mixto?

Hoy día Paul Chávez dirige la fundación César E. Chávez, una organización sin fines de lucro con sede en California que otorga becas escolares, fabrica viviendas de bajo costo, patrocina programas de ayuda a los pobres y trabaja para mantener vivo el nombre de César Chávez.

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Arturo Rodríguez —yerno de César y viudo de Linda, la única de los ocho hijos de Chávez ya fallecida— lidera la UFW. Otra hija, Liz Chávez Villariño, funge de jefe de finanzas del Farmworker Institute for Education & Leadership Development, instituto que fundó su padre.

El hijo de Liz Chávez Villariño, Juan, de 28 años, frecuentemente habla sobre su abuelo a estudiantes y grupos latinos de California. “Nos criaron dentro del movimiento, y me enorgullece el poder continuar su legado en cualquier forma posible”.

Empero, hay quienes critican la labor de la familia.

Miriam Pawel, autora del libro The Union of Their Dreams: Power, Hope and Struggle in Cesar Chavez’s Farm Worker Movement, dice que la membresía y la influencia de la UFW han disminuido considerablemente. También critica la labor de las organizaciones libres de pagar impuestos de la familia, señalando que se acogen al tema de las vidas difíciles de los agricultores migrantes para recaudar fondos, pero sin solucionar sus problemas.

“Puede que estén ayudando a algunos con sus viviendas a bajo costo, pero los trabajadores agrícolas no pueden costearlas.  Ellos siguen viviendo en las colinas, en casuchas, bajo condiciones terribles”, dice Pawel. “Los baby boomers crecieron boicoteando las uvas, y hay muchos que piensan que los boicots lo solucionaron todo, pero no es así”.

Para Pawel, Chávez es un héroe, pero un héroe imperfecto “que al final impidió que la UFW cumpliera cabalmente su función de sindicato. Creo que es importante que los niños de edad escolar aprendan sobre la vida de César Chávez, pero deberían conocerlo en toda su complejidad de carácter”, dice Pawel.

Puede que su nueva biografía de Chávez avance ese sentido.

Grossman también trabaja en un libro sobre su antiguo jefe. Y Keir Pearson, quien colaboró en el guión del filme Hotel Rwanda, ha negociado con la fundación familiar los derechos a filmar la vida de Chávez. Por otra parte, el instituto Sundance patrocina un nuevo documental titulado Cesar’s Last Fast (La última ayuna de César).

A pocos meses del aniversario de la fundación de la UFW, se vuelve a evaluar el tema del sindicato, y se vuelve a hablar de la vida, el trabajo y el legado de César Chávez. Algunos, como Pawel, cuestionan la actual relevancia o eficacia de la United Farm Workers —acaso la obra más visible de Chávez— cuya membresía ha disminuido desde unos 70.000 socios activos en la década de los 1970 hasta unos 27.000 hoy día, reflejo posiblemente de la pérdida de relevancia de los sindicatos en Estados Unidos.

Pero como observara el propio Chávez, la UFW fue solo un comienzo; analizar su labor sólo dentro de la esfera sindical sería, tal vez, obviar su esencia y sus sueños.

Paul Chávez cuenta que su padre tuvo oportunidades de vivir una vida normal de la clase media, pero las rechazó. Pudo haberse quedado al frente del Community Service Organization, una organización que trabajaba en pro de los derechos civiles de los latinos en Los Ángeles. Ese trabajo le permitía vestirse con trajes de Brooks Brothers y manejar un Volvo.

“Solía llegar a casa por las noches como si fuera Clark Gable”, recuerda Paul Chávez. Pero su padre dejó ese trabajo para organizar a los trabajadores agrícolas con Dolores Huerta, una decisión que diezmó las finanzas familiares.

En otro momento, Sargent Shriver —el ya fallecido fundador del Cuerpo de Paz— acudió a Chávez para que dirigiera las operaciones del Cuerpo de Paz en Suramérica.

“Nos consultó sobre si debiera aceptar el trabajo”, recuerda Paul Chávez. “Nos dijo, ‘tendremos una casa grande y linda, con empleadas domésticas’”. Pero entonces, dice Paul, “dijo, ‘no, tenemos que quedarnos y ayudar a la gente pobre aquí. Ese es nuestro trabajo’”.

Tal vez el propio Chávez explicó mejor que nadie como él mismo entendía su legado. En un discurso pronunciado ante el Commonwealth Club en 1984, dijo:

De vez en cuando, oirán a nuestros opositores declarar que el sindicato está débil, que no tiene apoyo, que no ha crecido lo suficientemente rápido. Nuestro obituario ha sido escrito numerosas veces. … [Pero] una vez que comienza el cambio social, no se puede volver atrás. No puedes quitarle la educación a la persona que ha aprendido a leer. No puedes humillar a la persona que siente orgullo... No importa lo que el futuro depare para el sindicato, no importa lo que el futuro depare para los campesinos, nuestros logros no se pueden deshacer... La conciencia y el orgullo que suscitó nuestro sindicato siguen vivos y florecen dentro de millones de jóvenes hispanos que nunca trabajarán en los campos”.

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Hechos sobresalientes en la vida de César Chávez

  • 1942: De adolescente, César Chávez se incorpora a los campos de California como agricultor. A pesar de haber cursado solo hasta el octavo grado, el tema de la educación se convertiría en una pasión con un último fin, según solía decir: el de servir al prójimo.
  • 1944: Chávez se enlista a la Marina de Estados Unidos, por dos años.
  • 1952: Chávez comienza labores como organizador del Community Service Organization, una organización que trabaja en pro de los derechos civiles de los latinos y de la cual asumiría la presidencia en 1958, siendo su prioridad ampliar los registros electorales y fortalecer el voto latino.
  • 1962: Con Dolores Huerta, Chávez funda la National Farm Workers Association, la cual se convertiría en la United Farm Workers, o UFW.
  • 1968: Chávez inicia un ayuna de 25 días para promover el principio de la no violencia. Practicaría ayunos como método de purificación de su propio cuerpo—mente y alma— y alentar a otros que se unen a su labor: también como acto de penitencia para lograr la justicia. En agosto de 1988 pondría fin al ayuno público más largo que haya intentado, de 36 días, conocido hoy día como el Ayuno por la Vida.
  • 1975: Los esfuerzos de la UFW culminan en la histórica Ley de Relaciones Laborales Agrícolas de California para proteger a los agricultores. Sigue siendo la única ley en la nación que protege el derecho de los campesinos a pertenecer a un sindicato.
  • 1994: El presidente Bill Clinton le otorga póstumamente la Medalla de la Libertad, el más alto reconocimiento civil en Estados Unidos. Helen—la viuda de Chávez— acepta la medalla durante una ceremonia en la Casa Blanca.
  • 2000: California dicta que observará el día de su natalicio, el 31 de marzo, como el Día de César Chávez.  La fecha también se observa como día feriado en Arizona, Colorado, Illinois, Michigan, Nuevo México, Texas, Utah, Wisconsin y Rhode Island.
  • 2002: El correo de Estados Unidos honra a Chávez con una estampilla.
  • 2004: El National Chavez Center abre sus puertas en el recinto principal de la UFW en Keene, California,
  • 2010: El presidente Barack Obama declara el 31 de marzo de 2010 el Día de César Chávez en honor a su vida y a su familia.

Fuente: United Farm Workers

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