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Cómo vencer el miedo a la turbulencia aérea

Por qué no deberías preocuparte y consejos de especialistas para mantener la calma en un vuelo turbulento.


spinner image Persona en avión con aerofobia asustada de volar con miedo mientras está sentada en el asiento del avión y haciendo yoga para relajarse.
DARYA PETRENKO/ALAMY STOCK PHOTO

Estás en un avión y comienza a moverse por la turbulencia (tal vez en el momento en que tratas de disfrutar tu bebida o en que regresas del baño). La mayoría de las turbulencias pasan en cuestión de minutos y es muy poco probable que sean precursoras de un desastre. Pero para aquellas personas que le tienen pavor, la turbulencia puede hacer que un vuelo calmado se torne en un suplicio que les ponga los nervios de punta. Afortunadamente, los pilotos y los psicólogos coinciden con que definitivamente puedes superar el miedo a 30,000 pies. Te explicamos cómo hacerlo.

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“Si no entiendes la turbulencia, puede ser aterradora”, dice Barry Schiff, piloto y consultor de aviación. La turbulencia es el resultado del flujo de aire irregular, que puede suceder por muchos motivos, incluso características geográficas (como volar sobre una cordillera), corrientes en chorro, frentes climáticos y más.  

“La turbulencia puede ser un poco molesta y algunas veces algo inesperada”, indica Schiff. “Pero en muy escasas ocasiones es peligrosa”. Las sacudidas en el avión no significan que tenga alguna falla, y suele ser fácil para el piloto adaptarse. Schiff compara volar a través de la turbulencia con navegar en agua picada en un lago: en ambos casos, disminuir la velocidad puede reducir la intensidad en que la agitación afecta la máquina. 

Las situaciones que pueden producir turbulencia intensa, como las tormentas, son las que los pilotos evitan cuidadosamente. En los 34 años que trabajó en TWA, Schiff nunca voló a través de una tormenta, a pesar de que encontró muchas. Los pilotos usan varias herramientas y técnicas, incluso tecnología de radar y comunicación con la torre de control, para navegar alrededor del mal tiempo. 

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Incluso si te imaginas que el avión se dará vuelta en el aire, simplemente no sucederá, afirman los expertos. Los aviones comerciales de hoy en día están diseñados para resistir incluso las condiciones más adversas. De hecho, en primer lugar, la turbulencia no hace que los aviones se caigan. “Las personas tendrán la sensación de que ganan o pierden altitud por la forma en que suben o bajan un poco en la silla”, dice Schiff. “Pero, en realidad, la altitud del avión cambia muy poco”.

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Si bien es extremadamente improbable, es posible lesionarse a causa de la turbulencia, con frecuencia por algún empujón inesperado, por lo que es tan importante prestar atención a las señales del cinturón de seguridad. En el 2017, la Administración Federal de Aviación informó (en inglés) 17 lesiones causadas por turbulencia de pasajeros y miembros de la tripulación, un descenso en comparación con 44 el año anterior. (También ha habido muertes y accidentes causados por la turbulencia, pero solo unas pocas veces (en inglés) en las últimas décadas).

No olvides que, en general, los accidentes aéreos son muy poco frecuentes y lo son aún más las muertes. Es más probable que mueras a causa de un rayo, una intoxicación o un ataque de tiburón que de un accidente aéreo. Traducción: las sacudidas que sientes en el avión (excepto en casos extremadamente reducidos) son una parte normal de la turbulencia aérea y no son un signo de que el avión se vaya a caer. 

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Hazle frente al miedo

De todos modos, el saber que la turbulencia es normal la mayoría de las veces no siempre calma la ansiedad cuando comienzas a rebotar sobre las nubes. 

Según el psicólogo David Carbonell, los pasajeros con temor pueden presentar una gama de síntomas desagradables en el vuelo, desde apretar el apoyabrazos y contener la respiración hasta ponerse a llorar. Los pasajeros podrían luchar con pensamientos inquietantes sobre “qué pasaría sí…”, o refugiarse en el alcohol o los medicamentos recetados para sobrellevar el vuelo.  

Se trata de control, indica Carbonell. “Los pasajeros temerosos no tienen miedo de tener un accidente”, dice. En muchos casos, “tienen miedo de tener miedo”. Carbonell les aconseja a sus clientes que noten los síntomas con antelación y que se revisen activamente durante el vuelo. De esta forma, afirma, tratas de manejar las respuestas al miedo (que puedes controlar) en lugar del miedo mismo (que no puedes controlar o, al menos, no fácilmente).   

En casos extremos, cuando la ansiedad causa un verdadero ataque de pánico, Carbonell sugiere que la persona se concentre en respirar. “Lo primero que debes hacer es suspirar”, indica. Exhalar ayuda a relajar los músculos de la parte superior del cuerpo. De ahí, puedes comenzar a respirar profundo, al evitar la respiración superficial que empeora el pánico. Es probable que las técnicas de distracción (como tratar de pensar en una querida mascota o escribir tu nombre con la mano que no es dominante) no te ayuden mucho una vez sientas pánico.

Sin embargo, si solo te sientes incómodo con el prospecto de una turbulencia, definitivamente puede ayudar estar absorto en alguna actividad (como leer un libro, ver una película o usar alguna aplicación para meditar) al comienzo del vuelo. Esta inmersión, dice Carbonell, naturalmente concentra la atención en otra cosa. Verás que el episodio de turbulencia pasará sin que te alarmes. Este es un consejo de Schiff: siéntate en el área de las alas para tener el vuelo más calmado posible. (La parte trasera del avión es donde más se siente el movimiento).  

Schiff sugiere que los pasajeros nerviosos sigan el ejemplo de los miembros de la tripulación, que probablemente estarán tranquilos con un poco de turbulencia. “La turbulencia en realidad no nos molesta”, afirma, “a menos que tengamos una taza de café en la mano”.

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