Vida Sana
Dedicar tiempo, recursos y esfuerzo a cuidar de otra persona es una responsabilidad que nos puede traer satisfacciones y el sentimiento de un deber cumplido, pero que a su vez acarrea consecuencias físicas y psicológicas.
Así como físicamente el cuerpo puede manifestar fatiga, sueño, cansancio, dolor, nausea, presión alta y otros síntomas físicos, el hecho de tenerlo constantemente tensionado puede tener sus consecuencias psicológicas.
Membresía de AARP: $12 por tu primer año cuando te inscribes en la renovación automática.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Si sometes a tu cuerpo a una tensión sin descanso ni cuidados porque debes afrontar responsabilidades, acarrearás inevitablemente manifestaciones psicológicas como:
- Ansiedad
- Frustración e impaciencia
- Temor
- Desesperanza
- Irritabilidad, ira o mal genio
- Sentimientos de culpa
- Pérdida de la confianza en ti mismo
- Susceptibilidad, especialmente ante las críticas
- Pérdida del sentido de perspectiva
- Incertidumbre
- Nerviosismo y miedo
- Depresión
- Ansiedad que puede aumentar en el consumo de cigarrillo, alcohol o sustancias ilícitas
- Disminución de la memoria
Si estás sintiendo estos efectos psicológicos, podría ser que tengas en las manos una situación de desventaja muy grande para poder proveer un cuidado amoroso, responsable y de calidad a otra persona. Además, cuando no satisfacemos nuestras necesidades básicas, con el tiempo logramos afectar negativamente a la persona que se encuentra bajo nuestro cuidado.
También te puede interesar
¿Has pensado en llevar un diario?
Ya sea escrito u oral, te ayuda en muchas áreas del cuidado.
¿Cuidas de alguien? Seguro precisas un relevo
Qué es, cómo saber si lo necesitas y cómo conseguirlo.
4 técnicas de respiración que te dejan relajado
Te ayudan a disminuir los efectos dañinos del esfuerzo físico y mental.