Centro de recursos
La simple expresión, “cuidarlos en casa”, resume el sentimiento latino de aquello que muchos hemos aprendido —porque lo hemos vivido. Sin embargo, pocos podemos responder a la pregunta por qué nuestros adultos mayores y otros que cuidamos viven bajo nuestro techo. Para muchas generaciones de latinos, la primera ventana al mundo del cuidado de nuestra familia —y en especial de nuestros adultos mayores— fue la forma en que a una temprana edad vimos cómo, con quién y en dónde vivían nuestros abuelos. Sabemos que cuidarlos en la casa va más allá del deber que sentimos, del deseo de proteger y de la convicción de que llega la hora de compensar, al menos en parte, lo que hemos recibido de ellos.
Crecemos sabiendo que el respeto y la vida en familia son prioridad. Además, los hogares para adultos mayores, asilos, y hospicios son parte de un lenguaje que no usamos y que afectivamente no entendemos. Esas instituciones son la última opción que consideramos cuando se trata de nuestros familiares. Muchos somos criados en la calma que ofrecen el afecto y la cercanía a nuestros abuelos y otros adultos mayores que juegan un papel importante en nuestros años formativos. Los hogares con miembros de varias generaciones son parte de nuestra cultura.

Membresía de AARP: $15 por tu primer año cuando te inscribes en la renovación automática.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Como en cualquier otra cultura, nuestros valores son transmitidos a través de nuestro lenguaje. Pero al contrario de otras culturas, en la nuestra el colectivismo y la interdependencia son reforzadas en cada encuentro y cada reunión familiar. Nos reunimos a festejar los cumpleaños de cada familiar, las ocasiones religiosas y hasta las fiestas nacionales de nuestros países de origen.
Cuando llega el día en que uno de los nuestros necesita recibir cuidados, regresamos inconscientemente a esas raíces que nadie nos enseñó, pero que son parte de lo que somos y de cómo establecemos prioridades. Y es entonces cuando gravitamos hacia los nuestros y hacemos cambios en nuestras vidas que otras personas tal vez consideren excesivas e irracionales. Hacernos cargo de los nuestros implica inmensos sacrificios financieros, físicos, de tiempo, de privacidad, y muchas cosas más, pero así lo preferimos.
Cuidar de los nuestros valida nuestra identidad de latinos y corrobora el sentido de responsabilidad por nuestra familia que día a día vivimos y aprendimos. Para muchos de nosotros es un honor estar al cuidado de nuestros seres amados y una profunda fuente de satisfacción saber que a pesar de las dificultades que se presentan podemos seguir dando de nosotros mismos. Para ello ponemos en marcha todo nuestro ingenio, recursos y sentimientos, y nos llenamos de orgullo cuando a pesar del tiempo que llevemos haciéndolo, podemos decir: “A los nuestros los cuidamos en casa”.
También te puede interesar
Cómo adaptarse a cambios en el cuidado de un ser querido
Consejos que ayudan al cuidador familiar a convertir desafíos en oportunidades.Cómo ayudar a los adultos mayores a que acepten la prestación de cuidados en casa
Un grupo de investigadores identifica cuatro motivos clave por los que se resisten.¿Cuidas de un ser querido?
Las funcionalidades que deberían tener los auto para cuidadores.