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15 mitos acerca del comportamiento de los bebés que deben saber los abuelos

El autor de 'Happiest Baby' describe los últimos consejos sobre el cuidado infantil.


spinner image Abuelos y su nieto en un sofá jugando con un juguete
Getty Images

Cuando los hijos adultos comienzan a formar sus propias familias, es posible que sus padres —los nuevos abuelos— quieran darles una mano.

Como mamás o papás experimentados, es posible que recuerden muy bien esas noches de insomnio. Entonces, ¿quién mejor para dar un consejo o dos?

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Pero ha cambiado el conocimiento convencional del cuidado de bebés, y quizá los abuelos de hoy quieran repasar la información más reciente. El pediatra Harvey Karp (en inglés), autor del exitoso The Happiest Baby on the Block, explica las últimas opiniones y desmiente algunos mitos antiguos sobre el cuidado infantil.

Mito 1: Los bebés que duermen boca arriba pueden ahogarse con su vómito.

En los noventa, se descubrió que dormir boca abajo triplica el riesgo de muerte en la cuna, también llamado SMIS (síndrome de muerte infantil súbita).

Aconsejamos de inmediato a los padres que dejaran que los bebés durmieran solo boca arriba. El resultado: las muertes por SMIS se redujeron en un 50%.

Resulta que los bebés son más inteligentes de lo que creíamos. De manera natural, giran la cabeza hacia un lado cuando vomitan.

Mito 2: Nunca despiertes a un bebé dormido.

Mover ligeramente a un bebé mientras duerme se conoce como la técnica de despertar y dormir. Es el primer paso para ayudar a los bebés a desarrollar la capacidad de volver a dormirse cuando se despiertan accidentalmente debido a un ruido o al hipo en medio de la noche.

Por lo tanto, es bueno despertar a los bebés que duermen. Si el bebé se inquieta cuando lo despiertan, por lo general es fácil envolverlo, sacudirlo un poco en la cuna o usar el ruido blanco, que básicamente son sonidos relajantes para calmar a bebés.

Mito 3: Los bebés que duermen necesitan silencio total.

"¡Shhhh... el bebé está durmiendo!" Pero, piénsalo... ¿has visto alguna vez a un bebé caer en un sueño profundo en una fiesta ruidosa o en un evento deportivo?

El útero es ruidoso, tan ruidoso como una aspiradora las 24 horas del día. Muchos adultos también duermen mejor con sonido.

Ahora sabemos que una habitación tranquila es rara para los bebés. El ambiente es demasiado tranquilo, un poco como meterte en un armario oscuro y silencioso.

Mito 4: Los bebés no deberían dormir en la habitación de los padres.

De hecho, es buena idea que un bebé recién nacido duerma en la habitación de los padres.

Compartir habitación durante los primeros seis meses es más conveniente para la alimentación y te permite escuchar cuando el bebé se siente incómodo. Y, lo que es aún más importante, hemos descubierto que los bebés que duermen en la habitación de sus padres —aunque debo enfatizar que NO en la misma cama— tienen un riesgo mucho menor de sufrir el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

Mito 5: Es mejor evitar los alimentos alergénicos hasta el primer año, cuando el cuerpo del bebé puede procesarlos mejor.

spinner image Surtido de alimentos que pueden ser alérgicos para bebés y niños pequeños
Getty Images

Durante algunas décadas, recomendamos evitar los alimentos alergénicos como los huevos, el maní o los productos lácteos durante el primer año. Incluso aconsejamos a las madres lactantes que evitaran el ingreso de los alimentos a la leche materna.

Ahora sabemos que consumir estos alimentos desde el principio reduce el riesgo de alergias graves y, al contrario, aplazar el consumo aumenta el riesgo.

Mito 6: A los bebés no les gusta que los envuelvan en una manta, necesitan sacar las manos para explorar y tranquilizarse.

Puede parecer extraño ver a un recién nacido envuelto, pero durante siglos los padres han envuelto a sus bebés "como burritos". Es más, muchos estudios muestran que envolver a los bebés de manera que estén cómodos los mantiene más felices y seguros, y evita que se desplacen a la posición de riesgo (sobre el estómago).

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Mito 7: La fórmula para lactantes es tan buena como la leche materna.

Gracias a Dios que tenemos fórmula, en caso de que una madre no pueda o decida no amamantar, pero cabe destacar que la ciencia no puede duplicar algunas de las propiedades de la leche materna.

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La leche materna tiene cientos de ingredientes, como proteínas especiales, enzimas y anticuerpos, que la fórmula para lactantes carece. Además, contiene tantos glóbulos blancos que combaten las infecciones, que algunos médicos la llaman "sangre blanca".

Como ventaja adicional, la lactancia reduce el riesgo de una madre de padecer cáncer de mama y de ovario.

Mito 8: Calmar a los bebés para que duerman todas las noches hace que dependan de esto.

En realidad, cuando los bebés nacen, ellos necesitan que los arrullen y mezan. Cada día y cada noche —durante nueve meses— los ritmos sonoros del útero calman al bebé: balanceo constante, sonidos fuertes y retumbantes, con abrazos tiernos en una pequeña bola protegida.

Por el contrario, después del nacimiento, ponemos al bebé en un mundo extraño, que desorienta y donde esperamos que duerma en una habitación silenciosa, en una posición nueva poco natural, totalmente estirado sobre la espalda, en una cama completamente quieta, durante 16 horas todos los días.

Mito 9: Responder siempre a los llantos de los bebés los hace malcriados.

A finales del siglo XIX, Emmett Holt, el principal pediatra en Estados Unidos, escribió: "Nunca se debe jugar con los bebés de menos de seis meses".

Ya en la década de los veinte, ni siquiera se hablaba sobre la cuestión de si mecer o no a un bebé. Francamente, nadie se atrevió a admitir que lo hacían.

Un siglo después, los padres todavía se preocupan por malcriar a sus bebés. Pero a los padres modernos se les enseña a considerar los primeros meses como el cuarto trimestre del embarazo, una época en la que es casi imposible acurrucarse demasiado con un bebé.

De hecho, los estudios muestran que durante los primeros seis meses, responder rápidamente a los problemas del bebé establece la base fundamental de la confianza del niño, llamada apego seguro.

Mito 10: Las madres son mejores cuidadoras que los padres.

Las responsabilidades del cuidado del bebé siempre han recaído sobre las mujeres. Se veía a los hombres como postrados en la periferia, incluso incompetentes en esta materia.

Sin embargo, como las mujeres son superiores a los hombres en el ámbito de la lactancia, el cuidado del bebé requiere una cualidad totalmente diferente, una en la que los hombres son muy buenos: la suplantación del útero.

A los padres de hoy se les enseña a imitar las sensaciones del amado útero del bebé a través de un método conocido en inglés como "las cinco S":

  • Swaddling (envolver al bebé)
  • Side/stomach position (poner al bebé de costado o boca abajo para calmarlo, nunca para dormir)
  • Shushing (arrullar)
  • Swinging (balancear)
  • Sucking (succionar)

Este enfoque se describe en mi guía para padres The Happiest Baby on the Block.

Las cinco S calman a los bebés al activar un "interruptor de apagado" para el llanto, descubierto recientemente y que todos los bebés tienen, denominado "reflejo calmante".

Mito 11: El dolor de estómago causa cólicos.

spinner image Abuelo sostiene a un bebé mientras está sentado, sonríe a la cámara
Jose Luis Pelaez Inc / Getty Images

Los bebés con cólicos se quejan inconsolablemente durante dos o tres horas al día. La palabra cólico viene del griego antiguo, que significa "dolor de estómago con calambres".

Hasta la década de 1970, los médicos trataban a los pequeños gritones con gotas de opio (llamado paregórico). Sorprendentemente, el paregórico se vendía por galón en las farmacias de todo el mundo (en el occidente).

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Tiene sentido que el opio redujera el dolor. Pero lo que no tiene sentido es por qué los bebés con cólicos también se calman cuando enciendes un secador de pelo o los llevas a dar un paseo en el auto.

Esas sensaciones fuertes imitan al útero y activan el reflejo calmante, pero no hacen nada para alivia el dolor intenso.

Resulta que el gran problema es que nuestro mundo es demasiado tranquilo y quieto. Cualquier abuela sabe que a los bebés les va mejor si los cargan mucho y los mecen, y con ruido blanco calmante.

En el útero, los bebés disfrutan de una sinfonía de sensaciones rítmicas las 24 horas del día, los siete días de la semana. Es por eso que darles un alivio extra puede reducir rápidamente estas rabietas desmoralizantes.

Mito 12: Los bebés pueden sentir cuando sus madres están ansiosas... y también los hace sentir más molestos.

Pero los bebés son solo bebés. No pueden leer tus emociones complejas.

No tienen idea si mamá o papá están ansiosos, tristes o enojados. Por otra parte, la ansiedad puede hacer que el padre o la madre se sienta tan inseguro que salte de una cosa a otra cuando el bebé está llorando.

Y esa falta de constancia es algo que puede aumentar el llanto de un bebé.

Mito 13: La depresión posparto es poco común... y es causada por el gran cambio en las hormonas.

La depresión o ansiedad posparto es en realidad bastante común. Alrededor de una de cada seis nuevas mamás desarrolla presiones emocionales que son mucho mayores que la pequeña "melancolía posparto".

Mientras que las nuevas mamás definitivamente experimentan grandes cambios hormonales, los estudios muestran que las madres adoptivas e incluso los hombres pueden desarrollar depresión posparto. Por lo tanto, aunque las hormonas pueden desempeñar cierto papel, los mayores desencadenantes son el agotamiento, no contar con apoyo y sentirse agobiado.

Mito 14: Mezclar cereal de arroz con la leche estimula el sueño del bebé.

Piénsalo un momento: ¿En serio crees que agregar un poco de arroz llena mucho más que la leche materna o la fórmula para lactantes?

La leche es una mezcla nutritiva que llena porque cuenta con grasas, proteínas y carbohidratos óptimos. El almidón de arroz en polvo se digiere muy rápidamente y no se queda en el estómago para que se sienta lleno el bebé.

Es más, los estudios demuestran que agregar arroz a un biberón no hace nada para que duerma el bebé.

Mito 15: Necesitas romper el hábito del chupón lo más rápido posible.

Chupar o succionar es profundamente relajante para los bebés, y por eso es una de las cinco S.

Es más fácil que el bebé deje de usar el chupón alrededor de los seis meses de edad. Pero algunos bebés necesitan succionar y lo quieren mucho más tiempo.

Los chupones pueden ser un amigo importante que apoya a un niño durante el estrés normal que conllevan los hermanos, las enfermedades y el comienzo de la escuela. Por lo general no causan problemas serios de ortodoncia; los pulgares son mucho más problemáticos.

Sin embargo, ofrecer una manta o un animal de peluche al año de edad puede ser un gran sustituto de la succión.

Harvey Karp es pediatra, experto en desarrollo infantil, autor de The Happiest Baby on the Block e inventor de la cuna inteligente SNOO.

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