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Recibir remuneración por cuidar a un ser querido puede cambiar la dinámica familiar

Cómo logar ser remunerado por tu trabajo y que te traten de manera justa.

Una cuidadora ayuda a caminar a un hombre mayor

GETTY IMAGES

In English |  Hay un dicho que dice que el dinero todo lo cambia. Si Alicia se hubiera ganado la lotería, quizás comprendería por qué ahora sus hermanos la tratan de manera un poco distinta. Pero lo único que hizo fue obtener una acreditación como auxiliar de cuidados en el hogar a fin de que su condado le pague un modesto salario por hora para que vista, arregle y alimente a su madre, quien padece la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, desde que cuidar de su ser querido se convirtió oficialmente en su “trabajo”, sus hermanas parecían menos interesadas en ayudar con las tareas de prestación de cuidados. Incluso parecía que su madre le pedía que hiciera más, como si ella ahora fuera una ayudante contratada y no su hija menor.

Cada vez más estados permiten que quienes reciben cuidados contraten y les paguen a sus familiares para que sean sus auxiliares de cuidados en el hogar, bajo lo que a veces se conoce como cuidado dirigido por el consumidor. Estos programas son populares por razones obvias: a los familiares —algunos de los cuales han tenido que renunciar a su empleo o reducir su horario laboral para cuidar a un ser querido— ahora les pagan por lo menos algo de dinero por todos los cuidados que brindan. Nadie se está volviendo rico, pero por lo menos están en mejores condiciones para cubrir algunos gastos. Y, lo que es más importante, recibir un salario por hora los hace sentir que tienen un reconocimiento público y son valorados en vez de (como sucede con demasiada frecuencia) sentirse invisibles y subestimados.


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En mi consultorio clínico he trabajado con muchas familias en las que la decisión de un padre o madre de dejarle al cuidador principal la casa o la mayoría de la herencia enturbia la dinámica familiar como nada más. Los demás enseguida sospechan que el cuidador que recibirá el dinero desempeña el papel del “Hijo altruista” para aprovecharse. Esto a menudo causa rabia y conflictos.

¿Cómo pueden quienes cuidan a un ser querido recibir alguna remuneración por su dedicación, pero no ser vistos como mercenarios por otros familiares? Aquí presentamos algunas ideas:

Demuestra transparencia: muchos de nosotros estamos predispuestos a mantener privados nuestros asuntos financieros, incluso entre nuestros familiares. Pero debido a que prestar cuidados es de por sí un proyecto familiar, es esencial que seamos francos sobre las transacciones monetarias, en particular si nos beneficiamos de alguna manera de la necesidad de ayuda de un padre o madre. Infórmales a otros familiares sobre la oportunidad de ganar un salario por hora si proporcionan cuidados personales. Diles exactamente cuánto ganarás. Comunica claramente que este dinero se usará para compensar los costos incurridos al realizar actividades de prestación de cuidados como, por ejemplo, gastos por copagos de medicamentos, pérdida de ingresos y el precio de la gasolina para conducir a citas médicas.

Ten en cuenta lo que los demás piensan que es justo: a ti podría parecerte justo recibir dinero por los muchos sacrificios que haces por tu ser querido. (Estoy de acuerdo contigo). Pero hay otros familiares que podrían pensar que también se sacrifican —aunque, desde luego, no tanto como tú— y se merecen también algún tipo de remuneración. Para ellos, podría parecer claramente injusto que tú obtengas mérito y dinero, y ellos no reciban ninguno de los dos. No resientas ni estés en desacuerdo con sus sentimientos. Más bien, identifícate con ellos y diles que valoras mucho su participación en el cuidado de tu ser querido. No tienes que darles parte del dinero que te acabas de ganar para demostrarlo. Solo expresa tu agradecimiento de que ustedes dos forman parte de un equipo de prestación de cuidados unido cuya única misión es ayudar a mamá.

Conserva tu relación padres-hijos: quienes reciben cuidados pueden volverse cada vez más exigentes con el pasar del tiempo, incluso cuando no hay dinero de por medio. Pero cuando un pariente ha sido contratado para cuidar a un ser querido, quienes reciben cuidados tienen una mayor tendencia a tratar hasta a sus familiares cercanos con impaciencia y dando órdenes a gritos. Sin embargo, incluso mientras estás trabajando, no eres solo un empleado. Realiza las tareas necesarias pero aclárale a tu padre o madre que estás ahí por amor, no por dinero, y que esperas que tu relación mutua no se altere de repente debido a los cambios económicos.

Sopesa el valor del dinero: para algunas familias, recibir un salario por prestar cuidados podría ser un gran beneficio sobre el cual todos están muy contentos. Para otras, el rencor, la envidia y las críticas no tendrán fin. Juzga por ti mismo si trabajar como auxiliar de cuidados en el hogar para un ser querido vale la pena. Si no es así, no seas rencoroso al igual que los demás. Más bien, consuélate al pensar que a la larga, la paz en la familia podría ser más valiosa que cualquier cantidad de dinero en tu bolsillo.