Celia Cruz: eterna
Lo mejor de la discografía de la reina de la salsa.
por: Ernesto Lechner, 31 de octubre de 2018
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PHOTO BY: Lionel FLUSIN
Prodigiosa discografía
Se habla de sus pelucas multicolores, su sonrisa contagiosa y el grito de “¡Azúcar!” con el que puso a bailar al mundo entero. Pero Celia Cruz, eterna guarachera de Cuba, fue también la creadora de una prodigiosa discografía que hasta el día de hoy permanece obscurecida por su propia leyenda. Desde los años 50 y hasta su muerte en el 2003, Celia grabó un catálogo amplio y sabroso de géneros tropicales, acompañada por los mejores músicos y arreglistas de la música latina.
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PHOTO BY: ESPECIAL/NOTIMEX/Newscom
Primeras influencias musicales
Úrsula Hilaria Celia Caridad Cruz Alfonso nace en la sección más pobre del barrio Santos Suárez de La Habana un 21 de octubre de 1925. Comparte una casa pequeña junto a 13 familiares. Es una niña tímida y pasa su adolescencia aprendiendo a cantar los éxitos del momento, como los tangos de Carlos Gardel. Tiene la suerte de frecuentar los clubes nocturnos de la época, escuchando en concierto a Cachao, Arcaño y sus Maravillas y la cantante que más la influenció: Paulina Álvarez.
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PHOTO BY: Everett Collection
Gracias a Serafín
En 1947, un primo de Celia llamado Serafín la inscribe en un concurso del programa radiofónico La hora del té. Interpreta el tango “Nostalgia”, acompañándose con claves, y gana el primer premio, un pastel de merengue. Continúa participando en concursos mientras se recibe de maestra para complacer los deseos de su padre, inicialmente avergonzado de que su hija trabajara en el mundo del espectáculo. En 1951, participa cantando números afrocubanos en la producción teatral Sun sun ba baé, de gran éxito popular.
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PHOTO BY: Historic Collection / Alamy Stock Photo
La Sonora Matancera
Una noche, Celia sueña que está cantando en el teatro Campoamor con la famosa Sonora Matancera. Sería premonitorio, dado que Celia se convertiría en la cantante principal de la orquesta —y, con creces, la más famosa— en agosto de 1950. Cuando llega a su primer ensayo en los estudios de Radio Progreso, la recibe el trompetista Pedro Knight, su futuro esposo. “Burundanga”, “El yerbero moderno”, “La sopa en botella” y “Melao de caña” son algunos de sus éxitos más notables.
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PHOTO BY: Agencia el Universal
Exilio
Comenzada la revolución cubana, Celia se prepara para viajar a México con la Matancera el 15 de julio de 1960. Cuando despega el avión, el director musical Rogelio Martínez les anuncia que nunca regresarán. En México los espera la fama, apariciones en películas de la época y giras por Estados Unidos. Un año después, Celia y Pedro se instalan en Nueva York. Cansada de grabar con la Matancera y deseosa de expandir sus horizontes musicales, rompe su relación con el sello Seeco. Cincuenta años después, adornaría una estampilla de su país adoptivo.
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PHOTO BY: Karen Petersen/Everett Collection
La guarachera y el rey del timbal
En 1965, Celia empieza a trabajar con el timbalero Tito Puente, realizando giras y grabando una serie de fascinantes LPs que reciben escasa aceptación comercial. Su colaboración empieza a lo grande con “La guarachera” —tema de apertura de Cuba y Puerto Rico son...— con Celia imitando brillantemente los sonidos percusivos de los timbales. Tratando de interesar a los jóvenes obsesionados con Los Beatles, Puente experimenta con orquestaciones modernas, revisitando viejos éxitos de la Matancera como “Dile que por mí no tema” y “Sahara”.
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PHOTO BY: ©Sony Pictures/Courtesy Everett Collection
Llega la salsa
Justo cuando parece que la carrera de Celia ha decaído irremediablemente, la explosión de la salsa en Nueva York a principios de los años 70 la coloca en una posición inmejorable. Arropada por el flautista y director de orquesta Johnny Pacheco —cuya revolución musical se basa en una “matancerización” de la salsa— Celia graba “Químbara” en 1974. Se convierte en himno de la salsa, y los LPs Celia & Johnny y Tremendo Caché son ahora emblemas de este nuevo movimiento afrocaribeño.
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PHOTO BY: Michael Ochs Archives
Fania All Stars
Además de trabajar con Pacheco, Celia —habiendo destronado a su principal competidora y compatriota, La Lupe— se convierte en la única cantante femenina de la Fania All Stars, presentando conciertos junto a grandes de la salsa como Héctor Lavoe, Cheo Feliciano e Ismael Miranda. Su flamante versión de “Bemba colorá”, implacable y afiebrada en su estética salsosa, es un éxito definitivo de la época. En 1975, Celia entona “Guantanamera” en un estadio del Congo, haciendo delirar a los africanos con su estilo tropical.
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PHOTO BY: David Corio
“Usted abusó”
Con la Fania, Celia graba una amplia gama de discos en colaboración con estrellas del sello. Mientras continúa su dupla con Pacheco, entabla amistad con Willie Colón, conocido por sus trabajos con Héctor Lavoe y Rubén Blades, y quien favorece un sonido más progresivo. En 1977, Only They Could Have Made This Album incluye una versión cadenciosa del éxito brasileño “Usted abusó”, además de la plena “A papá”. En 1979, graba el extraordinario LP La Ceiba junto a la orquesta puertorriqueña La Sonora Ponceña.
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PHOTO BY: Jack Vartoogian/Getty Images
La rumba sigue
Mientras la salsa clásica pierde terreno durante la década de los 80, la productividad de Celia continúa brillando con una calidad envidiable. En 1983, graba Tremendo trío junto al conguero Ray Barretto y el sonero Adalberto Santiago, interpretando el infartante éxito “Nadie se salva de la rumba”. Cinco años después, The Winner reanuda su notable química musical con Barretto, mientras que en 1992, su tributo a Ismael Rivera —último trabajo para el conglomerado Fania— incluye chisporroteantes versiones de “Las caras lindas” y “El negro bembón”.
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PHOTO BY: C. M. GUERRERO
Un carnaval de éxitos
La tercera edad hace maravillas con las cuerdas vocales de Celia: su voz se torna áspera, grave y chocolatosa, capaz de destilar una cascada de alegría y plenitud. En vivo, acapara la atención del público como una emperatriz, encadenando décadas de su repertorio sin olvidar una letra. La RMM de Ralph Mercado la empareja con Willy Chirino, modernizando su estética con el éxito radial “Que le den candela” (1995). En 1998, “La vida es un carnaval” se convierte en uno de los himnos definitivos de la música latina.
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PHOTO BY: RICHARD PATTERSON
Tumbao como nadie
Amparada por managers y productores jóvenes, Celia termina su carrera con la Sony, que la promueve como una verdadera leyenda de la música. En el 2001, el compacto La negra tiene tumbao, con el que gana dos premios Grammy, es una sabiamente orquestada mezcla de raíces afrocubanas con elementos de hip-hop y producción digital. Celia fallece el 16 de julio del 2003, a los 77. Pasan los años, pero su legado artístico mantiene una frescura y vigencia que la distinguen de otros artistas de su generación.
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PHOTO BY: Scott Gries/Hulton Archive/Getty Images
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