El programa La Voz Amiga da esperanza a quienes están aislados durante la pandemia
A través de llamadas telefónicas, los voluntarios ayudan a las personas que sufren de soledad.
In English | Para muchas personas cuyo aislamiento social se ha vuelto más profundo durante la pandemia de COVID-19, casi nada es más enriquecedor que compartir por teléfono con alguien afable y que inspira confianza. El programa La Voz Amiga, de AARP, fue creado para romper las barreras de la soledad que el distanciamiento social ha hecho aún más patente.
En qué consiste
1. Voluntarios de todas partes del país llama por teléfono a quienes se han inscrito para escuchar de alguien.
2. Quienes desean recibir una llamada se comunican con el programa de AARP a través de este enlace: https://aarpcommunityconnections.org/es/friendly-voices/(en español).
3. Estas solicitudes de llamadas van a un lisoltado que los voluntarios usan para hacer las llamadas. Si se comunican con alguien que está atravesando una crisis, los voluntarios lo guían para que reciba la ayuda adecuada.
Las cifras
- El programa La Voz Amiga cuenta con 275 voluntarios capacitados para hacer llamadas.
- 4,100 personas se han inscrito para recibir llamadas amigables.
- Los voluntarios han entablado más de 5,000 conversaciones hasta la fecha.
Los voluntarios
Barbara Welcher, de 69 años, de Augusta, Georgia, tenía grandes planes para este año —su primero después de jubilarse—. Iba a hacer su primer viaje en tren, recorrer Estados Unidos desde la ciudad de Nueva York hasta California, y hacer una parada en las playas de Carolina del Sur. “La COVID-19 cambió esos planes”, dice.
Aislada en casa, empezó a buscar maneras de usar su tiempo para ayudar a los demás. “Encontré el centro de llamadas de La Voz Amiga”, indica. “Me encanta hablar, por lo que me pareció ideal”.
Se enfatizó una cosa durante la capacitación, señala Welcher: “Tratamos de no centrarnos en la COVID-19. Hablamos de otras cosas”. Ahora conversa con unas cinco personas al día, aproximadamente tres días a la semana.
Dorie Ciulla, de 63 años, de North Hempstead, Nueva York, trata de animar a quienes llama a que hablen de su vida. “Les pregunto: ‘Si fuera a visitar tu ciudad, ¿qué sería algo interesante para ver?’”.
Ciulla dice que no sabía qué esperar cuando se inscribió en el programa: “No soy trabajadora social ni psicóloga”. Pero cuando empezó, agrega, “todo surgió de forma natural”.
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Jerry Ziertman, de 72 años, de Pompano Beach, Florida, ha sido parte del programa desde marzo, y ha conversado con hasta 50 personas a la semana por varios meses.
Él admite que no todas las llamadas terminan de manera positiva. “Hay personas extremadamente tristes, o que tienen una enfermedad, y no puedo ayudarlas”. La esperanza es que esas personas permanezcan en el programa, y que con el tiempo, una serie de llamadas logren levantar su espíritu.
Los voluntarios no llaman a la misma persona más de una vez; la idea es evitar la dependencia en una sola persona. El objetivo es que cualquier persona que solicite una llamada hablará regularmente con un voluntario.
Lo ideal es que ambas personas en la conversación obtengan algo de la experiencia. Ziertman dice: “Si terminamos riéndonos juntos, esa fue una buena llamada”.
Para inscribirte para recibir llamadas, visita:
https://aarpcommunityconnections.org/es/friendly-voices/