Guía de AARP para visitar las Bermudas

Alojamiento

Uno de los hoteles más deslumbrantes que se han inaugurado recientemente es el St. Regis Bermuda Resort, que se abrió el pasado mes de mayo en la playa, junto al Fuerte Santa Catalina, en el extremo este de la isla. El St. Regis original de Nueva York es el lugar donde se creó el Bloody Mary en 1934, y cada una de las localidades posteriores ha creado su propia versión regional de esta bebida. El que sirven en el soleado bar del vestíbulo se llama Gates Bay Mary, y se prepara con ron Gosling’s Black Seal, Outerbridge’s Original Sherry Peppers (una salsa picante local), zumo de limón y una mezcla de especias propias rica en hinojo. El hotel recién construido, que incluye un spa y un campo de golf, es un tributo a la arquitectura autóctona de las Bermudas, aunque aquí también encontrarás los “rituales” característicos de la empresa, como el “sableado”, o apertura de una botella de champán con un sable, en la terraza. Aunque no te alojes en el St. Regis, vale la pena visitarlo para tomar una copa.

En otros lugares de la isla encontrarás opciones más económicas, como The Oxford House, una posada de 1938 con servicio de desayuno situada en el centro de Hamilton que se renovó por completo el año pasado; el Greenbank Guest House & Cottages, un establecimiento familiar con jardines subtropicales y un edificio principal de dos siglos de antigüedad; y el Fourways Inn, una “colonia de cabañas” junto a una piscina, administrada por uno de los mejores restaurantes tradicionales de Paget Parish. Si eres uno de los muchos aficionados al pickleball, considera la posibilidad de alojarte en el Pompano Beach Club, que en la primavera del 2020 convirtió tres de sus canchas de tenis de arcilla en canchas de pickleball.

Restaurantes y platos característicos

La respuesta de las Bermudas al sándwich “po’boy” o al “Philly” de bistec y queso es su propio plato característico, el sencillo sándwich de pescado rebozado y frito (normalmente pargo, peto o mero), difícil de comer sin mancharse, con salsa tártara y ensalada de col en pan de pasas (sí, has leído bien), además de aderezos como salsa picante, queso cheddar, lechuga, tomate o cebollas a la parrilla. Cada complejo turístico y restaurante tiene su propia versión, pero deberías ir hasta el apartado Art Mel’s Spicy Dicy en la costa norte, o el Seaside Grill, donde el pescado probablemente haya sido pescado esa misma mañana.

Otro de los antiguos platos clásicos de las Bermudas es la sopa de pescado elaborada con tomate, que se suele servir con dos cocteleras de ron oscuro y salsa de pimientos y jerez para que puedas adaptar la receta a tu gusto. Los lugares favoritos de Hamilton son The Lobster Pot, Wahoo’s Bistro & Patio (que también sirve sopa de pescado para llevar por galones) y Harry’s, en el paseo marítimo.

Otros lugares destacados en la “gran ciudad” de Hamilton son Bolero Brasserie, un bar local de tapas que sirve platos como croquetas de jamón y pulpo y pata de conejo con garbanzos; Pearl, cuyos platos de sashimi incluyen usuzukuri de pescado de roca cortado en láminas delgadas, y carpacho de pulpo con arándanos rojos secos y pistachos; y Devil’s Isle, una cafetería con un menú creativo que incluye tacos de pescado de roca rebozado con cerveza y un excelente café de origen único.

Para disfrutar del ambiente, es difícil superar Tom Moore’s Tavern, ubicado en una residencia privada de 1652. El restaurante ha atendido a personajes famosos como el príncipe Carlos, y su distinguido menú incluye platos como pechuga de pato asada a la sartén con compota de higos y nueces, y caracoles horneados al ajillo. Si prefieres un ambiente diferente, no te pierdas el sencillo Swizzle Inn, el pub más antiguo de las Bermudas, que es conocido por su cóctel de ron: un refresco muy apetecible que debes beber con prudencia. Fue creado hace 90 años y se elabora con los rones Gosling’s Black Seal y Gold Seal, jugo de naranja, piña y limón, licores de fruta y falerno. Como dice su lema informal: “Swizzle Inn, swagger out”, que significa que después de una visita a Swizzle Inn saldrás lleno de confianza.

Actividades

Para los amantes de la naturaleza: si deseas observar las aves, no es necesario desviarte del camino para ver algunas de las casi 400 especies de la isla, como el ave tropical de cola blanca (o rabijunco) que a menudo se puede ver planeando con elegancia sobre el oleaje, y que aparece en el reverso del billete de $50 de las Bermudas. Si tienes mucha suerte, podrás ver el petrel de las Bermudas (o cahow), que se consideró extinto durante 300 años antes de volver a descubrirse en 1951. Por lo demás, la isla está sembrada de lugares fantásticos para contemplar la naturaleza, como la Reserva Natural de Spittal Pond (en inglés) y la Reserva Natural de Walsingham —en inglés— (también llamada Tom Moore’s Jungle), una amalgama de bosques de manglares, cuevas y sumideros hundidos.

Las cuevas Crystal y Fantasy están pobladas de asombrosas estalactitas y estalagmitas. Los visitantes las exploran sobre una serie de botes pontones que navegan por un lago submarino. Al regresar a tierra firme, puedes recorrer casi todo el terreno a pie, en bicicleta o incluso a caballo en el sendero Railway Trail de 18 millas, que sigue un antiguo tramo de ferrocarril.

Para los aficionados a la historia: la capital del territorio, Hamilton, alberga una gran cantidad de edificios históricos. Sin embargo, si deseas adentrarte realmente en la historia de las Bermudas, dirígete a la ciudad de Saint George en el extremo este. Se fundó en 1612 a raíz del naufragio del Sea Venture (un episodio que supuestamente inspiró la obra de La Tempestad, de Shakespeare). Es la ciudad inglesa más antigua que subsiste en el Nuevo Mundo y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los lugares más destacados incluyen la encalada Iglesia de San Pedro (en inglés), la iglesia anglicana más antigua fuera de las Islas Británicas (se reconstruyó después de un violento huracán en 1712, pero su credencia de 1612 y su púlpito de cedro de 1660 aún se utilizan hoy en día); los estrechos callejones empedrados que llevan nombres como Shinbone Alley y Silk Alley; la Casa Histórica y Museo Tucker House de 1752, que está colmada de antigüedades y artefactos encontrados durante una excavación arqueológica; y la Iglesia Inacabada, una iglesia sin techo que comenzó a construirse en la década de 1870 y, bueno, seguro que puedes imaginar el resto.

En Saint George también se encuentra la librería Long Story Short, que ofrece una serie de visitas guiadas temáticas por la isla, incluida una llamada “Resilience: Bermudians of African Descent”, que traza la historia de la esclavitud y la emancipación en las Bermudas.

Para los golfistas: cuando se inauguró el año pasado, el complejo turístico St. Regis incluyó un aliciente: un campo de golf restaurado en St. George que estaba en desuso y que luego resurgió con el nombre de Five Forts Golf Club. Como su nombre indica, los 18 hoyos del campo de golf atraviesan y rodean cinco fuertes históricos, empezando en el fuerte Victoria, que se construyó en 1842.

El bellísimo campo de golf de Tucker’s Point celebra este año su 90.º aniversario. Azotada por fuertes y variables vientos costeros, el escarpado campo de golf ofrece vistas del mar circundante. En las cercanías, el Mid Ocean Club es un club privado para socios, pero los visitantes pueden jugar entre semana, si hay disponibilidad. La cancha de golf se inauguró en 1921, y el club se ganó un lugar en la historia por ser el sitio de reuniones cumbres entre el presidente Dwight D. Eisenhower y dos primeros ministros británicos en la década de 1950.

Si deseas disfrutar de un juego de golf totalmente nuevo (o simplemente no deseas cargar ni alquilar palos costosos), el Turtle Hill Golf Club del Fairmont Southampton es un pionero en la práctica de un nuevo deporte llamado fútgolf, que consiste en patear una pelota de fútbol por el campo de golf y meterla en hoyos de gran tamaño. No hay duda de que volverás a sentirte como un niño.

Para los amantes de la playa: famosas por su arena de color rosado (creada por organismos unicelulares llamados foraminíferos), las playas de las Bermudas son hermosas durante todo el año, aunque los lugareños no se sumergen hasta el comienzo extraoficial de la temporada, el Día de las Bermudas, el último viernes de mayo. Hay playas para todo tipo de visitantes: la amplia playa Horseshoe Bay para tomar sol, Warwick Long Bay para bucear entre peces loro, y la playa West Whale Bay para contemplar las ballenas jorobadas que se acercan a la orilla. Uno de los lugares más increíblemente fotogénicos de toda la isla es Jobson’s Cove, una pequeña playa situada entre formaciones rocosas dentadas a la que se puede llegar por un sendero desde Warwick Long Bay. Es tan serena y oculta a plena vista que casi dudamos en revelar el secreto.

Pasar un día en la playa no tiene por qué consistir simplemente en sentarse bajo el sol: otras opciones más intrépidas incluyen bucear entre los famosos restos de naufragios de la isla, ser impulsado por el viento en una tabla con parapente (“kitesurfing”) de Upwind Sports, emprender una de las excursiones guiadas en kayak de BDA Watersports o contemplar un espectáculo bioluminiscente con luna llena en un crucero con fondo de vidrio con el Bermuda Underwater Exploration Institute.