No te dejes engañar por la "pseudomedicina" para la demencia
Cómo detectar la ciencia dudosa que hay detrás de ciertas cosas, como los suplementos que "mejoran la memoria".
In English | A pesar de que en la actualidad no existe cura para la enfermedad de Alzheimer o la demencia, esa fría realidad podría ser fácil de olvidar cuando ves todos los suplementos dietéticos disponibles que prometen controlar tus síntomas y estimular la capacidad cerebral.
Pero si te tienta probar algo que algún conocido —o internet, la televisión o la radio— te dice que es una forma comprobada, quizás "natural", de conservar tu memoria por más tiempo, debes ser muy muy cauteloso. No es que no haya ciencia detrás de la idea de que ciertas especias o vitaminas puedan tener poderes conservadores de la memoria. De hecho, se ha demostrado que la curcumina y la vitamina B, por ejemplo, pueden tener algunos beneficios para la salud cerebral.
El problema, según un artículo editorial reciente publicado en el Journal of the American Medical Association (en inglés) es que la "pseudomedicina" —el mercadeo engañoso, pero que suena científico— de dichos suplementos se está extendiendo más rápido de lo que los estudios reales sobre la química del cerebro pueden surgir.
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Estas noticias falsas sobre la salud, escribieron los autores, ayudan a impulsar un enorme mercado —$3,200 millones (3.2 billion) en "tratamientos" de venta libre para mejorar la cognición y la salud cerebral en el 2016— que da falsas esperanzas a quienes sufren de demencia y a sus familias.
En realidad, los suplementos y las intervenciones médicas que se promocionan como científicamente respaldadas con frecuencia se basan en la evidencia más escasa, dice la primera autora del artículo, Joanna Hellmuth, profesora asistente del Memory and Aging Center de University of California, en San Francisco. "Como neuróloga, me preocupa que los pacientes puedan estar tomando decisiones que no se basan en información precisa y veraz", explica. "La manera en que las leyes federales están estructuradas en Estados Unidos permite a los fabricantes de suplementos hacer afirmaciones bastante engañosas y no hace falta que proporcionen evidencia de que son ciertas".
Además, existe la preocupación de que, al caer en la pseudomedicina, las personas retrasan la atención que realmente necesitan. "Una situación común es que un adulto mayor se preocupe por su memoria y tome un suplemento para tratar de prevenir la demencia", dice Joshua Grill, director del Institute for Memory Impairments and Neurological Disorders de University of California, en Irvine. "Pero, en realidad, si ven a su médico, podrían descubrir que otra condición, como el hipotiroidismo o cierto medicamento recetado, está causando síntomas y puede tratarse con facilidad. Solo están empeorando las cosas".
Y si sufres demencia, agrega, podrías comenzar un tratamiento con medicamentos para aliviar los síntomas, o inscribirte en un ensayo clínico prometedor. "Al final del día, los pacientes solo pierden tiempo y dinero, y no recuperarán ninguna de las dos cosas", dice.
Cuatro maneras de evitar caer en la pseudomedicina:
Revisa dos veces la revista en la que se publica un estudio. Un artículo científico que elogia los milagros de un suplemento o tratamiento en particular no significa que sea legítimo. "Siempre es importante considerar la calidad del estudio y sus limitaciones, que a veces pueden ser difíciles de discernir, incluso para los médicos", dice Hellmuth. Existe una creciente red de revistas depredadoras de "acceso abierto" en las que el único requisito para la admisión es la voluntad de pagar una cuota elevada. "Estas revistas a menudo tienen títulos que suenan convincentes e incluso pueden engañar a los científicos que buscan publicar su trabajo", explica Hellmuth, quien agrega que recibe diariamente correos electrónicos de estas revistas en los que solicitan propuestas de artículos. Consulta si la publicación aparece en la Lista de revistas y editores predatorios de Beall (en inglés) o el Directorio de revistas de acceso abierto (en inglés) para asegurarte de que tenga buena reputación.
Ten en cuenta que los suplementos y los tratamientos no probados pueden ser peligrosos. Dado que la mayoría de los suplementos, por ejemplo, se puede comprar sin receta médica, muchos consumidores asumen que son relativamente benignos. Pero eso no es siempre cierto. Un caso concreto: una mujer de 71 años desarrolló insuficiencia hepática después de tomar cúrcuma, un suplemento que a menudo se promociona como una manera de reducir el riesgo de demencia, según un informe publicado el año pasado en BMJ Case Reports. "Es como en el Lejano Oeste: no tenemos una idea clara de cuántas de estas cosas interactúan entre sí y con los medicamentos recetados", afirma Grill. Es por eso que es tan importante consultar de antemano al médico sobre cualquier suplemento y terapia que se esté considerando.
Desconfía de los tratamientos y las terapias que no estén cubiertos por el seguro. Las clínicas que ofrecen lo que llaman "tratamientos de vanguardia" —como una variedad de clínicas de células madre contra las que la FDA emitió advertencias hace poco— que no aceptan Medicare u otro seguro deberían verse con escepticismo, dicen los expertos. Lo mismo ocurre con los suplementos o productos que se venden en el consultorio de un médico o de un proveedor. "Cualquier información que se obtenga sobre ellos será parcial hacia las ventas", advierte Stephen Barrett, psiquiatra jubilado, cofundador del National Council Against Health Fraud y administrador del sitio web Quackwatch. Realiza tu propia investigación sobre cualquier clínica en un sitio financiado por el Gobierno, como el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integral.
Pregúntate si realmente necesitas una terapia o un programa costoso. Ciertas cosas, como las recomendaciones de una dieta saludable para el cerebro o un programa de ejercicio, pueden parecer perfectamente inofensivas. Pero es una buena idea preguntarte si realmente necesitas gastar dinero en eso, señala Grill. "Hay mucho mercadeo falso en torno a ciertos programas que se venden por tener una base de evidencia rigurosa, cuando no hay pruebas de que sean mejores que el asesoramiento dietético gratuito que recibirías en el consultorio de tu médico", agrega.