Un exempresario convierte lotes vacíos en granjas urbanas

Hasta el 2008, pensaba que lo tenía todo. Tenía una empresa de limusinas que daba servicios a clientes de élite, y la vida era buena. Luego estalló la crisis financiera, y perdí mi empresa. Me deprimí. Mi esposa iba al trabajo, regresaba a la casa 12 horas después, y yo todavía estaba en mi pijama. Mis tres hijos eran adolescentes o mayores; tenían sus propias vidas. Me convertí cada vez más aislado y retraído.

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Luego empecé a leer sobre escuelas en vecindarios de bajos ingresos que no tenían ni siquiera suministros básicos. ¿Cómo podía ocurrir esto en la ciudad más rica del país? Un día, decidí que tenía que hacer algo para esos niños. Tomé el tren hasta el centro de Harlem, entré a la primera escuela que vi, la P.S. 175, y le dije al director que estaba allí para ayudar. Comencé a trabajar como voluntario: le daba la bienvenida a los niños cuando llegaban en la mañana y monitoreaba la cafetería.

Mi mundo entero cambió. Desapareció mi autocompasión. La mayoría de los niños tenían derecho a recibir desayuno y almuerzo gratis, y aproximadamente el 40% de los estudiantes vivían en refugios para personas sin hogar. Había muchos lugares de comida rápida en la zona, pero no había ningún lugar donde conseguir comida saludable. Decidí que esa sería mi misión.

Al frente de la escuela había un parque urbano vacío que había sido registrado como un jardín, pero nadie lo cultivaba. El departamento de parques me ayudó a obtener los derechos para convertirme en su cuidador. No sabía nada sobre la creación de un jardín, pero los niños y yo aprendimos juntos, buscando consejos en internet. Digo que soy un jardinero de Google.

Tony Hillery

ELIAS WILLIAMS

A partir de ahí, la idea despegó. Fundé una organización sin fines de lucro llamada Harlem Grown. Ahora tenemos 13 granjas urbanas en todo Harlem que producen 6,000 libras de alimentos saludables al año, gratis para cualquier persona que ayude. Lo único que pido es la equidad de trabajo. Pagamos por las semillas, los suministros y todo lo demás mediante la recaudación de fondos. La organización tiene 27 empleados, entre ellos yo, y contratamos a personas de la comunidad y les pagamos salarios justos con beneficios.

Por lo tanto, no solo cultivamos alimentos saludables, también ayudamos a los padres a desarrollar hijos saludables y aplicados. Actualmente tenemos 19 “graduados” de nuestro programa de escuela primaria matriculados en universidades.

Al principio pensaba que si tenía dinero, tendría éxito. Pero estos niños realmente cambiaron mi perspectiva. No los salvé yo; ellos me salvaron a mí. 

Tony Hillery, de 63 años, escribió el libro infantil Harlem Grown: How One Big Idea Transformed a Neighborhood. Vive en el Bronx, Nueva York.