Vida Sana
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- Repórtalo en el mapa de rastreo de estafas (en inglés), de AARP
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La compra de una propiedad de tiempo compartido ha sido vista como una operación de riesgo durante mucho tiempo, repleta de tácticas de venta de mucha presión y abierta a la posibilidad de estafas. También es aconsejable tener cuidado cuando alguien ofrece ayuda para vender una propiedad vacacional de tiempo compartido.
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La estafa típica de reventa de una propiedad de tiempo compartido es más o menos así: el vendedor recibe un llamado de un supuesto agente que ha visto el aviso de "En venta" en internet y dice tener un comprador listo para hacer la operación. La persona hasta puede dar el nombre y número de teléfono del comprador, quien confirmará su interés.
El estafador envía documentos de compra firmados que parecen legítimos, luego le pide al vendedor el número de su tarjeta de crédito o le indica que haga una transferencia de dinero para cubrir los costos relacionados con la venta —impuestos, gastos de mantenimiento, gastos de cierre, servicios de fondos en custodia y título de propiedad— o que pague una comisión por adelantado a la empresa de reventa. Tal vez prometa reintegrar algo de los costos cuando se complete la operación.
Pero la venta nunca se concreta: el estafador simplemente se queda con las comisiones que pagó el vendedor, las que pueden llegar a miles de dólares. Al momento en que te das cuenta de que te han robado tu dinero, tal vez sea demasiado tarde para disputar la transacción en la tarjeta de crédito. Y aún sigues teniendo la propiedad de tiempo compartido.
Estas estafas pueden ser lucrativas. Según el Departamento de Justicia, el FBI descubrió en octubre del 2019 una operación de telemercadeo en México que había cobrado más de $10 millones en tarifas a personas en Estados Unidos, Canadá y Sudamérica, con falsas promesas de facilitar las ventas de propiedades de tiempo compartido. Hasta la fecha, dos participantes de la estafa se han declarado culpables y cumplen condenas de 18 meses en prisión.
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