Vida Sana
Comencemos con un mensaje tranquilizador: la aviación comercial es la modalidad de transporte público más segura del mundo.
Es importante reafirmar esto desde un principio porque no hace mucho se produjeron dos casos de turbulencia fuerte en cielo despejado. Estos causaron la muerte de un pasajero y lesiones en varios pasajeros.
A principios de marzo, un avión privado Bombardier CL30 que viajaba de Keene, Nuevo Hampshire, a Leesburg, Virginia, sufrió un caso de turbulencia tan violento que Dana Hyde, de 55 años, uno de los tres pasajeros a bordo, falleció. Solo dos días antes, el 1.° de marzo, el actor Matthew McConaughey y su esposa Camila Alves McConaughey viajaban en un vuelo de Lufthansa de Austin, Texas, a Fráncfort, Alemania, cuando “fuertes turbulencias” sacudieron a la aeronave Airbus A330 que forzaron el desvío al aeropuerto Dulles International Airport en Virginia. Siete personas resultaron heridas. En diciembre del 2022, 25 personas sufrieron lesiones cuando un vuelo de Hawaiian Airlines de Phoenix con destino a Honolulu enfrentó turbulencia en cielo despejado.
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Aunque parecería por las noticias periodísticas que los casos de extrema turbulencia están ocurriendo con más frecuencia, los pilotos dicen que, en su experiencia de vuelo, nada indica que estén aumentando. Del 2009 al 2021, la Administración Federal de Aviación (FAA) reportó 146 lesiones graves por turbulencia. Dos pilotos que hablaron con AARP explicaron que, aunque asusta la turbulencia, no hay una probabilidad de que cause un accidente aéreo y que la turbulencia en cielo despejado ha sido siempre y será parte de la aviación.
El capitán Timothy Raynor, director de operaciones de vuelo de American Airlines, dice que se ha encontrado con los tres tipos de clasificaciones de turbulencia —ligera, moderada y fuerte— en los 35 años y más que ha estado volando (e incluye su carrera de piloto de F-18 en el Cuerpo de Infantería de Marina). Por tanto, no le preocupa el efecto de ninguna de estas en su aeronave.
“Los pilotos tratamos de evitar por todos los medios los encuentros con la turbulencia, pero a veces es inevitable”, explica Raynor, de 55 años. “La clave al presentarse la turbulencia es avisar con anticipación a la tripulación y a los pasajeros —siempre que sea posible—, en particular a la tripulación para que, si la turbulencia es fuerte, puedan comunicarse con los pasajeros cuando nosotros piloteamos”.
La turbulencia en cielo despejado dificulta un poco más dar el aviso previo a los pasajeros porque no es tan fácil detectarla. “Pero estamos en comunicación frecuente con el control de tráfico aéreo y nos informan si otros pilotos experimentaron turbulencia en cielo despejado”, dice Raynor.
El término “turbulencia en cielo despejado” se distingue de la turbulencia convectiva tradicional (causada por las nubes y las condiciones meteorológicas) en que los pilotos no pueden verla y el radar —por lo general— no es capaz de detectarla. En términos científicos, y según SKYbrary, un repositorio electrónico de información sobre seguridad aérea presentada por los controladores de tráfico aéreo del mundo con aprobación de la FAA, la turbulencia en cielo despejado se genera a grandes altitudes y es causada por una perturbación de la corriente homogénea horizontal en la toma de aire de los motores de la aeronave o por corrientes de aire verticales que chocan contra la aeronave en una atmósfera inestable.