Cómo, cuándo y cuánto son la clave

Muchas veces oímos mencionar algún alimento y enseguida pensamos “eso no es saludable”. En realidad esa afirmación es relativa. Muchos alimentos pueden ser perjudiciales o no dependiendo de cómo, cuándo y cuánto se coma. Estos son algunos puntos a favor de ciertos alimentos que generalmente menospreciamos.
Chocolate

Es cierto que el chocolate contiene azúcar y grasas, pero asimismo el cacao es rico en magnesio, hierro y calcio, así como en beta caroteno y vitaminas E, B1, B2 y niacina. Según estudios clínicos, consumir chocolate negro (con por lo menos un 70% de cacao) con moderación tiene efectos positivos sobre la presión arterial y el sistema cardiovascular.
Alimentos congelados

Muchos productos congelados son tan nutritivos como las frutas y los vegetales frescos. La nutricionista Roció García, dietista registrada del Jackson Memorial Hospital en Miami, explica que la principal diferencia entre el alimento fresco y el congelado es que el segundo se ha sometido a un proceso de disminución de temperatura para aumentar su vida útil. Siempre y cuando sean productos naturales, su contenido de vitaminas y minerales se mantiene intacto.
Compotas y mermeladas

Estos son alimentos con un gran aporte energético para el organismo. Es bueno comerlos cuando necesitamos fuerza para correr o ejercitarnos. Además, la compota y la mermelada son alimentos en los que se aprovecha toda la pulpa de la fruta y a veces hasta la cáscara, por lo que aportan fibra.
Pasta

Tiene mala reputación por ser un carbohidrato. Sin embargo, la pasta es una buena fuente de hidratos de carbono complejos, que liberan energía. También proporcionan glucosa, el combustible necesario para el cerebro y los músculos. Las pastas integrales ofrecen más beneficios, como, por ejemplo, más fibra, que las de harina blanca. Ambos tipos proveen vitaminas y minerales importantes.
Hamburguesas

Es el símbolo de la comida basura ya que las que sirven en las cadenas de comida rápida no contienen 100% carne y los porcentajes de grasas son elevados. Pero las hamburguesas caseras, de res, pavo o pollo pueden ser parte de una comida saludable si las cocinamos a la parrilla y las acompañamos con ensalada. La clave es elegir carnes magras de la mejor calidad y evitar las papas fritas.