6 hábitos para tener oídos sanos a cualquier edad

La vida útil de los audífonos es otro factor que se debe tener en cuenta. Según Tejani, los audiólogos suelen recomendar cambiarlos cada cinco a siete años, no solo porque los fabricantes pueden eliminar progresivamente la asistencia técnica de los audífonos más antiguos, sino porque pueden ofrecer funciones más avanzadas gracias a la nueva tecnología. “Dicho esto, algunos pacientes cuidan tanto los audífonos que a veces los usan durante casi más de diez años", explica. “Eso se puede hacer siempre que los audífonos todavía cumplan su propósito”.

3. Conoce los signos del tinnitus y el vértigo

Además de la pérdida auditiva vinculada a la edad, que se calcula que afecta a uno de cada tres adultos de 65 años o más, hay otros trastornos del oído que son más frecuentes con los años. Uno de ellos es el tinnitus, que alcanza su máxima incidencia entre los adultos de 60 a 69 años y causa zumbidos (o sonidos como silbidos, siseo o chirrido) en los oídos.

Según la American Tinnitus Association, la “gran mayoría” de los casos de tinnitus se deben a la pérdida auditiva neurosensorial, que es la responsable de la pérdida auditiva vinculada a la edad, o presbiacusia. Si bien por el momento no existe una cura para el tinnitus, hay diversas opciones de tratamiento que pueden ayudar a atenuar su gravedad.

Otro riesgo para los adultos mayores es el vértigo posicional paroxístico benigno, que causa episodios de mareo y se debe al desplazamiento de pequeños cristales de calcio que se encuentran dentro del oído interno. “Antes de los 50 años, la causa más común del desplazamiento es un traumatismo craneal”, señala Creed. “Después de los 50 años, la causa más común son los cambios que los años producen en el utrículo, que es el órgano donde residen esos diminutos cristales”.

Según Creed, una vez que se ha padecido este tipo de vértigo, es más probable que se repita el episodio. Afortunadamente, el trastorno se puede tratar normalmente con una serie de movimientos de la cabeza para reposicionar los cristales. El audiólogo o el proveedor médico pueden realizar esta maniobra como un sencillo procedimiento en el consultorio (no intentes hacerlo en casa antes de recibir un diagnóstico y orientación de un profesional, advierte Creed).

4. Ten en cuenta las enfermedades subyacentes y la medicación

Las enfermedades crónicas, como la apnea del sueño, la diabetes, la hipertensión arterial, el colesterol alto y las enfermedades cardiovasculares, aumentan el riesgo de pérdida auditiva. Si tienes un mayor riesgo, el médico puede recomendar exámenes más frecuentes para controlar la audición, señala Creed.

Algunos medicamentos son ototóxicos, lo que significa que pueden dañar el oído y provocar una pérdida auditiva permanente o temporal, tinnitus o trastornos del equilibrio. Entre ellos se encuentran los medicamentos de quimioterapia contra el cáncer, los antibióticos y los diuréticos de asa. Si tomas un medicamento ototóxico, consulta con el médico sobre la posibilidad de que produzcan daño auditivo. La ASHA recomienda hacerse una prueba de audición y equilibrio de referencia antes de empezar el tratamiento, además de pruebas de audición frecuentes durante su transcurso.

5. Controla la cera

Si has notado cambios en la cera con los años, no se trata de tu imaginación. Esta sustancia cerosa y protectora que recubre el canal auditivo se reseca y endurece con los años, lo que puede producir problemas de exceso de cera u obstrucciones que producen síntomas como pérdida auditiva, zumbidos o sensación de taponamiento en el oído.

Si sospechas que tienes un exceso o un tapón de cera, el médico de cabecera (o, en los casos más graves, un otorrinolaringólogo) puede utilizar diversos métodos para limpiar los canales auditivos sin riesgos. Haya o no acumulación de cera, Creed advierte que nunca deben introducirse en el oído bastoncillos de algodón ni otros objetos como pasadores, ya que pueden causar lesiones y empujar la cera hacia el interior del canal. Como regla general, “en el oído no se debe introducir nada que sea más pequeño que el codo”, dice.

6. Usa protección en los oídos

Tanto si tienes pérdida auditiva como si no, los expertos afirman que siempre es buena idea proteger los oídos durante las actividades ruidosas, como conciertos, eventos deportivos o incluso al cortar el césped. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, entre el 30 y el 50% de las células ciliadas del oído interno que nos permiten oír pueden quedar irreversiblemente dañadas o destruirse antes de que la pérdida auditiva sea perceptible en una prueba de audición. Esto significa que el mejor momento para acostumbrarse a usar protección en los oídos es antes de notar la pérdida auditiva por primera vez. Tejani recomienda usar tapones de espuma descartables como un modo económico y accesible de proteger la audición (él mismo los usa durante los vuelos). “Nunca es demasiado pronto para proteger la audición”, señala.

Sarah Elizabeth Adler se unió a aarp.org como escritora en el 2018. Sus artículos sobre ciencia, arte y cultura se han publicado en The Atlantic —revista en la cual fue miembro de la redacción—, en la revista California y en muchos otros medios.