Vida Sana
Desde que la Dra. Ethel Percy Andrus fundó AARP en 1958, hemos luchado por mejorar la vida de las personas a medida que envejecen. AARP ha liderado la lucha para terminar con la jubilación obligatoria; preservar el Seguro Social, Medicare y Medicaid; proteger y reformar los reglamentos de las pensiones; abogar por los trabajadores mayores; garantizar el acceso a una atención médica asequible y de calidad; hacer que las comunidades sean más habitables para personas de todas las edades y combatir la discriminación por edad. Ahora, mientras conmemoramos nuestro aniversario número 60, asumimos lo que podría ser nuestro reto más difícil hasta el momento: encontrar un tratamiento y, finalmente, una cura para la demencia.
El Brain Health Fund (Fondo para la salud del cerebro) de AARP está invirtiendo $60 millones en el Dementia Discovery Fund (DDF), una organización que financia investigaciones para posibles curas de estas enfermedades. Esta inversión refleja el compromiso continuo de AARP de ayudar a las personas que viven con demencia y a los familiares que los cuidan, y convierte a AARP en el mayor contribuyente individual al DDF.
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Más de seis millones de personas en Estados Unidos ya sufren de varios tipos de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer, y esa cifra crece a un ritmo alarmante. Según las proyecciones actuales, para el año 2050 ese número aumentará a más de uno de cada cinco personas mayores de 65 años, lo que elevará el total a más de 16 millones de personas.
La demencia también tiene un efecto emocional, financiero y físico devastador en las familias de aquellos a quienes se les diagnostica esta enfermedad. En el 2016, casi 16 millones de familiares y amigos proporcionaron más de 18,000 millones (18 billion) de horas de asistencia y cuidados no pagados a personas con Alzheimer y otros tipos de demencia.
Conscientes del amplio impacto de estas enfermedades, los investigadores han dedicado años a trabajar arduamente para encontrar tratamientos efectivos. Pero la demencia es una enfermedad muy complicada. Cientos de ensayos clínicos han fallado, y algunos avances que una vez se pensaron prometedores resultaron infructuosos. Varias compañías farmacéuticas ya han detenido sus investigaciones sobre nuevos medicamentos. Se necesita un nuevo enfoque.
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