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Cómo ayudar a un hombre testarudo que cuida de un ser querido

Ofrécele ayuda, pero en términos que él aceptará.


spinner image Mujer afroamericana hablando con su padre
COURTNEY HALE/GETTY IMAGES

Luego de tener otra frustrante conversación con Ned, su terco padre, Rhonda sentía preocupación y molestia, emociones que nunca le había expresado a él por miedo a que se aferrara aún más a su postura. Le preocupaba que su padre había asumido por si solo el cuidado de su madre, quien tiene demencia, y estaba descuidando su propia salud en el proceso. Le molestaba que cada vez que quería ayudar a su madre, Ned la rechazaba alegando que ese era su trabajo y no una carga para sus hijos y familiares. Rhonda no lo consideraba justo ni correcto. ¿Y qué sucedía con su propia necesidad de cuidar de sus padres?

Según el informe “El cuidado de los seres queridos en Estados Unidos en el 2020”, de AARP  y la National Alliance for Caregiving, el 39% de los cuidadores familiares del país ahora son hombres, en comparación con el 34% en el 2009. Es una buena noticia que ahora más hombres estén asumiendo la responsabilidad, no solo del manejo de la logística del cuidado —como administrar medicamentos y tratar con compañías de seguro—, sino de la atención personal, como alimentar, arreglar y llevar al baño al familiar. Pero, al igual que las mujeres que desempeñan este papel, casi dos tercios de los hombres experimentaron estrés del cuidador en nivel moderado a severo, reveló un estudio de AARP del 2017 (en inglés) sobre los hombres cuidadores.

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En general, la mejor ayuda que se les puede brindar a los cuidadores familiares estresados es el apoyo de otros. No obstante, existe un segmento de hombres que prestan cuidados (como Ned) que son de la vieja escuela y rechazan rotundamente cualquier ayuda. Interpretan el significado de sus votos matrimoniales de cuidar del cónyuge “en la salud y en la enfermedad” como que ellos, y nadie más que ellos, se ocuparán de todos los cuidados necesarios. Aunque su devoción y compromiso son admirables, los ponen en riesgo de agotarse e impiden que otros familiares que también quieren ayudar asuman la responsabilidad de vez en cuando.

¿Cómo pueden los hijos adultos, como Rhonda, convencer a sus padres testarudos de que cedan un poco y hagan un esfuerzo cooperativo para cuidar a un familiar? A continuación, presentamos algunas ideas.

No luches por el control

Hay una razón por la cual estos hombres que prestan cuidados a su cónyuge no aceptan que otros que desean ayudar participen. Permanecer al mando y enfocarse por completo en las necesidades de los cuidados que necesite el cónyuge de forma testaruda es un mecanismo de defensa ante su propia inquietud por lo que le sucede a su ser querido. (También puede ser una manera de apaciguar la culpa ilusoria de que no pudieran proteger a su cónyuge de la enfermedad). Si los presionas directamente a que cedan parte del control de las tareas de cuidado harás que sientan más esas emociones insufribles. Lucharán tan o más duro contra ti que lo que luchan contra la enfermedad, y lo justificarán cada vez que te dejen a un lado. Es por eso que debes tomar un enfoque más indirecto.

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No ofrezcas ayuda: pídela

Muchos hombres cuidadores controladores se enorgullecen de la ayuda que brindan, incluso cuando están agotados. Aunque parezca extraño, para que acepten la ayuda de otros a menudo se debe tener un plan que reafirme su orgullo como la persona que brinda ayuda en vez de desafiarlo a que la reciba. Por ejemplo, para ayudar a su padre Rhonda debería pedirle que los ayude más a ella y a su familia. Si le pide a su padre que venga con su madre a cuidar a sus hijos para que ella y su esposo puedan salir a comer, recurrirá a su necesidad de brindar ayuda al tiempo que creará una situación para que él disfrute un tiempo con sus nietos. Si el esposo de Rhonda le pide a Ned que venga a ayudarlo a reparar su auto viejo, Rhonda podrá estar a solas con su madre mientras los hombres trabajan en el carburador y cambian las bujías.

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Intenta acercarte

A veces, la barrera que les impide a los hombres que prestan cuidados aceptar ayuda es la humillación que sienten por tener que pedirla. Una hija o un hijo astutos que logran reconocer que esto es lo que le pasa a su padre orgulloso se acercarán a brindar ayuda sin que se la pidan. (Obviamente, esto dependerá de si el hijo adulto vive cerca). Por ejemplo, Rhonda puede llevarles una bandeja de galletas un domingo por la tarde con la excusa de que hizo más de lo que sus hijos o esposo deben comer. Si Ned acepta las galletas sin quejarse mucho, entonces, dos domingos después, Rhonda podría llevarles una lasaña, una vez más con la excusa de que preparó demasiado. Ned probablemente se dará cuenta del truco transparente de su hija para ayudar más a sus padres. Pero si le gustan las galletas y la lasaña, quizás no proteste mucho.

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