Un viaje en auto para conocer los dos lados de Maryland

Para la cena, saborea la riqueza de la bahía en Boatyard Bar & Grill, un lugar favorito de los marineros locales al otro lado del puerto en el centro, en el distrito Eastport. Prueba el Open Faced Crab Dip Samich, un sándwich hecho con trozos de cangrejo azul de Maryland. Los mariscos que sirven los restaurantes de esta costa no son exactamente económicos, pero puedes estar seguro de que son frescos. Prueba los establecimientos locales en el área de la bahía para opciones menos costosas.

Dónde alojarte: En reconocimiento a la USNA, reserva en el Graduate Annapolis Hotel, en el centro, alrededor de una milla al oeste del campus; los precios son moderados. En honor a la Armada (y a los estrechos lazos de la ciudad con el agua), la propiedad tiene un tema náutico. Sus 215 habitaciones están decoradas en azul y dorado, los colores oficiales de la Armada. Las habitaciones que son compatibles con la ley ADA para personas con discapacidades cuentan con espacio extra en el baño, televisores con subtítulos y alarmas audibles.

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2º día: De Annapolis a Easton (41 millas)

​Antes de salir de Annapolis, recarga energías en Chick & Ruth’s, un icono de Main Street que sirve buenos desayunos, como omelets de cangrejo. Programa tu visita para coincidir con la recitación diaria del juramento a la bandera (8:30 a.m. los días de semana y 9:30 a.m. los fines de semana), una tradición del restaurante por más de 30 años.

Luego, dirígete hacia la costa este, cruza el puente Chesapeake Bay de dos niveles, también conocido como William Preston Lane Jr. Memorial (Bay) Bridge (peaje: de $4 a $6), que se extiende por 4.3 millas y en su punto más alto tiene una altura de 186 pies; tendrás vistas panorámica de las extensas aguas. La longitud y la altura del puente no son los únicos motivos que ponen nerviosos a muchos conductores: el tráfico puede ser pesado, especialmente los fines de semana de verano, las barandas son bajas y la niebla matinal a veces dificulta la visibilidad. Conduce con cuidado, o deja que conduzca alguien más. Por $40 en efectivo, Kent Island Express enviará un conductor profesional que te llevará a ti y a tu vehículo al otro lado del puente.

La recompensa de hacer el cruce es grande, ya que el paisaje urbano y el tráfico dan lugar a paisajes de pasturas sembrados de graneros, maizales y mercados al costado de la ruta.

En Easton, la arquitectura colonial del siglo XVIII y la victoriana del siglo XIX se combinan con una energía artística para crear un delicioso y adorable pueblo pequeño con galerías de arte, lugares para comer y tiendas que bordean las pintorescas calles del centro. Una tienda que se destaca: el exclusivo Vintage Books and Fine Art, con mapas antiguos, creaciones de artistas de la costa este y libros únicos.

Pasa la tarde en el Academy Art Museum (en inglés), que tiene exposiciones itinerantes de una impresionante colección de obras desde el siglo XVII hasta el presente, incluidas piezas de Pablo Picasso, Rembrandt van Rijn y Ansel Adams que no puedes perderte.

Para una noche divertida, asiste a un espectáculo en vivo en el Avalon Theatre, de estilo art déco.

Dónde alojarte: 3 de las 85 habitaciones de precio moderado del Tidewater Inn en el centro son compatibles con la ley ADA y cuentan con espacio extra para sillas de ruedas y duchas adaptadas para estas. A la hora de cenar, puedes comer ahí mismo en Hunters’ Tavern. Sirven platos sabrosos, como las vieiras ennegrecidas recogidas a mano por buzos.

3º día: De Easton a Cambridge (37 millas)

​Conduce 27 millas por la carretera U.S. Highway 50 y las rutas 16 y 335 de Maryland hasta el Harriet Tubman Underground Railroad National Historical Park (en inglés), un parque nacional histórico en Church Creek que conmemora el ferrocarril subterráneo (la red clandestina para ayudar a escapar a los esclavos). Tubman, quien nació y creció en esta zona, escapó hacia el norte para ser libre, pero arriesgó repetidamente su vida volviendo aquí varias veces en la década de 1850 para guiar a otros esclavos hacia la libertad en este ferrocarril. Conoce su valentía en el centro de visitantes del parque a través de exposiciones, una película y una biblioteca. Una vez al aire libre, medita y reflexiona en este tranquilo jardín antiguo, donde posiblemente veas azulejos, mariposas, libélulas y hasta águilas calvas.

Para una observación de aves más seria, visita el refugio natural Blackwater National Wildlife Refuge (en inglés), que rodea el parque. Son más de 30,000 acres de bosques, pantanos y vías de agua poco profundas que atraen a aves migratorias, como gansos canadienses. Lleva binoculares para observar aves y otra fauna del lugar, que incluye ratas almizcleras y ciervos de cola blanca, a lo largo de 3.6 millas que se recorren en automóvil.

Luego, sigue 10 millas hacia el norte hasta Cambridge, una comunidad portuaria sobre el río Choptank que data de 1684. Se dice que el escritor James Michener declaró la calle High Street, bordeada de señoriales casas de los siglos XVIII y XIX, una de las calles más bellas de Estados Unidos. También en el centro, conoce más de la vida de Tubman en el Harriet Tubman Museum and Educational Center (en inglés). A una milla de distancia, en un jardín conmemorativo, encontrarás murales que ilustran la historia de su vida. Estos fueron pintados por Charles Ross, su sobrino tataranieto. En Ruark Boatworks, en el Richardson Maritime Museum sobre el lado este del arroyo Cambridge, verás a carpinteros de barcos voluntarios restaurar y construir embarcaciones tradicionales de madera (lunes, miércoles y viernes, entre las 11 a.m. y las 2 p.m.).

Puedes cenar frutos de mar frescos en Portside mientras ves volver a los pescadores con la captura del día. El pastel de cangrejo (crab cake), asado o frito, combina trozos de cangrejo de Maryland con carne de cangrejo de textura más fina, mezclados en la salsa de la casa.

Dónde alojarte: Muebles de época le dan al Cambridge House Bed & Breakfast, una casona señorial de capitán náutico de 1847 ubicada en el centro, un ambiente acogedor; los precios son moderados. Dos de las seis habitaciones están en la planta baja, pero hay que subir unos pocos escalones para ingresar a la propiedad. Una mejor opción para sillas de ruedas es el Holiday Inn Express, a aproximadamente media milla al este del centro. Los precios son buenos si viajas con un presupuesto.

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4º día: De Cambridge a Ocean City (62 millas)

Toma la carretera Highway 50 hacia Ocean City, la famosa localidad playera de Maryland, para relajarte y divertirte en el Atlántico. El paseo por la pasarela costera, accesible para silla de ruedas, se extiende por casi 3 millas a lo largo de la costa y es una obligación (aunque en verano hay mucha gente). La pasarela está flanqueada por tiendas de recuerdos, restaurantes y la extravagante Ocean Gallery, que ofrece una mezcla de obras de arte, fotografías y pósteres con precios variados. Si te gusta el golf, en la zona hay 17 canchas, entre ellas Eagle’s Landing, con hermosas vistas de la bahía de Sinepuxent y Assateague Island.

Si Ocean City te resulta demasiado bulliciosa, sigue unas 10 millas al sur por la ruta 611 de Maryland hasta la costa nacional de Assateague Island, con marismas, bosques de pinos, playas arenosas y senderos pavimentados y sin pavimentar para recorrer a pie. Para ver de qué modo el viento y la arena han moldeado este paisaje agreste pero hermoso, camina por el sendero Life of the Dunes, de 0.75 millas de longitud (ida y vuelta). O recorre en bicicleta las 8 millas del sendero circular para ciclistas. Puedes alquilar bicicletas en el centro de visitantes según la temporada.

Dónde alojarte: En Ocean City, el Princess Royale Oceanfront Resort es una propiedad con solo suites en el extremo norte de la pasarela, un área algo más tranquila. Para las personas que usan silla de ruedas, algunas de las 338 suites tienen puertas más amplias y duchador de mano. Cuesta algo más que otras opciones de alojamiento de este viaje, según la época del año. Es probable que las tarifas excedan los $200 por noche.