El inigualable Carlos Gardel

'El zorzal criollo'

En el 2015 se cumplieron 80 años del fallecimiento de Carlos Gardel. Sin embargo, no ha existido desde entonces un cantor de tangos como “el zorzal criollo”. En una vida de 44 años, Gardel dejó varios enigmas por resolver: hay quienes dicen que nació en Uruguay, mientras otros defienden su origen francés. Sus relaciones amorosas y la influencia de su madre son otros temas en la mitología gardeliana. Quizás el dato más importante sea este: nadie canta tangos como Carlos.

Destinado al tango

El 11 de diciembre de 1890, nace Charles Romuald Gardés en la ciudad de Toulouse, Francia. Hijo de Berthe Gardés, una lavandera de 25 años que, unos años después, decide emigrar a la Argentina para escapar del estigma social que acarrea su condición de madre soltera. De esta manera, el destino del pequeño Charles quedará para siempre ligado a la cuna rioplatense del tango.

El canto y los bajos fondos

En marzo de 1893, Charles y su madre llegan al puerto de Buenos Aires y se instalan en un inquilinato. Berthe consigue trabajo como planchadora, mientras el pequeño Carlos se inscribe en la escuela primaria. Durante su adolescencia, trabaja con un relojero, como tipógrafo y como ayudante en algunos teatros porteños, donde se interesa por el canto. Desaparece por varios años, aparentemente desempeñándose como cantante en lugares de mala fama de Montevideo.

Las primeras grabaciones

A los 20 años regresa a Buenos Aires, ya impostando la voz y adoptando el nombre de Gardel. Lo conocen como “el morocho del Abasto”, por el barrio porteño donde creció. Forma un dúo con Francisco Martino y en 1913 graba sus primeras 15 canciones para Columbia Records. No son tangos, sino más bien géneros populares del momento como vals, estilo y vidalita. Se destacan “La mañanita”, “Me dejaste” y “Mi madre querida”.

Nace el tango-canción

En diciembre de 1915, saliendo del establecimiento nocturno Palais de Glace, Gardel se encuentra en medio de una pelea y recibe un balazo. Nunca le podrán extraer el proyectil de su pulmón izquierdo. Forma un exitoso dúo con el cantautor uruguayo José Razzano y en 1917 comienza una fructífera colaboración con el sello discográfico Odeón. Con “Mi noche triste”, inventa el género conocido como tango-canción.

La novia de Gardel

A los 30 años, Gardel conoce al amor de su vida, su “novia eterna”: Isabel del Valle. Su relación sentimental será discreta, conocida solo por sus mejores amigos, con la intención de mantener la mística seductora que hace de Gardel un galán deseado por todas las mujeres de la época. Pese a que el cantante llevaba una vida agitada, repleta de viajes y giras, se ocuparía de mantener económicamente a del Valle y su familia hasta 1933, cuando el vínculo se disuelve irreparablemente.

Estrellato

1925. El carisma de Gardel eclipsa a Razzano, su socio musical. Razzano dice tener problemas con su garganta —no se sabe si estas dolencias fueron verdaderas, o quizás un pretexto para lograr una salida digna— y así Gardel puede brillar con su carrera como solista. Razzano se convierte en su apoderado. Apasionado por las carreras de caballos, que le significaron tremendas pérdidas económicas, Gardel adquiere a su pura sangre favorito: Lunático.

Desfile de éxitos

Durante los próximos años, Gardel graba incansablemente para la Odeón. Docenas de canciones por año: “Trago amargo”, “El bulín de la calle Ayacucho”, “Caminito”, “A media luz” y “Bajo Belgrano”, entre muchas otras. Agobiado por problemas financieros, se refugia en Francia bajo la protección económica de la madura condesa de Wakefield, heredera de los cigarrillos Craven.

Éxito en París

1928. Acompañado por sus tres guitarristas, Gardel debuta en París y encanta al público de la época con tangos y canciones en francés. “El carretero”, que interpreta con silbidos simulando los ruidos del campo argentino, se convierte en un éxito fenomenal. Festeja su cumpleaños en la Torre Eiffel y permanece en Francia durante seis meses. Entre sus admiradores parisinos se encuentran personalidades como Maurice Chevalier y Josephine Baker.

Regreso al Abasto —y a las carreras

En 1929, Gardel regresa a Buenos Aires, donde compra su primera y única casa en su adorado barrio del Abasto. Vive ahí junto a su madre. En septiembre, graba dos últimas canciones a dueto con Razzano (“Claveles mendocinos” y “Serrana impía”). Su fascinación por los caballos de carrera no lo ha abandonado. En sociedad con Razzano, es dueño del criadero de caballos Las Guitarras, el hogar de Lunático y otros caballos como Amargura y Cancionero.

Salto a la pantalla grande

Aprovechando el auge del cine sonoro, Gardel encuentra en el séptimo arte un vehículo ideal para conseguir el éxito masivo. A fines de 1930, filma 15 cortometrajes, y es uno de los primeros cantantes en la historia en utilizar una película breve para ilustrar una canción (concepto aprovechado hasta el hartazgo por Los Beatles, Michael Jackson y todas las estrellas de la música popular). Sólo 10 de los 15 fueron estrenados en 1931, incluyendo “Viejo smoking”, de agudo comentario social.

Las luces de Buenos Aires

Gardel aprovecha un nuevo viaje a Francia para filmar su primer largometraje: Las luces de Buenos Aires. Interpreta a Anselmo, patrón de una estancia que teme perder a su novia cuando es contratada por un empresario y encandilada por las luces de la gran ciudad. Lo acompaña Sofía Bozán, vedette y pionera de la comedia sudamericana. La película incluye una escena legendaria: en un café, Gardel interpreta el tango “Tomo y obligo”, compuesto por él mismo con letra de Manuel Romero.

Romance en Nueva York

Gardel filma un largometraje en Nueva York, donde se instala en un lujoso departamento. Cuesta abajo (1934), lo encuentra acompañado de la actriz argentina Mona Maris, con la que comienza una relación sentimental. Maris, que falleció en 1991 a los 87 años, dijo que cuando se enteró de la muerte de Gardel, permaneció en un estado de total inactividad durante un mes. En la película, el cantante interpreta “Mi Buenos Aires querido”, uno de sus tangos más famosos.

El día que me quieras

En enero de 1935, Gardel filma su penúltima película, que además sería su favorita. En El día que me quieras interpreta al hijo de un empresario que sueña con ser cantante. Gardel entona la canción que da nombre al filme en dueto con la española Rosita Moreno. El éxito de estas películas estadounidenses aumentaría la demanda para una gira latinoamericana. Un detalle: el niño que aparece vendiendo periódicos en la película es “el otro grande” del tango, Astor Piazzolla.

Un vuelo fatal

Después de viajar a Puerto Rico y Venezuela, Gardel llega a Colombia el 2 de junio de 1935, recibido por miles de admiradores como un héroe popular. El 24 de junio, camino a la ciudad de Cali, el avión que transporta al cantante y sus acompañantes intenta despegar del aeropuerto de Medellín, es desviado por un fuerte viento, y se estrella contra otro avión. Mueren 17 personas. Sobreviven tres. Gardel tenía 44 años.

Gardel en la memoria

Luego de una interminable travesía, los restos del cantante son repatriados a la Argentina en febrero de 1936. Las autoridades transforman el ring del Luna Park en una capilla improvisada para que el pueblo pueda rendirle tributo. Desde entonces, el mito no ha parado de crecer, alimentado por la magia de sus 957 grabaciones. Para los conocedores del tango, la voz del “morocho del Abasto” representa la cúspide del género.

Oferta de AARP

Únete hoy a AARP para obtener información.

Suscríbete a nuestro Boletín y vive la vida al máximo con consejos, herramientas y noticias para vivir una vida saludable.